/ martes 1 de enero de 2019

¿Cómo queda BC en el presupuesto federal?

Estrategia$


El 15 de diciembre el Gobierno federal presentó el Paquete Económico 2019.

Los analistas manteníamos gran expectación ante la posibilidad de que se rompiera la disciplina fiscal, dado lo ambicioso de los programas sociales y proyectos de inversión a los que se comprometió Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la campaña.

Algunos dudaban que pudiera cumplirse el compromiso de exhibir un presupuesto austero, sin aumento de impuestos, con un superávit primario razonable y sin mayor nivel de deuda. Pero se logró. Es un presupuesto que puede calificarse de coherente, moderado y, en cierta forma, conservador. Algunas calificadoras lo reconocieron.

Moody’s señaló que la propuesta mostró “el compromiso del gobierno con la responsabilidad fiscal, lo que debería apoyar la confianza del mercado”. Y éste respondió. Después de que el tipo de cambio para solventar obligaciones (Fix) alcanzara una paridad de 20.57 pesos por dólar el 5 del mes en curso (su máximo desde la segunda mitad de junio), ha mostrado una tendencia a la baja para ubicarse el viernes pasado en 19.65 pesos por unidad. La expectativa es de un inicio de año con menor volatilidad.

El presupuesto contempla ingresos por poco más de 5.8 billones de pesos. De éstos, corresponden a gasto programable 4.1 billones de pesos (71%) y 1.7 billones a no programable (29%).

El gasto federalizado, es decir, los recursos que se transfieren a las entidades federativas suman 1.9 billones de pesos, representan el 32.7% del total y registran un incremento en términos reales de 8.4% respecto al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) de 2018. De esta cifra, se destinan a participaciones 914.5 mil millones, un incremento de 8.4% en términos reales. Y a aportaciones se consignan 788.1 mil millones de pesos, un incremento de 2.4% real. El diferencial se distribuye entre subsidios y convenios.
El Congreso fue escenario de una serie de debates entre los representantes debido al reparto entre Estados y municipios. Si bien a todos se les incrementa el monto en términos reales, las variaciones máximas y mínimas en cada rubro presentaron un abanico considerable. Así, en el caso de las participaciones la Ciudad de México (ubicada en el sótano) tiene un aumento real de sólo 2.2%, mientras que Campeche, en lo alto, se beneficia con un incremento real de casi 18%. Las aportaciones tienen un comportamiento similar destacando como puntero Baja California Sur con un incremento real de 5.5% y atrás Sonora con 0.1%.

El gasto federalizado para Baja California se fija en poco más de 49 mil millones de pesos, desde 41.6 mil millones en el PPEF de 2018, un incremento real de 13.4%. Este ajuste coloca a la entidad en una posición favorable en comparación a los aumentos de otras.

Las participaciones ascienden a 27.3 mil millones de pesos desde 23.9 mil millones en el PPEF del año previo, un aumento de 10.0% en términos reales. Por su parte, las aportaciones pasan a 19.7 mil millones en comparación a las 17.7 mil millones contenidos en el proyecto de 2018, un incremento real de 4.1%.

Es necesario destacar que algunos fondos y sub-fondos que tradicionalmente se distribuyen entre las entidades federativas no se conocen aún, por lo que algunas cifras pueden tener ajustes.

En donde BC parece no ser favorecida es en programas y proyectos de inversión, mismos que engloban obras y acciones encaminadas a solucionar una problemática o atender necesidades específicas. Estos recursos son ejercidos directamente por el Gobierno federal.

En este aspecto se tienen identificados un monto a ejercer de casi 1.4 mil millones de pesos en 2019, mientras que en 2018 alcanzaron una cifra cercana a 1.5 mil millones, un decremento en términos reales de -10.1%. Falta ver si las delegaciones habrán de ejercer recursos concentrados en diversas dependencias.

En general, el incremento del gasto federalizado a BC es positivo en términos reales, aunque falta analizarlo con más detalle una vez que se publiquen los acuerdos de ministración, donde se define la distribución con más detalle.

De antemano, todo indica que la inversión pública federal no será significativamente mayor a la que se ejerció en años anteriores, por lo que no será un factor de importancia para el crecimiento económico de la entidad. No obstante, los estímulos fiscales como la reducción del IVA y el ISR, aunado a la baja del precio de los combustibles y el nuevo salario mínimo, son factores que nos hacen observar una perspectiva favorable para 2019.

