En 1980 falleció un menor de 10 años dentro de las instalaciones del Bosque y Zoológico de la Ciudad, esto ocurrió porque la lancha que utilizaban para dar un paseo explotó con más de 20 tripulantes a bordo entre ellos menores de edad, así lo explicó la madre del niño, Marta Gutiérrez.
La madre agregó que ese día, sus dos hijos se fueron de camping con uno de sus familiares, horas después su esposo llegó a darle la mala noticia con su otro hijo, el mismo que presenció el incidente.
Narró que sus familiares le dijeron que ese día la lancha se había quedado sin gasolina poco antes de finalizar el recorrido, uno de los responsables estaba poniendo combustible cuando su acompañante prendió un cigarrillo, y la ceniza de este llegó hasta el líquido provocando la explosión.
Contó que el barco estaba en llamas, por eso los responsables empezaron a movilizar a niños y personas adultas al agua para evitar que se quemarán, al actuar rápidamente, agarraron a los niños porque no sabían nadar, destacando que ninguno contaba con salvavidas.
Cuando salieron todos, los familiares del pequeño se habían percatado que hacía falta uno, por lo que alertaron a los encargados del lugar, al no tener respuesta informaron a los padres, mismos que actuaron rápidamente y fueron a las instalaciones acompañados de conocidos y vecinos para iniciar la búsqueda.
"Recuerdo que ese día todos empezaron a buscar al niño en cada rincón del bosque, yo tenía la esperanza que del susto estuviera escondido en alguna zona, pero no fue así, ese día no logramos saber nada de él" detalló.
Los bomberos y autoridades estuvieron apoyando, pero no lograban encontrarlo, ante la falta de los responsables del incidente, pues, después del incidente no se supo de ellos, entrevistaron al otro pequeño que fue el que presenció todo, es decir su hermano menor.
"Las autoridades le señalaban ciertos puntos de la laguna, cuando dieron con el punto, fué porque mi hijo se tapó los ojos" dijo.
La búsqueda duró tres días, el nueve de abril un buzo que era amigo de los padres del niño, fue quien lo encontró, señaló que era muy poca la visibilidad debajo del agua, y que se quedaba inundado en el lodo casi un metro, para dar con el menor tocaba rincón por rincón hasta que sintió un bulto y eran sus pies.
Una vez ubicaron el punto, le dijeron a Marta Gutiérrez que se fuera a descansar y dormir un rato, mientras que a su esposo le dijeron la verdad, con la finalidad de evitar causar un gran impacto en la madre, pues debían amarrar los pies del niño y arrastrarlo con un lancha hasta la orilla.
"Yo quería ir al baño, en eso me di cuenta que el bosque seguía vendiendo boletos para que las personas ingresarán en lugar de evitar el paso, eso causó una molestia en mí tanto que se me quitaron las ganas de orinar" mencionó.
Al regresar se percató de la situación, pues miró a su pequeño sin vida, "Estaba golpeado, en la parte detrás de su cabeza tenía una bola muy grande, a lo que me dijeron las autoridades, el niño falleció por un golpe, creo fue cuando ocurrió todo, al quedar inconsciente cayó al lago" explicó.
Han pasado muchos años desde aquel trágico momento, desde ese entonces ella nunca ha vuelto a visitar las instalaciones del patronato, pues le genera mucha tristeza recordarlo.
Así mismo conserva la mochila de su hijo y cuadernos, el día que el menor falleció llevaba varias estampas en su bolsillo que su abuela le había comprado, la mamá las conservó y fue hace poco tiempo que regaló a sus progenitores y nietos una de ellas como recuerdo.
Después de sepultar el cuerpo de su hijo, el director de bosque visitó su casa, “Ese día me entregó un cheque en blanco para que pusiera la cantidad que yo quisiera, en eso mi esposo le dijo que la vida de nuestro hijo no tenía precio, que si él quería donar algo lo repartiera a Bomberos y Cruz Roja, aunque ya no supimos si realmente lo hicieron” puntualizó.
Anteriormente el paseo por lancha era un recorrido por la laguna muy famoso y solicitado por los visitantes.