/ lunes 29 de marzo de 2021

No a debates virtuales

PRISMA

Por unanimidad, el Consejo General del Instituto Estatal Electoral aprobó la realización de 30 debates virtuales (?) entre los candidatos que participan en el proceso electoral que se supone concluirá con la elección de gobernador, cinco alcaldes y 17 diputados locales el 6 de junio próximo.

Los eventos se realizarán en abril y mayo. Tres entre candidatos a la gubernatura, dos para cada alcaidía y diputados uno por cada distrito electoral.

Considerando que la justa electoral ha sido calificada como histórica porque de sus resultados dependerá el futuro de nuestro Estado y atípica por las difíciles condiciones en que se desarrolla por el Covid-19, se antoja preguntar: ¿Qué clase de debates nos presentarán aspirantes y autoridades electorales?

De entrada, la idea de que los debates se llevan a cabo de manera virtual no cayó nada bien a la opinión pública. Se comenta que los posibles electores perderán la oportunidad de ver personalmente a los contendientes -de carne y “hueso pues”- observar su comportamiento, sus reacciones y emociones al abordar los temas seleccionados para su discusión. No será lo mismo ver sus caras en pantallitas que verlos “en vivo”.

El representante de Morena ante el IEEBC, Francisco Javier Tenorio Andújar, fue el único que descalificó la medida al asegurar: “Los debates virtuales representan una carga innecesaria e inconstitucional para los partidos políticos y afectan su autodeterminación en lo correspondiente a las campañas”.

Las razones de tipo presupuestal y de protección a la salud esgrimidas por los consejeros del Instituto, realmente no tienen el peso que justifica la realización de los debates en forma virtual, no presencial. No se trata de actos masivos. Solo candidatos y personal necesario atendiendo los protocolos establecidos por autoridades sanitarias para evitar propagación de contagios del temible virus.

Existen otras cosas que deben preocupar: Las reglas de los debates para que éstos se den en un marco de orden y respeto entre participantes y la designación de moderadores y capaces y conocedores de los temas que serán discutidos. Históricamente, los debates han sido utilizados por los participantes para insultarse y señalar sus defectos. Ojalá que esto no ocurra y nos permitan conocer la forma en que piensan abordar los problemas planteados.

salgares4@gmail.com

PRISMA

Por unanimidad, el Consejo General del Instituto Estatal Electoral aprobó la realización de 30 debates virtuales (?) entre los candidatos que participan en el proceso electoral que se supone concluirá con la elección de gobernador, cinco alcaldes y 17 diputados locales el 6 de junio próximo.

Los eventos se realizarán en abril y mayo. Tres entre candidatos a la gubernatura, dos para cada alcaidía y diputados uno por cada distrito electoral.

Considerando que la justa electoral ha sido calificada como histórica porque de sus resultados dependerá el futuro de nuestro Estado y atípica por las difíciles condiciones en que se desarrolla por el Covid-19, se antoja preguntar: ¿Qué clase de debates nos presentarán aspirantes y autoridades electorales?

De entrada, la idea de que los debates se llevan a cabo de manera virtual no cayó nada bien a la opinión pública. Se comenta que los posibles electores perderán la oportunidad de ver personalmente a los contendientes -de carne y “hueso pues”- observar su comportamiento, sus reacciones y emociones al abordar los temas seleccionados para su discusión. No será lo mismo ver sus caras en pantallitas que verlos “en vivo”.

El representante de Morena ante el IEEBC, Francisco Javier Tenorio Andújar, fue el único que descalificó la medida al asegurar: “Los debates virtuales representan una carga innecesaria e inconstitucional para los partidos políticos y afectan su autodeterminación en lo correspondiente a las campañas”.

Las razones de tipo presupuestal y de protección a la salud esgrimidas por los consejeros del Instituto, realmente no tienen el peso que justifica la realización de los debates en forma virtual, no presencial. No se trata de actos masivos. Solo candidatos y personal necesario atendiendo los protocolos establecidos por autoridades sanitarias para evitar propagación de contagios del temible virus.

Existen otras cosas que deben preocupar: Las reglas de los debates para que éstos se den en un marco de orden y respeto entre participantes y la designación de moderadores y capaces y conocedores de los temas que serán discutidos. Históricamente, los debates han sido utilizados por los participantes para insultarse y señalar sus defectos. Ojalá que esto no ocurra y nos permitan conocer la forma en que piensan abordar los problemas planteados.

salgares4@gmail.com