Para las más de 3 mil personas que habitan en el ejidoQuerétaro, en el valle de Mexicali, la madrugada del 23 de juniodel 2015 es una fecha imposible de borrar, pues se revive laimpotencia y el dolor que pasaron al ver las llamas que devorabanel asilo de ancianos Hermoso Atardecer, en donde vivían cerca de40 ancianos, la mayoría de ellos en condición de abandono.
Al visitar el lugar en el que aún se observan las cenizas de loque algún día fue un hogar para decenas de adultos mayores sepercibe la nostalgia que envuelve a cada una de las personas que demanera directa o indirecta convivían con el sitio, las mismas queaquella noche fueron testigos de la tragedia.
El gran predio que ocupó alguna vez el Hermoso Atardecer luceahora desocupado, grandes candados mantienen sus puertas cerradas ydos perros que intentan alejar a quien se acerca. En el patio seobservan restos de sillas de ruedas y camillas, objetos queaparentan haber sido testigos de la catástrofe y ahora elabandono.
A pocos metros del lugar reside la familia López, cuyosmiembros recuerdan con dolor la mañana en que se enteraron que 19ancianitos habían fallecido en medio de las llamas.
“Íbamos de la iglesia a darles servicios bíblicos,convivíamos con ellos y es muy triste que hayan fallecido siendotan queridos para nosotros; en la mañana que me levanté me dioolor a humo, vi a los bomberos y me enteré de todo; si era deapoyo que estuviera el asilo aquí”, recordó Migdalia.