Con la energía de aquellos jóvenes que debutaban en la escena metalera en 1975, Iron Maiden se apoderó del Foro Sol, con la gira "Legacy of the beast", que reunió a 65 mil asistentes, su aforo más grande durante este tour.
Después de calentar motores con "Doctor, doctor", que sonó en las bocinas del recinto a manera de introducción, la agrupación apareció para arrancar con "Senjut su" y "Stratego".
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"¡Hola amigos!", exclamó Bruce Dickinson, y como si se hubiera alimentado de la euforia de su público, comenzó a danzar por todo el escenario, mientras entona a "The writting on the wall".
Un invitado inesperado aterrizó de los cielos a la mitad de la canción: se trataba del ya tradicional peluche de Dr. Simi, el cual fue sostenido por Bruce, y rockeó junto con él durante unos minutos, hasta que el cantante le dio un asiento se primera fila encima de la batería.
"Tenemos el show más grande de todo el tour, con 65 mil personas", dijo Bruce. "Esta noche es algo hermoso que estemos reunidos, como siempre los veo a todos, atrás a los costados mis amigos, mis hermanos de sangre", dijo haciendo alusión a la siguiente canción, "Blood brothers".
Una ligera lluvia comenzaba a caer, pero no arruinó el ánimo de la gente, que coreaba "Sign of the cross" y "Flight of Icarus" a todo pulmón. Bruce aprovechó para ponerse un atuendo más abrigador, y apareció portando una capa negra.
La escenografía, similar a la utilizada en su show de 2019, fue un protagonista más del espectáculo, transportando a los presentes a un palacio chino, luego una iglesia, de ahí directo a las entrañas del infierno, donde Eddie (la mascota de la banda) vigilaba atento.
Un cambio más de outfit, ahora portando un sombrero negro y una máscara, y armado con una lámpara que emanaba luz verde, Bruce interpretó el éxito de 1992, "Fear of the dark".
"Maiden, Maiden, Maiden" se escuchaba decir al público entre canción. Pero Bruce quería más, por lo que incitó a su público a gritar con todas sus fuerzas. No satisfecho con la primera ovación, el cantante repitió el ademán dos veces más hasta que los gritos acompañaron el estruendoso final de "Hallowed by thy name".
El ánimo fue tal, que durante "The number of the beast" un pequeño grupo, que en el área de cancha ya se observaban pequeños grupos de personas haciendo slam.
Una criatura infernal apareció para acompañarlos durante "Iron Maiden", que parecía marcar el final del show. "Gracias Ciudad de México", gritó Bruce.
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Pero la banda tenía una "batalla" más por librar. Vestido de soldado inglés y portando una bandera de su país, Bruce reapareció para "pelear" contra una infernal criatura, mientras sonaba "The tropper".
Tras resultar victorioso, cerró el show con "The clansman", "Run to the hills" (durante la cual se puso un sombrero de charro) y "Aces high". "Muchas gracias, amigos", dijo antes de salir del escenario.