/ viernes 23 de diciembre de 2022

Migrantes anhelan reunirse con sus familiares para esta Navidad

Extrañan, además, las comidas tradicionales de sus respectivos países

Aunque la Nochebuena y la Navidad para muchos es un momento de regocijo y de abundancia, este no será el caso para la población migrante que se encuentra en Mexicali que busca el sueño americano.

Tal es el caso de Rosa Esperanza Lazos Zamora, originaria de Nicaragua, quien busca una vida mejor en el país vecino del norte.

Su aspiración, es que le otorguen asilo en Estados Unidos, todo con el fin de contar con una mejor calidad de vida, dedicándose a lo que más le gusta, la cocina.

Desde hace un año huyó de su país a consecuencia del hostigamiento que vive la Iglesia Católica en aquel país.

Sus hijos, dijo, ya están mayores y tienen su propia vida, por lo que Rosa Esperanza está en la búsqueda de su desarrollo personal.

Este 25 de diciembre será la primera Navidad que vive lejos de sus seres queridos y fuera de su país de origen.

Usualmente, ella se reunía con su familia para la cena. A quienes más extraña es a sus hijos, Rigoberto y Ana Karely, así como a sus hermanas Sobeyda, Evelia y Yadira.

Además de cenar con ellos, también acostumbraba asistir a la misa que se ofrecía a las 23:00 horas del día 24, a la cual coloquialmente le llaman “misa del gallo” en alusión a que termina a las 12:00 del 25, cuando inicia el nacimiento de Jesús.

Si le pudieran conceder un regalo para el día de Navidad, dijo que lo único que quisiera es estar con sus seres queridos, ya que se siente muy distanciada de su familia.

“Es duro para uno, ya más de dos años que no miro a mis hermanas y he andado así; lo que uno más desea en este momento es estar con la familia, es lo más esencial, sentir un abrazo de uno de la familia”.

Esta Navidad, Rosa Esperanza se alojará en el Refugio del Migrante, en donde dijo que se encuentra bien, pero no se espera una gran bonanza.

“Aquí no se puede hacer nada, yo no tengo nada planeado, estoy sola acá y no miro que nadie planee nada”.

QUISIERA VER A SU HIJA

Otra de las migrantes que vivirá por primera vez una Navidad sin su familia, será Aracely, de 28 años, quien es madre de familia y es originaria de Guatemala.

Ella tiene una hija de 8 años que se quedó en aquel país, a quien espera volver a ver una vez que logre conseguir asilo político en Estados Unidos, utilizando un proceso de manera legal.

Durante la Nochebuena, dijo que habitualmente se reunía con su madre, sus hermanos, sus sobrinos y por supuesto, su hija, con quienes degustaba un pollo horneado que vende un comerciante muy popular de su comunidad.

“Se me parte el corazón, somos una familia pequeña, pero unida, nos reuníamos a las 7 de la noche”, expresó.

De Navidad, solo quisiera ver a los suyos, mucho más que recibir regalos, dijo Aracely.

“Quisiera que estuviéramos reunidos como familia, indiscutiblemente, en el lugar que sea, prácticamente yo creo que eso uno de mis mayores anhelos y deseos”.

DESEO HONDUREÑO

Igualmente, el padre de familia, Gerson Rodríguez, manifestó que lo único que desearía esta Navidad, es reunirse con su familia.

En su país de origen, Honduras, dejó atrás a su esposa Jenny y a sus hijos, Karina, Katerine, Andrea y Erickson, con quienes desearía disfrutar de la Navidad.

Él se encuentra a la espera de recibir una respuesta de su solicitud de asilo político y mientras tanto, es el encargado operativo del albergue “Hijo Pródigo”.

“Yo también solicité una visa humanitaria en México, no quiero ser un problema para ningún lugar, al contrario, busco ser una ayuda en el lugar en donde estemos”.

Aunque la Nochebuena y la Navidad para muchos es un momento de regocijo y de abundancia, este no será el caso para la población migrante que se encuentra en Mexicali que busca el sueño americano.

Tal es el caso de Rosa Esperanza Lazos Zamora, originaria de Nicaragua, quien busca una vida mejor en el país vecino del norte.

Su aspiración, es que le otorguen asilo en Estados Unidos, todo con el fin de contar con una mejor calidad de vida, dedicándose a lo que más le gusta, la cocina.

Desde hace un año huyó de su país a consecuencia del hostigamiento que vive la Iglesia Católica en aquel país.

Sus hijos, dijo, ya están mayores y tienen su propia vida, por lo que Rosa Esperanza está en la búsqueda de su desarrollo personal.

Este 25 de diciembre será la primera Navidad que vive lejos de sus seres queridos y fuera de su país de origen.

Usualmente, ella se reunía con su familia para la cena. A quienes más extraña es a sus hijos, Rigoberto y Ana Karely, así como a sus hermanas Sobeyda, Evelia y Yadira.

Además de cenar con ellos, también acostumbraba asistir a la misa que se ofrecía a las 23:00 horas del día 24, a la cual coloquialmente le llaman “misa del gallo” en alusión a que termina a las 12:00 del 25, cuando inicia el nacimiento de Jesús.

Si le pudieran conceder un regalo para el día de Navidad, dijo que lo único que quisiera es estar con sus seres queridos, ya que se siente muy distanciada de su familia.

“Es duro para uno, ya más de dos años que no miro a mis hermanas y he andado así; lo que uno más desea en este momento es estar con la familia, es lo más esencial, sentir un abrazo de uno de la familia”.

Esta Navidad, Rosa Esperanza se alojará en el Refugio del Migrante, en donde dijo que se encuentra bien, pero no se espera una gran bonanza.

“Aquí no se puede hacer nada, yo no tengo nada planeado, estoy sola acá y no miro que nadie planee nada”.

QUISIERA VER A SU HIJA

Otra de las migrantes que vivirá por primera vez una Navidad sin su familia, será Aracely, de 28 años, quien es madre de familia y es originaria de Guatemala.

Ella tiene una hija de 8 años que se quedó en aquel país, a quien espera volver a ver una vez que logre conseguir asilo político en Estados Unidos, utilizando un proceso de manera legal.

Durante la Nochebuena, dijo que habitualmente se reunía con su madre, sus hermanos, sus sobrinos y por supuesto, su hija, con quienes degustaba un pollo horneado que vende un comerciante muy popular de su comunidad.

“Se me parte el corazón, somos una familia pequeña, pero unida, nos reuníamos a las 7 de la noche”, expresó.

De Navidad, solo quisiera ver a los suyos, mucho más que recibir regalos, dijo Aracely.

“Quisiera que estuviéramos reunidos como familia, indiscutiblemente, en el lugar que sea, prácticamente yo creo que eso uno de mis mayores anhelos y deseos”.

DESEO HONDUREÑO

Igualmente, el padre de familia, Gerson Rodríguez, manifestó que lo único que desearía esta Navidad, es reunirse con su familia.

En su país de origen, Honduras, dejó atrás a su esposa Jenny y a sus hijos, Karina, Katerine, Andrea y Erickson, con quienes desearía disfrutar de la Navidad.

Él se encuentra a la espera de recibir una respuesta de su solicitud de asilo político y mientras tanto, es el encargado operativo del albergue “Hijo Pródigo”.

“Yo también solicité una visa humanitaria en México, no quiero ser un problema para ningún lugar, al contrario, busco ser una ayuda en el lugar en donde estemos”.

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