/ miércoles 24 de abril de 2024

Kakistocracia y epistocracia

Cuauhtémoc López Guzmán

Inmersos en las campañas electorales y en la constante crítica al desempeño de los gobernantes me parece necesario reflexionar sobre la democracia y las elites políticas.

Para quienes tenemos formación en la ciencia política estos dos conceptos los usamos en nuestros análisis; pero la intención de este artículo es socializarlos con el público en general.

Foto: Cortesía / Freepik

Kakistocracia significa el gobierno de los peores, de los más ineptos, incompetentes, los menos calificados, y en algunas naciones los más corruptos también. Este concepto lo popularizó Michelangelo Bovero, politólogo italiano al identificar que esta situación se está repitiendo en varias naciones; y el autor la calificó como una degeneración de la democracia.

La palabra deriva del griego kakistos (malo, sucio, perverso, nocivo, funesto) y Kratos (gobierno). Por tal, kakistocracia es el gobierno de los peores. El término opuesto es aristocracia, el gobierno de los mejores, del griego, -aristos- significa mejor; y Kratos significa gobierno. El gobierno de los mejores.

Por otra parte, epistocracia significa el gobierno de los informados, del conocimiento, el poder de la ciencia. El Concepto deriva del griego ¨´episteme¨¨ (conocimiento, verdad) y Kratos gobierno

El politólogo estadounidense Jason Brennan en su libro titulado ¨¨Contra la democracia¨¨ hace una crítica a la ignorancia de la mayoría de los votantes. Brennan dice que se deberían otorgar más votos a los electores informados, inteligentes que conozcan de política, economía, políticas públicas.

Es obvio que de entrada nos parece una propuesta elitista y contra democrática, pero analicemos sus argumentos.

El autor define tres tipos de votantes: a los apáticos e ignorantes les llama hobbits, este tipo de electores se abstienen de votar, o votan sin tener ningún conocimiento del tipo de políticas que están eligiendo, incluso -advierte el autor-votan por políticos y programas que van en contra de sus intereses.

El otro tipo de votante le denomina hooligans, y son los fanáticos del partido político, ellos siempre votan por cualquier candidato, o programa de gobierno, pues consideran que su partido es el mejor, y que los otros partidos están integrados por malos y estúpidos.

Para el autor estos votantes se asemejan a los fanáticos del futbol, que odian a sus contrincantes y asumen una conducta irracional aunque los jugadores de su equipo sean incompetentes e incluso violen las reglas del juego.

Y a los votantes informados, que analizan la política basados en la ciencia y el conocimiento les llama vulcanos, para Jason Brennan estos votantes debieran tener mas de un voto, de tal manera que a mayores estudios y conocimiento mayor racionalidad y menos fanatismo.

Como la mayoría de los votantes son hobbits y hooligans tenemos gobernantes de mala calidad. La calidad de los políticos refleja la calidad del electorado nos dice Brennan.

La forma de llevar a la práctica su propuesta es técnicamente complicada y muy cuestionable. En México se consideraría elitista, ¿tendríamos gobiernos mejores si los científicos tuvieran mayor número de votos? Aunque muy realista su definición del votante medio ignorante, diferenciar a las personas entre sabias e ignorantes para otorgarles una cantidad diferente de votos provocaría graves tensiones sociales, aumentando con ello la polarización social.

Y para reforzar la necesaria vinculación entre conocimiento y política el economista inglés Martin Wolf propone que en lugar de dos cámaras (diputados y senadores) debería existir una Cámara de Merito; integrada por personas con logros excepcionales en la ciencia, los negocios, sindicatos, los medios de comunicación, las artes, la literatura, la academia.

Wolf dice que la sociedad civil está llena de gente muy valiosa, culta e inteligente y en la política ocurre lo opuesto, gente ignorante y corrupta.

Cuauhtémoc López Guzmán

Inmersos en las campañas electorales y en la constante crítica al desempeño de los gobernantes me parece necesario reflexionar sobre la democracia y las elites políticas.

Para quienes tenemos formación en la ciencia política estos dos conceptos los usamos en nuestros análisis; pero la intención de este artículo es socializarlos con el público en general.

Foto: Cortesía / Freepik

Kakistocracia significa el gobierno de los peores, de los más ineptos, incompetentes, los menos calificados, y en algunas naciones los más corruptos también. Este concepto lo popularizó Michelangelo Bovero, politólogo italiano al identificar que esta situación se está repitiendo en varias naciones; y el autor la calificó como una degeneración de la democracia.

La palabra deriva del griego kakistos (malo, sucio, perverso, nocivo, funesto) y Kratos (gobierno). Por tal, kakistocracia es el gobierno de los peores. El término opuesto es aristocracia, el gobierno de los mejores, del griego, -aristos- significa mejor; y Kratos significa gobierno. El gobierno de los mejores.

Por otra parte, epistocracia significa el gobierno de los informados, del conocimiento, el poder de la ciencia. El Concepto deriva del griego ¨´episteme¨¨ (conocimiento, verdad) y Kratos gobierno

El politólogo estadounidense Jason Brennan en su libro titulado ¨¨Contra la democracia¨¨ hace una crítica a la ignorancia de la mayoría de los votantes. Brennan dice que se deberían otorgar más votos a los electores informados, inteligentes que conozcan de política, economía, políticas públicas.

Es obvio que de entrada nos parece una propuesta elitista y contra democrática, pero analicemos sus argumentos.

El autor define tres tipos de votantes: a los apáticos e ignorantes les llama hobbits, este tipo de electores se abstienen de votar, o votan sin tener ningún conocimiento del tipo de políticas que están eligiendo, incluso -advierte el autor-votan por políticos y programas que van en contra de sus intereses.

El otro tipo de votante le denomina hooligans, y son los fanáticos del partido político, ellos siempre votan por cualquier candidato, o programa de gobierno, pues consideran que su partido es el mejor, y que los otros partidos están integrados por malos y estúpidos.

Para el autor estos votantes se asemejan a los fanáticos del futbol, que odian a sus contrincantes y asumen una conducta irracional aunque los jugadores de su equipo sean incompetentes e incluso violen las reglas del juego.

Y a los votantes informados, que analizan la política basados en la ciencia y el conocimiento les llama vulcanos, para Jason Brennan estos votantes debieran tener mas de un voto, de tal manera que a mayores estudios y conocimiento mayor racionalidad y menos fanatismo.

Como la mayoría de los votantes son hobbits y hooligans tenemos gobernantes de mala calidad. La calidad de los políticos refleja la calidad del electorado nos dice Brennan.

La forma de llevar a la práctica su propuesta es técnicamente complicada y muy cuestionable. En México se consideraría elitista, ¿tendríamos gobiernos mejores si los científicos tuvieran mayor número de votos? Aunque muy realista su definición del votante medio ignorante, diferenciar a las personas entre sabias e ignorantes para otorgarles una cantidad diferente de votos provocaría graves tensiones sociales, aumentando con ello la polarización social.

Y para reforzar la necesaria vinculación entre conocimiento y política el economista inglés Martin Wolf propone que en lugar de dos cámaras (diputados y senadores) debería existir una Cámara de Merito; integrada por personas con logros excepcionales en la ciencia, los negocios, sindicatos, los medios de comunicación, las artes, la literatura, la academia.

Wolf dice que la sociedad civil está llena de gente muy valiosa, culta e inteligente y en la política ocurre lo opuesto, gente ignorante y corrupta.