Para María Concepción Islas de Varela la recientemente beatificada Concepción Cabrera de Armida fue considera un modelo a seguir, tanto para las madres católicas como para las mujeres en general.
Cabrera de Armida el pasado 4 de mayo tuvo su ceremonia de beatificación en la Ciudad de México en la Basílica de Guadalupe (México), después de que el 8 de junio del 2018, el papa Francisco autorizó a la Congregación de la Causas de los Santos la promulgación de un decreto para reconocer un milagro atribuido a la venerable Conchita Cabrera de Armida, permitiendo la celebración para declararla beata.
Ella nació en San Luis Potosí el 8 de diciembre de 1862 y murió el 3 de marzo de 1937, pero como parte de su trayectoria a reconocer, fueron los sacrificios que hizo a lo largo de su vida a favor de la Iglesia, pero sobre todo a las personas que lo necesitaban, afirmó Conchita Islas de Varela.
Fue una mujer que a lo largo de la vida supo lograr la santificación dentro de su hogar; ella fue una mística que desde muy joven sintió la vocación por la religión.
La señora Islas de Varela recordó que Cabrera de Armida a los inicios de su juventud no pensaba casarse, sin embargo también en esa época se enamoró del señor Francisco Armida, en donde la única condición para casarse con ella fue que le permitiera asistir a misa todos los días.
Ella era una mujer que emanaba mucha ternura y para la época, no era tan tradicionalista, ya que se vestía normal y no de una manera similar a la de una monja, rememoró Islas de Varela.
Ella daba asesoría a los niños que estaban solos sin su mamá y ayudaba a las mujeres que tenían dudas sobre cómo era la mejor manera de criarlos; sin ser una religiosa, atendiendo su hogar, hizo algo por la gente que la estaba necesitando.
Conchita de Armida fue de las primeras personas que le concedieron tener la hostia consagrada en su casa y aseguraba que escuchaba voces que le indicaban qué camino debía recorrer para hacer un mundo mejor, tan así que fundó distintas organizaciones.
Algunas de éstas fueron el Apostolado de la Cruz, la cual impulsa a los que quieren santificar todos los actos de su vida; la Congregación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús; la Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, para laicos, quienes se esfuerzan en cultivar en el mundo el espíritu de las Religiosas de la Cruz y la Fraternidad de Cristo Sacerdote, que trata de reunir a los sacerdotes diocesanos que participan de las Obras de la Cruz.