En Mexicali falta un albergue de gran tamaño para recibir a migrantes, pero no hay recursos federales, y en los particulares o privados de asociaciones civiles, cobran entre 50 a 150 pesos por día, declaró la alcaldesa Norma Bustamante Martínez.
Representantes de diversos albergues, señalaron que el recurso es donativo, no una cuota, y es para el pago de alimentos y gas, entre otros servicios.
“Tienen qué cobrar, porque no tienen nada qué ver con el gobierno y les tienen que dar de comer, es algo justo”, dijo la alcaldesa y reconoció que hay migrantes que no pueden pagarlo.
Sobre la falta de recursos federales para atender el tema migratorio, comentó que la delegación en Baja California, que representa Alejandro Ruiz Uribe, tiene el interés y genera apoyos pero en especie como son colchas y camastros.
“Si no hay presupuestos federales, el delegado no puede hacer nada, el interés lo tiene, hay apoyo y comunicación, pero aquí se necesita dinero y presupuesto, esa es la realidad”, remarcó.
Altagracia Tamayo Madueño, directora de la Posada del Migrante, explicó que en su caso, ella no realiza cobros, sino que de manera voluntaria y ordenada, sus huéspedes participan para pagar los alimentos y el gas para alimentar a las 303 personas que viven en su albergue.
“No estamos cobrando, eso es mentira, entre ellos cooperan para tener el tanque de gas. Todo el invierno tuvieron agua caliente, ¿quién los pagó?, ellos mismos, se ponen de acuerdo”, expresó.
Esto es una consecuencia de que el gobierno federal, el estatal y el municipal les da poco o casi nada de apoyo.
Por ejemplo, el gobierno estatal les realiza donaciones en especie de diferentes tipos de granos, pero esto no es suficiente para alimentar y, mucho menos, nutrir, a más de 300 personas.
“Nos dan cuando les da su fregada gana, había un convenio con el Secretario General de Gobierno de que nos dieran 150 despensas el gobierno del estado y otras 150 el municipio, sí nos dan la despensa, pero como a ellos les da la gana; el problema esencial es que tenemos que pagar gas y todo lo demás”, lamentó.
En el caso de los 24 angoleños que estuvieron 4 días a la intemperie, afuera del Centro Estatal de las Artes, dijo que no se les atendió en su albergue debido a que no tenía espacio libre para ellos.
El Albergue Peregrino, administrado por el DIF Municipal, habilitó una cocina que aún no está lista para usarse como tal, para recibir el lunes a esos migrantes originarios de Angola.
“Nosotros estamos saturados, tenemos mucha mucha gente, yo tengo 303 personas. Les dije que no puedo recibirlos, no es discriminación, no es nada, les ayudamos a llenar la aplicación. El problema es que no hablan bien el español”, dijo Tamayo Madueño.
Por su parte, el director del albergue El Hijo Pródigo, Santiago Raygoza, comentó que en sí se les pide una cooperación, puesto que desde hace años que no existe un apoyo gubernamental.
La comida que les donan no es suficiente para alimentar a las más de 250 personas que se resguardan en dicho albergue ubicado en la avenida Michoacán, en la colonia Pueblo Nuevo.
Igualmente, Sergio Tamai Quintero, director del Hotel del Migrante, comentó que como consecuencia de que no existe apoyo gubernamental, este espacio ya no está atendiendo como antes.
Su albergue actualmente solo atiende a alrededor de 40 personas, pero reconoce las malas condiciones en las que se encuentran sus instalaciones, toda vez que el último mantenimiento se le dio en el 2013.
Cuando había recursos del gobierno los servicios que otorgaban eran gratuitos, pero al suspenderse, todos los albergues se vieron obligados a pedirles el apoyo a los huéspedes a que colaboren en pagar los servicios.
“También los albergues que no cobraban en Tijuana, ya cobran una cuota, porque, ¿de dónde vas a sacar la renta, para el agua, la luz? No hay ningún apoyo del gobierno, por eso empezaron así. Luego sacan la nota y la gente cree que estamos ganando dinero, pero no es así”.