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El 15 de diciembre el Gobierno federal presentó el Paquete Económico 2019.

Los analistas manteníamos gran expectación ante la posibilidad de que se rompiera la disciplina fiscal, dado lo ambicioso de los programas sociales y proyectos de inversión a los que se comprometió Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la campaña.

Algunos dudaban que pudiera cumplirse el compromiso de exhibir un presupuesto austero, sin aumento de impuestos, con un superávit primario razonable y sin mayor nivel de deuda. Pero se logró. Es un presupuesto que puede calificarse de coherente, moderado y, en cierta forma, conservador. Algunas calificadoras lo reconocieron.

Moody’s señaló que la propuesta mostró “el compromiso del gobierno con la responsabilidad fiscal, lo que debería apoyar la confianza del mercado”. Y éste respondió. Después de que el tipo de cambio para solventar obligaciones (Fix) alcanzara una paridad de 20.57 pesos por dólar el 5 del mes en curso (su máximo desde la segunda mitad de junio), ha mostrado una tendencia a la baja para ubicarse el viernes pasado en 19.65 pesos por unidad. La expectativa es de un inicio de año con menor volatilidad.

El presupuesto contempla ingresos por poco más de 5.8 billones de pesos. De éstos, corresponden a gasto programable 4.1 billones de pesos (71%) y 1.7 billones a no programable (29%).

El gasto federalizado, es decir, los recursos que se transfieren a las entidades federativas suman 1.9 billones de pesos, representan el 32.7% del total y registran un incremento en términos reales de 8.4% respecto al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) de 2018. De esta cifra, se destinan a participaciones 914.5 mil millones, un incremento de 8.4% en términos reales. Y a aportaciones se consignan 788.1 mil millones de pesos, un incremento de 2.4% real. El diferencial se distribuye entre subsidios y convenios.
El Congreso fue escenario de una serie de debates entre los representantes debido al reparto entre Estados y municipios. Si bien a todos se les incrementa el monto en términos reales, las variaciones máximas y mínimas en cada rubro presentaron un abanico considerable. Así, en el caso de las participaciones la Ciudad de México (ubicada en el sótano) tiene un aumento real de sólo 2.2%, mientras que Campeche, en lo alto, se beneficia con un incremento real de casi 18%. Las aportaciones tienen un comportamiento similar destacando como puntero Baja California Sur con un incremento real de 5.5% y atrás Sonora con 0.1%.

El gasto federalizado para Baja California se fija en poco más de 49 mil millones de pesos, desde 41.6 mil millones en el PPEF de 2018, un incremento real de 13.4%. Este ajuste coloca a la entidad en una posición favorable en comparación a los aumentos de otras.

Las participaciones ascienden a 27.3 mil millones de pesos desde 23.9 mil millones en el PPEF del año previo, un aumento de 10.0% en términos reales. Por su parte, las aportaciones pasan a 19.7 mil millones en comparación a las 17.7 mil millones contenidos en el proyecto de 2018, un incremento real de 4.1%.

Es necesario destacar que algunos fondos y sub-fondos que tradicionalmente se distribuyen entre las entidades federativas no se conocen aún, por lo que algunas cifras pueden tener ajustes.

En donde BC parece no ser favorecida es en programas y proyectos de inversión, mismos que engloban obras y acciones encaminadas a solucionar una problemática o atender necesidades específicas. Estos recursos son ejercidos directamente por el Gobierno federal.

En este aspecto se tienen identificados un monto a ejercer de casi 1.4 mil millones de pesos en 2019, mientras que en 2018 alcanzaron una cifra cercana a 1.5 mil millones, un decremento en términos reales de -10.1%. Falta ver si las delegaciones habrán de ejercer recursos concentrados en diversas dependencias.

En general, el incremento del gasto federalizado a BC es positivo en términos reales, aunque falta analizarlo con más detalle una vez que se publiquen los acuerdos de ministración, donde se define la distribución con más detalle.

De antemano, todo indica que la inversión pública federal no será significativamente mayor a la que se ejerció en años anteriores, por lo que no será un factor de importancia para el crecimiento económico de la entidad. No obstante, los estímulos fiscales como la reducción del IVA y el ISR, aunado a la baja del precio de los combustibles y el nuevo salario mínimo, son factores que nos hacen observar una perspectiva favorable para 2019.