/ miércoles 14 de noviembre de 2018

Sobre la nueva tarifa del transporte

Prisma


La reestructuración del servicio urbano de transporte de pasajeros ha sido un problema no resuelto, pese a intentos de varios gobiernos municipales -de manera conjunta con los concesionarios- por múltiples factores, como dirían los ortodoxos.

Durante la administración del alcalde Gustavo Sánchez, los prestadores del servicio pidieron un aumento al costo del pasaje aduciendo -con sobrada razón- el incremento de precios en los insumos que utilizan. La respuesta fue que ello se daría siempre y cuando el servicio fuera mejorado, eliminando fallas que todos conocemos. La condición fue aceptada por los transportistas.

Pues bien, después de varios “estiras y aflojas”, el Alcalde dio a conocer que una vez integrado “un solo ente” que administrara el vital servicio, se autorizó que en breves días los transportistas podrán cobrar el aumento solicitado que será de 15.50 pesos, ofreciendo algunos beneficios para estudiantes, personas mayores y menores costos tratándose de transbordos.

Considerando que la modernización integral que reclama el servicio desde hace años no se ha dado ni tampoco informado, creemos que faltarían algunos elementos para lograrla en respuesta al nuevo precio del boleto. Por ejemplo, la reestructuración de las rutas de los camiones, que siempre ha sido un problema mayor que conlleva la ampliación y mejoramiento del servicio a ciertas zonas populares, cuyos residentes constantemente se quejan.

Faltaría también la renovación total de la flotilla camionera. Si bien es cierto circulan algunas unidades nuevas y seminuevas, también se observan algunas de las viejas que ya piden su retiro. Otro aspecto importante es la señalización de los paraderos de las unidades, los choferes se paran en donde les viene en gana, así como los horarios, ya que en ciertas zonas la tardanza causa serios problemas a los usuarios.

Otro punto de gran relevancia es la capacitación de los conductores que en algunas ocasiones adoptan actitudes ofensivas en contra de los pasajeros, en lugar de mostrarse amables y serviciales, sobre todo tratándose de personas de la tercera edad o estudiantes con derecho a descuento. Tampoco se ha informado sobre la regularización del servicio de transporte que se presta a miles de personas que laboran en la industria maquiladora, en unidades que no reúnen las condiciones de seguridad requeridas, poniendo en riesgo su integridad personal.

Mucho se habla de que el tema “se está estudiando” por parte del gobierno y los industriales de la maquila. Sin embargo, todo parece indicar que no ha sido posible encontrar la solución adecuada.

En fin, confiamos en que autoridades y empresarios -luego del aumento- seguirán luchando hasta lograr la reestructuración total del servicio para ubicarlo en el nivel que Mexicali merece.


Prisma


La reestructuración del servicio urbano de transporte de pasajeros ha sido un problema no resuelto, pese a intentos de varios gobiernos municipales -de manera conjunta con los concesionarios- por múltiples factores, como dirían los ortodoxos.

Durante la administración del alcalde Gustavo Sánchez, los prestadores del servicio pidieron un aumento al costo del pasaje aduciendo -con sobrada razón- el incremento de precios en los insumos que utilizan. La respuesta fue que ello se daría siempre y cuando el servicio fuera mejorado, eliminando fallas que todos conocemos. La condición fue aceptada por los transportistas.

Pues bien, después de varios “estiras y aflojas”, el Alcalde dio a conocer que una vez integrado “un solo ente” que administrara el vital servicio, se autorizó que en breves días los transportistas podrán cobrar el aumento solicitado que será de 15.50 pesos, ofreciendo algunos beneficios para estudiantes, personas mayores y menores costos tratándose de transbordos.

Considerando que la modernización integral que reclama el servicio desde hace años no se ha dado ni tampoco informado, creemos que faltarían algunos elementos para lograrla en respuesta al nuevo precio del boleto. Por ejemplo, la reestructuración de las rutas de los camiones, que siempre ha sido un problema mayor que conlleva la ampliación y mejoramiento del servicio a ciertas zonas populares, cuyos residentes constantemente se quejan.

Faltaría también la renovación total de la flotilla camionera. Si bien es cierto circulan algunas unidades nuevas y seminuevas, también se observan algunas de las viejas que ya piden su retiro. Otro aspecto importante es la señalización de los paraderos de las unidades, los choferes se paran en donde les viene en gana, así como los horarios, ya que en ciertas zonas la tardanza causa serios problemas a los usuarios.

Otro punto de gran relevancia es la capacitación de los conductores que en algunas ocasiones adoptan actitudes ofensivas en contra de los pasajeros, en lugar de mostrarse amables y serviciales, sobre todo tratándose de personas de la tercera edad o estudiantes con derecho a descuento. Tampoco se ha informado sobre la regularización del servicio de transporte que se presta a miles de personas que laboran en la industria maquiladora, en unidades que no reúnen las condiciones de seguridad requeridas, poniendo en riesgo su integridad personal.

Mucho se habla de que el tema “se está estudiando” por parte del gobierno y los industriales de la maquila. Sin embargo, todo parece indicar que no ha sido posible encontrar la solución adecuada.

En fin, confiamos en que autoridades y empresarios -luego del aumento- seguirán luchando hasta lograr la reestructuración total del servicio para ubicarlo en el nivel que Mexicali merece.