/ sábado 17 de abril de 2021

En voz Baja

HIPÓDROMO, ¿PEOR QUE EL CAMPESTRE?

Con maromas de todo tipo y referencias históricas, quien justifica la anunciada expropiación del Club Campestre de Tijuana, es el superdelegado federal JESÚS ALEJANDRO RUIZ URIBE. El ex diputado local hace todo lo que puede por quedar bien con el gobernador JAIME BONILLA VALDEZ, por lo que con ello solo queda en evidencia que todo lo que hace su antecesor en la delegación tiene el visto bueno del gobierno federal.

Para el superdelegado si la situación jurídica del Club Campestre está muy mal y se justifica su expropiación para un bien público. El tema del hipódromo de JORGE HANK RHON está todavía peor. El superdelegado se aprendió bien el boletín enviado por el secretario general de Gobierno, AMADOR RODRÍGUEZ LOZANO y se aventó la misma historia, pero dio su opinión como tijuanense y vecino de la zona. Explicó que la zona del Club Campestre pertenecía al general ABELARDO L. RODRÍGUEZ, quien tenía una compañía que operaba el Casino Aguacaliente, precursor de lo que después fue Las Vegas, donde había alberca, aeródromo, hipódromo, galgódromo, campo de golf, casino y hotel. El general LÁZARO CÁRDENAS expropia estos terrenos para convertirlo en un centro escolar cuando se prohíben los juegos y apuestas en México y se hacen ahí las escuelas icónicas de Tijuana. En ese momento (finales de los años 30 del siglo pasado), al campo de golf no se le vio mucha utilidad para que fuera escuela, por lo que 40 ó 50 ricos de Tijuana pidieron la oportunidad de administrar esa parte y esos terrenos quedaron en el limbo jurídico de si estaban expropiados o no.

El general ABELARDO L. RODRÍGUEZ, para seguir manteniendo su campo de golf, lo que hace es entregarles en usufructo a esas personas su campo de golf, porque era del general y jugar ahí y hacer su club, por lo que el Club Campestre nace en 1938 con terreno prestado. Es decir, se han hecho 3 expropiaciones que han revertido algunos gobernadores para beneficiar a empresarios, porque siempre se le buscó la utilidad pública que tiene ese enorme terreno, como un gran parque en medio de la zona de Tijuana. Después, estos empresarios se convirtieron en “paracaidistas” porque hicieron un proceso jurídico para prescribir el terreno y algún gobernador bajó las manos y no defendió el terreno. Pero hubo un error jurídico, ya que el gobierno estatal había llegado a un acuerdo con la familia del general ABELARDO L. RODRÍGUEZ y con otras dos sucesiones para entregarles a ellos, como legítimos propietarios. Es decir, prescribieron al ente equivocado. Cuando llegó LUIS ECHEVERRÍA ALVAREZ al poder, estudiantes invadieron el Campestre, pero el entonces Presidente tenía la visión de que sería una gran ciudad y les concedió los terrenos de Otay. Luego llegó a un acuerdo con los empresarios de Tijuana para que pagaran el terreno y les dio la concesión de la periferia del Club Campestre, pero los vendieron y pagaron el terreno, una parte al gobierno federal, otra a los herederos del general ABELARDO L. RODRÍGUEZ y una más a los ARGÜELLO. Parece ser que quienes compraron esos terrenos eran los mismos socios del Campestre, pero no pagaron un solo centavo. Por lo que es viable la expropiación.

El caso del hipódromo está peor, expresó RUIZ URIBE, porque todo el terreno y el negocio del hipódromo eran una concesión pública, la cual pertenecía a un ciudadano estadounidense de nombre VITO ALESSIO. Pero el último día de su gobierno el presidente JOSÉ LÓPEZ PORTILLO le dio la concesión a un personaje “muy prestigiado, que había demostrado que tenía grandes habilidades de empresario”, como es JORGE HANK RHON, quien apenas tenía 26 años y nunca había tenido un negocio en su vida o solo un negocio de mascotas y le había quebrado, era hijo de un político mexicano, que era muy brillante, el profesor CARLOS HANK GONZÁLEZ, quien lo mandó a Tijuana para que aprendiera el negocio del hipódromo. “Se acabó el hipódromo, ya prácticamente no hay carreras de caballos desde hace muchos años y le apostaron a un negocio que les ha ido muy bien, que son las apuestas en línea”. Pero el hipódromo, que es una concesión pública, lo convirtió en terreno privado, aunque conserva los establos y las caballerizas y construyó un estadio y un fraccionamiento de lujo como lo es Puerta de Hierro. Es decir, lo está usufructuando sin que esté clara la legitimidad de este terreno, por lo que está peor este asunto que el del Campestre.

