Prisma
El señalamiento del ITAIPBC fue muy claro y preciso: Los partidos políticos con representación en nuestra entidad son los más renuentes a publicar en sus portales información sobre sus actividades y fundamentalmente del manejo de los dineros que reciben de las autoridades electorales.
Ello trascendió en la segunda sesión ordinaria del pleno celebrada en días pasados, presidida por su consejero presidente Octavio Sandoval López, en la cual se abordó el tema de los sujetos obligados por la ley correspondiente, que no han cumplido en con la obligación de informar, pese a los requerimientos de la institución, amonestaciones y amenazas de sanciones económicas.
Curiosamente, los partidos políticos que más pregonan la lucha contra la corrupción son los que siguen ignorando el imperativo de difundir sus acciones y, sobre todo, de ejercer la transparencia y la rendición de cuentas, que permita conocer el destino de los vastos recursos recibidos que se les entrega con motivo del proceso electoral.
Las fuerzas políticas que no registran avance alguno en cuanto a la carga de información en la Plataforma Nacional de Transparencia, portal de internet propio son el Partido Revolucionario Institucional, Morena, Partido de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano, MC, Verde Ecologista, PVEM, Nueva Alianza, PNA y el Partido del Trabajo. Los que han cumplido parcialmente son Partido Encuentro Social, con un avance del 50% a nivel nacional, 8.91 en su portal de internet y el 29 de información expuesta al público.
El Partido Acción Nacional en ese renglón solo registra un 30% en la Plataforma Nacional, 17.86% en su página de internet y 24% en la información requerida por la población. El Partido de Baja California mostró avances del 4.71% en Plataforma Nacional, 3.82% en su página de internet y el 4.26% en información.
¿Por qué la renuencia de dirigentes partidistas en informar de sus manejos internos en los términos que establece la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública? preguntará el lector. ¿Por qué esa resistencia en informar la forma en que gastan el dinero que pagamos los ciudadanos mediante el pago de impuestos?
El tema huele mal. Más si recordamos que históricamente dirigentes de los partidos han dispuesto de los dineros a su libre albedrío, rindiendo cuentas a medias a la autoridad electoral. Varias veces escuchamos a candidatos que participaron en la contienda electoral pasada, quejando que sus superiores les negaron el dinero destinado a costear sus campañas electorales. La pregunta: ¿A dónde fue a parar ese dinero?
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