Antes, dijo, en el hotel del migrante se les pedía una cooperación de 50 pesos diarios, como una cuota de recuperación para pagar la renta, la cual suma una deuda de 500 mil pesos.
Por su parte, la alcaldesa destacó que en Mexicali, se está llegando a “semáforos rojos” en materia de capacidad para albergar a más migrantes.
“Ya no se puede abrir más lugares, si llegan cien más ¿dónde los meto?”, declaró.
Bustamante Martínez refirió que en las mesas de seguridad que se realizan los miércoles en el ayuntamiento, hay personal del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes refieren que ha habido migrantes retornados que llegaron a la capital en vuelos al aeropuerto.
Pero el flujo que llega por otras vías, no es contabilizado por el INM.
HUÉSPEDES
Antonella y Jefferson son una joven pareja originaria de Lima, Perú, quienes arribaron a mexicali el 25 de febrero. Actualmente se hospedan en la Posada del Migrante. Ellos viajan con su hija de 8 años, con el fin de buscar una mejor vida para ella.
Desistieron de vivir en aquel país debido a que la economía está muy desgastada, ya que el costo de los productos y servicios es muy alto.
“Las ventas han bajado, la delincuencia está muy fuerte, ya que nos fuimos vimos que se agravó la situación, pero a la vez estamos agradecidos que estamos lejos de todo eso”.
Están esperando respuesta de la solicitud de asilo en Estados Unidos, esperando alcanzar a un ser querido que se encuentra en Connecticut y mientras tanto, permanecen en la posada del migrante.
La familia ya realizó la solicitud en línea y en el transcurso, Jefferson logró conseguir un empleo como trabajador de limpieza en un hospital.
Antonella admitió que ha sido difícil adaptarse culturalmente en este país, iniciando con el tema de la comida, ya que son platillos muy diferentes a los de Perú.
Ahora, ya se han acostumbrado a comer tortas y pozole, asegurando que ha facilitado su adaptación y que la gente de esta ciudad es muy amable.
“Las personas en México son muy amables, muy tratables, no nos podemos quejar. Lo que importa es que estamos bien y estamos juntos. Pero no es la idea quedarnos aquí, es ir a Estados Unidos”, dijo Jefferson.
Por otra parte, Douglas Alexander, de Honduras, relató que él arribó a México el 8 de diciembre de 2022. Su traslado desde aquel país, en su mayoría fue en el tren de carga y parcialmente caminando, siguiendo las vías.
Gracias al buen trato que le han dado en México, actualmente cuenta con una visa humanitaria en este país y está a la espera de recibir una respuesta de la solicitud de asilo para ingresar a Estados Unidos.
Él arribó a Mexicali el 10 de febrero y se aloja en el albergue El Hijo Pródigo, buscando consolidar el sueño americano.
Decidió dejar su país debido al desempleo que existe allá, donde, además, hay una fuerte presencia de la delincuencia organizada y de los Mara Salvatrucha, quienes tienen control en aquella nación, donde trabajaba para una empresa de telefonía celular como técnico de mantenimiento.
México ha sido bueno con él, aseguró, puesto que hasta cuenta con un empleo en una fábrica de varillas para la construcción.
Para él, su estancia en Mexicali será pasajera, ya que busca reunirse con un conocido que vive en Nuevo México.
“No he tenido problemas con la justicia, con migración, nada, cuando venía, en el transcurso del tren sí hubieron personas que se treparon al tren y nos despojaron de algunas cosas, dinero también. Pero cuando preguntaba algo la policía era muy bien amable. En el transcurso de mi camino mucha gente me echó la mano para llegar aquí.
“Quiero entrar, si Dios me lo permite, que me salga un trabajo de lo que sea en Estados Unidos, pero que sea algo legal, honrado”.
Con información de Yerson Martínez