HIPÓDROMO, ¿PEOR QUE EL CAMPESTRE?

Con maromas de todo tipo y referencias históricas, quien justifica la anunciada expropiación del Club Campestre de Tijuana, es el superdelegado federal JESÚS ALEJANDRO RUIZ URIBE. El ex diputado local hace todo lo que puede por quedar bien con el gobernador JAIME BONILLA VALDEZ, por lo que con ello solo queda en evidencia que todo lo que hace su antecesor en la delegación tiene el visto bueno del gobierno federal.

Para el superdelegado si la situación jurídica del Club Campestre está muy mal y se justifica su expropiación para un bien público. El tema del hipódromo de JORGE HANK RHON está todavía peor. El superdelegado se aprendió bien el boletín enviado por el secretario general de Gobierno, AMADOR RODRÍGUEZ LOZANO y se aventó la misma historia, pero dio su opinión como tijuanense y vecino de la zona. Explicó que la zona del Club Campestre pertenecía al general ABELARDO L. RODRÍGUEZ, quien tenía una compañía que operaba el Casino Aguacaliente, precursor de lo que después fue Las Vegas, donde había alberca, aeródromo, hipódromo, galgódromo, campo de golf, casino y hotel. El general LÁZARO CÁRDENAS expropia estos terrenos para convertirlo en un centro escolar cuando se prohíben los juegos y apuestas en México y se hacen ahí las escuelas icónicas de Tijuana. En ese momento (finales de los años 30 del siglo pasado), al campo de golf no se le vio mucha utilidad para que fuera escuela, por lo que 40 ó 50 ricos de Tijuana pidieron la oportunidad de administrar esa parte y esos terrenos quedaron en el limbo jurídico de si estaban expropiados o no.

El general ABELARDO L. RODRÍGUEZ, para seguir manteniendo su campo de golf, lo que hace es entregarles en usufructo a esas personas su campo de golf, porque era del general y jugar ahí y hacer su club, por lo que el Club Campestre nace en 1938 con terreno prestado. Es decir, se han hecho 3 expropiaciones que han revertido algunos gobernadores para beneficiar a empresarios, porque siempre se le buscó la utilidad pública que tiene ese enorme terreno, como un gran parque en medio de la zona de Tijuana. Después, estos empresarios se convirtieron en “paracaidistas” porque hicieron un proceso jurídico para prescribir el terreno y algún gobernador bajó las manos y no defendió el terreno. Pero hubo un error jurídico, ya que el gobierno estatal había llegado a un acuerdo con la familia del general ABELARDO L. RODRÍGUEZ y con otras dos sucesiones para entregarles a ellos, como legítimos propietarios. Es decir, prescribieron al ente equivocado. Cuando llegó LUIS ECHEVERRÍA ALVAREZ al poder, estudiantes invadieron el Campestre, pero el entonces Presidente tenía la visión de que sería una gran ciudad y les concedió los terrenos de Otay. Luego llegó a un acuerdo con los empresarios de Tijuana para que pagaran el terreno y les dio la concesión de la periferia del Club Campestre, pero los vendieron y pagaron el terreno, una parte al gobierno federal, otra a los herederos del general ABELARDO L. RODRÍGUEZ y una más a los ARGÜELLO. Parece ser que quienes compraron esos terrenos eran los mismos socios del Campestre, pero no pagaron un solo centavo. Por lo que es viable la expropiación.

El caso del hipódromo está peor, expresó RUIZ URIBE, porque todo el terreno y el negocio del hipódromo eran una concesión pública, la cual pertenecía a un ciudadano estadounidense de nombre VITO ALESSIO. Pero el último día de su gobierno el presidente JOSÉ LÓPEZ PORTILLO le dio la concesión a un personaje “muy prestigiado, que había demostrado que tenía grandes habilidades de empresario”, como es JORGE HANK RHON, quien apenas tenía 26 años y nunca había tenido un negocio en su vida o solo un negocio de mascotas y le había quebrado, era hijo de un político mexicano, que era muy brillante, el profesor CARLOS HANK GONZÁLEZ, quien lo mandó a Tijuana para que aprendiera el negocio del hipódromo. “Se acabó el hipódromo, ya prácticamente no hay carreras de caballos desde hace muchos años y le apostaron a un negocio que les ha ido muy bien, que son las apuestas en línea”. Pero el hipódromo, que es una concesión pública, lo convirtió en terreno privado, aunque conserva los establos y las caballerizas y construyó un estadio y un fraccionamiento de lujo como lo es Puerta de Hierro. Es decir, lo está usufructuando sin que esté clara la legitimidad de este terreno, por lo que está peor este asunto que el del Campestre.

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