El gobierno estatal debe empezar a implementar medidas urgentes para la conservación del vital líquido como el utilizar las aguas grises para el regado de parques, jardines y camellones, ya no nos podemos dar el lujo de utilizar el líquido nuevo, señaló el investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Alfonso Cortés Lara.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), publicó en la edición del 12 de julio del 2022 del Diario Oficial de la Federación, el “Acuerdo de carácter general de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa, extrema o excepcional en cuencas para el año 2022”, en el que se encuentra la cuenca de Baja California.
Cortés Lara mencionó que al enfocarse en las fuentes de agua, así como en la infraestructura que sí tienen, y en las oportunidades de rescatar agua del distrito de riego de manera razonable, también hay que voltear a ver el manejo riguroso del agua, solo hay que voltear a ver a California, que está en las mismas condiciones que Baja California.
“Debe ser muy riguroso el enfoque de la gestión de la demanda, no nada más de mencionar que “tenemos un programa de cultura del agua”, no, no, no, me refiero a meterle recursos, incentivos, para inducir un mejor uso del agua, en el uso público urbano, en la industria y también en el campo”.
Comentó que en el caso del campo, se debe reducir el consumo de agua por medio de incentivos institucionales, para ello debe haber una mejor coordinación interinstitucional del gobierno del estado con el federal, ya que el Distrito de Riego 14 es federal.
Cortés Lara mencionó también la necesidad de implementar incentivos regulatorios, es decir, que se aplique la ley, ya que hay una sobre explotación de los acuíferos en la zona costa del estado, así como en el Valle de Mexicali, debido a que no se aplica bien la ley.
“Es decir, eso no necesita de infraestructura, necesita nada más de poner orden, y eso sale mucho más barato que invertir”.
También está la opción tarifaria, que eso debe aplicarse como último recurso, ya que sería primero la regulación, luego los apoyos, y posteriormente se entra el sistema de incentivos tarifarios, manejar la tarifa de la manera más adecuada, ajustarla a los costos reales de transporte y sobre todo, no perdonar deudas.
Además, se deben quitar los candados que se encuentran en la Ley de Aguas Nacionales, que es obsoleta, ya que data el año 1992, que es la de “economía circular”, es decir, darle vueltas al agua.