En el mercado existen miles y miles de productos diseñados para mejorar la salud y apariencia física.

Muchos de ellos buenos y muchos no. Si pudiéramos calificar a todos en la escala del 1 al 10, seguramente un porcentaje muy, muy bajo, lograría obtener un 10 en calidad de elaboración y contenido.

Estudios reales aplicados a grupos de personas para probar productos se hacen comúnmente por laboratorios y centros de estudio prestigiados, con el fin de reforzar la calidad y seriedad de los suplementos. Sin embargo, cuestan mucho dinero y muchos fabricantes prefieren no gastar.

Por lo tanto, entran al mercado miles de productos que aunque no hacen daño, tampoco sirven de mucho. Extractos de yerbas, plantas y frutas, cremas y pócimas con diferentes presentaciones, que solo contienen una mínima parte de los alimentos que representan, haciendo evidente para los conocedores de nutrición que es más benéfico consumir los alimentos en su estado natural que tomarlos en una cápsula.

Sin embargo, existe algo que todos los productos pueden tener con la aplicación de una buena mercadotecnia y eso es el efecto “placebo”. El efecto placebo no es más que la medida de autosugestión que un producto tiene sobre la persona que lo toma o usa. Puede ser un producto de regular calidad, pero si la persona está convencida que servirá, seguro obtendrá buenos resultados.

La conclusión es que hoy realmente es difícil saber si un producto nos ha servido o solo fue su efecto placebo el que nos hizo mejorar. De lo que estoy plenamente convencido es que no existe droga o producto que reemplace el súper efecto que tiene la mente cuando se fija una meta.

Ejemplos de esto podemos verlos todos los días en amigos y personas desconocidas, que con el simple hecho de estar convencidos de querer cambiar su vida de forma positiva, cambiaron su entorno, trabajo y su salud.

La próxima vez que te veas tentado a invertir tu dinero en un producto, detente a pensar un minuto y pregúntate. ¿Será este producto más fuerte que tu capacidad mental y determinación?

Armando Sánchez Díaz Medina

Guía nutricional y acondicionamiento

Tel.: 567-00-92