/ viernes 4 de septiembre de 2020

A las urnas en pandemia

Aún me rechina bastante en el oído cuando escucho hablar de “la nueva normalidad”. Es más, personalmente prefiero referirme a “la circunstancial normalidad”, por lo menos es más esperanzador para aquellos que pretendemos volver a circular públicamente sin un tapabocas, incluso saludar con un beso y un abrazo sin ser rechazados por temor a un contagio.

Esta nueva o circunstancial normalidad que nos trajo el Covid-19 no solo afectó nuestros comportamientos y costumbres, sino también trajo cambios aparejados en la política y varió los ciclos electorales en América Latina y el mundo entero. Más de tres decenas de países del planeta debieron postergar elecciones –presidenciales, generales, locales, referéndums, etc.– por la pandemia del coronavirus, entre ellos España, Francia, República Dominicana, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, etc.

En América Latina, el primero en volver a las urnas fue República Dominicana el pasado 5 de julio, cuando se eligió al candidato del Partido Revolucionario Moderno, Luis Abinader, como presidente y además se renovó el Congreso. Ahora será el turno de Uruguay, que el próximo 27 de septiembre convocará a la ciudadanía a elegir autoridades departamentales.

Pero el 2020 aguarda otras citas en la región: Las presidenciales y legislativas bolivianas, las municipales brasileñas, las generales de Puerto Rico y las legislativas venezolanas. Pero el año se coronará con la celebración del plebiscito constitucional chileno y el comienzo de casi un año de período electoral del país trasandino, que empieza con las primarias a gobernadores y alcaldes en noviembre y culminará sobre finales de 2021, cuando se elija un nuevo presidente.

Los escenarios son diferentes en cada uno de estos países, por lo que no es posible realizar un análisis exhaustivo de cada uno de ellos en este artículo, por lo que me referiré a los que votarán en septiembre y octubre.

No se aguardan mayores sorpresas en las elecciones departamentales uruguayas. El Frente Amplio, ahora en la oposición, mantendrá sus dos bastiones: Montevideo y Canelones, mientras la coalición oficialista de derecha volverá a ganar mayoritariamente en el interior del país, a excepción del departamento de Rocha, Salto y posiblemente otros que aún están en disputa.

Octubre será un mes especial para los latinoamericanos y los demócratas de todo el mundo. Chile tendrá la oportunidad histórica de poner fin a una de las obras más nefastas de su país: La constitución pinochetista, vivo vestigio de una de las más crueles y tiránicas dictaduras que vivió el continente.

En momentos donde muchos estallidos sociales de América Latina están contenidos por la pandemia y cuando la democracia ha perdido valor entre los ciudadanos del continente, en esta elección Chile tiene la gran oportunidad de hacer un país mejor y de demostrar que van quedando atrás las prácticas y sueños de los nostálgicos de regímenes de facto.

Antes de que culmine este año se espera también que Brasil, Puerto Rico, Venezuela y posiblemente Cataluña también vayan a las urnas, en el marco de esta frágil y circunstancial normalidad que afecta la participación electoral.

marcellhermitte@gmail.com


Aún me rechina bastante en el oído cuando escucho hablar de “la nueva normalidad”. Es más, personalmente prefiero referirme a “la circunstancial normalidad”, por lo menos es más esperanzador para aquellos que pretendemos volver a circular públicamente sin un tapabocas, incluso saludar con un beso y un abrazo sin ser rechazados por temor a un contagio.

Esta nueva o circunstancial normalidad que nos trajo el Covid-19 no solo afectó nuestros comportamientos y costumbres, sino también trajo cambios aparejados en la política y varió los ciclos electorales en América Latina y el mundo entero. Más de tres decenas de países del planeta debieron postergar elecciones –presidenciales, generales, locales, referéndums, etc.– por la pandemia del coronavirus, entre ellos España, Francia, República Dominicana, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, etc.

En América Latina, el primero en volver a las urnas fue República Dominicana el pasado 5 de julio, cuando se eligió al candidato del Partido Revolucionario Moderno, Luis Abinader, como presidente y además se renovó el Congreso. Ahora será el turno de Uruguay, que el próximo 27 de septiembre convocará a la ciudadanía a elegir autoridades departamentales.

Pero el 2020 aguarda otras citas en la región: Las presidenciales y legislativas bolivianas, las municipales brasileñas, las generales de Puerto Rico y las legislativas venezolanas. Pero el año se coronará con la celebración del plebiscito constitucional chileno y el comienzo de casi un año de período electoral del país trasandino, que empieza con las primarias a gobernadores y alcaldes en noviembre y culminará sobre finales de 2021, cuando se elija un nuevo presidente.

Los escenarios son diferentes en cada uno de estos países, por lo que no es posible realizar un análisis exhaustivo de cada uno de ellos en este artículo, por lo que me referiré a los que votarán en septiembre y octubre.

No se aguardan mayores sorpresas en las elecciones departamentales uruguayas. El Frente Amplio, ahora en la oposición, mantendrá sus dos bastiones: Montevideo y Canelones, mientras la coalición oficialista de derecha volverá a ganar mayoritariamente en el interior del país, a excepción del departamento de Rocha, Salto y posiblemente otros que aún están en disputa.

Octubre será un mes especial para los latinoamericanos y los demócratas de todo el mundo. Chile tendrá la oportunidad histórica de poner fin a una de las obras más nefastas de su país: La constitución pinochetista, vivo vestigio de una de las más crueles y tiránicas dictaduras que vivió el continente.

En momentos donde muchos estallidos sociales de América Latina están contenidos por la pandemia y cuando la democracia ha perdido valor entre los ciudadanos del continente, en esta elección Chile tiene la gran oportunidad de hacer un país mejor y de demostrar que van quedando atrás las prácticas y sueños de los nostálgicos de regímenes de facto.

Antes de que culmine este año se espera también que Brasil, Puerto Rico, Venezuela y posiblemente Cataluña también vayan a las urnas, en el marco de esta frágil y circunstancial normalidad que afecta la participación electoral.

marcellhermitte@gmail.com