/ jueves 5 de diciembre de 2019

De Guatemala a Guatepeor: La crisis de Bolivia

Bolivia está sufriendo una crisis política y social sumamente triste. Esta crisis es compleja, ya que lo que los grupos de oposición presentaron como solución lo que fue el inicio del desastre, donde los que salen perdiendo lamentablemente son los bolivianos, especialmente los más desfavorecidos.

Esta crisis se desató el pasado 10 de noviembre, cuando Evo Morales, quien fuera presidente de Bolivia por 14 años, fue amenazado por medio de un “cuartelazo”, que es el intento de golpe de Estado de los militares contra un presidente constitucional. Esta amenaza hizo que Evo renunciara temiendo por su vida y la de su familia. Bueno, pues sus miedos eran fundados. Al día siguiente del “cuartelazo”, la casa de sus familiares fue quemada, así como su casa. En vista de esto, Morales tuvo que huir en un avión militar de las fuerzas aéreas de México, donde se encuentra como refugiado.

Este golpe fue presentado por la derecha de Bolivia como un “triunfo” a favor del pueblo, alegando que había protestas multitudinarias en Bolivia contra Evo, cuando lo que sucedió fue que fuerzas policiacas y militares se amotinaron contra Morales, pactando con la derecha para que ésta asumiera el poder de manera ilegal e ilegítima.

Sin embargo es importante aclarar que Evo no es completamente la víctima en la situación: Evo cavó su propia tumba al desconocer los resultados del plebiscito donde por un estrecho margen se votó por el “no” a otra reelección de Evo (las votaciones de esta reelección sucedieron el mes pasado). Morales apeló al tribunal electoral de aquel país, mismo que otorgó el gane a favor de Evo. Es claro que Evo desconoció la voluntad popular que se manifestó en contra de otro periodo del Presidente. Como respuesta a esta situación la oposición de derecha convocó a manifestaciones y cooptó a las fuerzas policiales y militares, así como a varios medios para desconocer a Morales.

Al percatarse de la situación en su contra, Evo decidió hacer caso a las protestas, así como a recomendaciones de la OEA y convocó a otras elecciones con un tribunal electoral nuevo. El problema se hubiera resuelto de esta manera sin mayor violencia y crisis, pero no, lo que la derecha quería era tirarlo a la fuerza y asumir el poder de manera ilegítima y es lo que hicieron.

Al salir Evo de Bolivia, legalmente la presidenta del Senado debería asumir la presidencia interina, pero curiosamente ésta, así como la siguiente en la línea de sucesión, no aparecieron para reclamar el puesto (posteriormente se dio a conocer que fueron amenazadas para no reclamar el puesto), de manera que Jeanine Eáñez, la tercera en la línea de sucesión para la presidenta interina, se autoproclamó como interina, con una votación fraudulenta en el Senado, ya que no estuvo presente ningún senador de la coalición de Evo (el MAS), de manera que no hubo quórum.

Como respuesta a esta lamentable jugarreta política, decenas de miles de indígenas, de campesinos y de simpatizantes de Evo salieron a las calles para exigir la destitución de Eáñez. Esta señora, en vez de escuchar y dialogar con el pueblo, envió a las mismas fuerzas que se amotinaron contra Evo para atacar a los bolivianos. Se calcula que van aproximadamente 15 muertos por esta represión. Lo peor del asunto es que la presidenta interina ilegítima emitió un decreto donde básicamente otorga “licencia para matar” a las fuerzas policiales y militares contra los manifestantes.

Conclusión: Bolivia pasó de Guatemala a Guatepeor. La derecha fascista y autoritaria debe dimitir y convocar inmediatamente a nuevas elecciones donde todas las fuerzas políticas puedan participar de manera equitativa, incluyendo Evo y el MAS.

Bolivia está sufriendo una crisis política y social sumamente triste. Esta crisis es compleja, ya que lo que los grupos de oposición presentaron como solución lo que fue el inicio del desastre, donde los que salen perdiendo lamentablemente son los bolivianos, especialmente los más desfavorecidos.

Esta crisis se desató el pasado 10 de noviembre, cuando Evo Morales, quien fuera presidente de Bolivia por 14 años, fue amenazado por medio de un “cuartelazo”, que es el intento de golpe de Estado de los militares contra un presidente constitucional. Esta amenaza hizo que Evo renunciara temiendo por su vida y la de su familia. Bueno, pues sus miedos eran fundados. Al día siguiente del “cuartelazo”, la casa de sus familiares fue quemada, así como su casa. En vista de esto, Morales tuvo que huir en un avión militar de las fuerzas aéreas de México, donde se encuentra como refugiado.

Este golpe fue presentado por la derecha de Bolivia como un “triunfo” a favor del pueblo, alegando que había protestas multitudinarias en Bolivia contra Evo, cuando lo que sucedió fue que fuerzas policiacas y militares se amotinaron contra Morales, pactando con la derecha para que ésta asumiera el poder de manera ilegal e ilegítima.

Sin embargo es importante aclarar que Evo no es completamente la víctima en la situación: Evo cavó su propia tumba al desconocer los resultados del plebiscito donde por un estrecho margen se votó por el “no” a otra reelección de Evo (las votaciones de esta reelección sucedieron el mes pasado). Morales apeló al tribunal electoral de aquel país, mismo que otorgó el gane a favor de Evo. Es claro que Evo desconoció la voluntad popular que se manifestó en contra de otro periodo del Presidente. Como respuesta a esta situación la oposición de derecha convocó a manifestaciones y cooptó a las fuerzas policiales y militares, así como a varios medios para desconocer a Morales.

Al percatarse de la situación en su contra, Evo decidió hacer caso a las protestas, así como a recomendaciones de la OEA y convocó a otras elecciones con un tribunal electoral nuevo. El problema se hubiera resuelto de esta manera sin mayor violencia y crisis, pero no, lo que la derecha quería era tirarlo a la fuerza y asumir el poder de manera ilegítima y es lo que hicieron.

Al salir Evo de Bolivia, legalmente la presidenta del Senado debería asumir la presidencia interina, pero curiosamente ésta, así como la siguiente en la línea de sucesión, no aparecieron para reclamar el puesto (posteriormente se dio a conocer que fueron amenazadas para no reclamar el puesto), de manera que Jeanine Eáñez, la tercera en la línea de sucesión para la presidenta interina, se autoproclamó como interina, con una votación fraudulenta en el Senado, ya que no estuvo presente ningún senador de la coalición de Evo (el MAS), de manera que no hubo quórum.

Como respuesta a esta lamentable jugarreta política, decenas de miles de indígenas, de campesinos y de simpatizantes de Evo salieron a las calles para exigir la destitución de Eáñez. Esta señora, en vez de escuchar y dialogar con el pueblo, envió a las mismas fuerzas que se amotinaron contra Evo para atacar a los bolivianos. Se calcula que van aproximadamente 15 muertos por esta represión. Lo peor del asunto es que la presidenta interina ilegítima emitió un decreto donde básicamente otorga “licencia para matar” a las fuerzas policiales y militares contra los manifestantes.

Conclusión: Bolivia pasó de Guatemala a Guatepeor. La derecha fascista y autoritaria debe dimitir y convocar inmediatamente a nuevas elecciones donde todas las fuerzas políticas puedan participar de manera equitativa, incluyendo Evo y el MAS.

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