Jesús Morales estaba en su casa de Pórticos del Valle cumpliendo sus deberes de padre de familia, cuando de repente su hija pequeña se golpeó la boca en forma tal que le comenzó a sangrar en forma imparable.
El desesperado padre atinó a llamar el servicio Uber y le tocó a Francisco Hernández “El Frank”, ser el prestador del servicio.
Al ser un reportero gráfico y Premio Nacional de Periodismo, no se arredró ante un caso de emergencia. El hombre con la niña sangrando en brazos le pidió que condujera a la primera farmacia que tuviera servicio médico.
Con premura y precaución, “El Frank” comenzó a conducir. Al ver el caso y con la cabeza más fría le sugirió al afligido padre que lo mejor era llevar a la niña al Seguro, pero el hombre le dijo que no contaba con ese privilegio, ya que era músico independiente.
Francisco le dijo que lo mejor sería ir a la Cruz Roja y enfiló hacia el Norte hasta llegar al bulevar Lázaro Cárdenas y llegar a la clínica “Mario Hernández Maytorena” de la benemérita institución, donde el hombre bajó y al volver la vista al ruletero para ver lo del pago, el del Uber le dijo: Atiende a tu hija. Fue la última vez que se vieron.
Pero Jesús se quedó con la necesidad de darle las gracias al hombre que lo llevó y bien aconsejó para que pudiera ayudar a su pequeña, quien debió de recibir varias puntadas, pues la lesión no era tan sencilla.
SEPAN TODOS
Agarró su celular, buscó el último servicio de Uber y se encontró rostro afable del taxista y lo subió a las redes sociales.
“Quiero agradecer y felicitar a esta persona y que sepan todos que es persona de confiar; mi hija se cayó y se lastimó su boquita y esta persona al ver la desesperación que tenía, cuando le pregunté cuánto era me dijo que me metiera, que no me preocupara”.
Decenas de personas comenzaron a llamar a Francisco, primero sus familiares, luego amigos y cuando da un servicio lo felicitan por su noble gesto.
Francisco, modesto, contestó: “Solo hice lo que cualquiera hubiera hecho, aporté un granito de arena”.