Prisma
Como es bien sabido, actualmente cada dependencia maneja sus programas y recursos económicos, dando la impresión de que cada quien cada “jala por su lado”, con los resultados que están a la vista en relación a este grave problema que está afectando la salud de los cachanillas. En reunión convocada por la alcaldesa Marina del Pilar Ávila Olmeda, funcionarios de los tres órdenes de gobierno, representantes de la sociedad civil y de instituciones educativas firmaron el Acuerdo de Buena Voluntad, mediante el cual se comprometieron a participar en tareas del Ayuntamiento fincadas en los siguientes ejes: Reforestación, mitigación de la contaminación del aire, rescatar el complejo lagunero y la promoción de un manejo integral de los residuos.
En su mensaje, la edil cachanilla invitó a los firmantes a participar y aportar sus esfuerzos e impulsar las acciones implementadas por la Dirección de Protección al Ambiente, que también contempla fomentar la cultura ambiental en la población, haciendo resaltar que “la participación de la ciudadanía en los temas de protección al medio ambiente, es muy importante”. Con la inversión de 331 millones de pesos programada para obras de pavimentación, agregó, “esperamos que bajen notablemente los índices de contaminación”, al mencionar la posibilidad de gestionar mayores recursos en instancias financieras internacionales, con tales propósitos. Así las cosas, deseamos sinceramente que los acuerdos tomados en el histórico evento se cumplan y no queden únicamente en el papel, como suele suceder en esta clase de actos. Por otra parte, sería interesante conocer las acciones -a realizar para vigilar el cumplimiento de leyes y reglamentos que norman el funcionamiento de grandes y pequeñas empresas en materia del control de sus emisiones de contaminantes -al parecer, no mencionadas en el acuerdo tomado-.
Si bien es cierto que la mala calidad del aire que respiramos es de origen multifactorial, es bien sabido que existen grandes industrias que han sido señaladas como importantes focos de contaminación que operan en el Valle de Mexicali, así como algunas plantas generadoras de energía eléctrica propiedad de extranjeros.
Por ello, consideramos que la autoridad debe actuar enérgicamente no solo contra taquerías y pollerías, sino también con las empresas protegidas “inexplicablemente” por gobiernos anteriores. En este caso, tampoco debe haber “vacas sagradas”, como tanto cacarean los nuevos gobernantes.
