Varios kilómetros son los que impiden ver a sus familiares en estas fechas decembrinas, con mucha tristeza es como los migrantes recuerdan la navidad.
Antonia Jiménez Mora originaria de Michoacán llegó hace dos meses a la ciudad acompañada de sus tres hijos, viven actualmente en el albergue Cobina.
"Mis hijos me preguntan que porque no van a estar con la familia, que dónde están las piñatas ya que cada navidad quebraban una y les dábamos aguinaldos" explicó.
A lo que ella intenta explicarles la situación, también recordó que cada año hacían buñuelos, ponche, comida típica como mole o barbacoa, ya que era más fácil.
"Si nos quedamos, esperemos nos den oportunidad de festejarnos aquí en el albergue, somos de varios países, hay que organizarnos y convivir" finalizó.
"Me siento triste, uno estando fuera de su país extraña la comida, baleadas, nacatamales" mencionó.
Algo muy típico es que en el país desde el 20 de noviembre las personas empiezan a decorar sus hogares, los jóvenes empiezan a pedir dinero (pisto) desde el primero de diciembre.
Con la finalidad de poner un peluche lleno de fuegos artificiales, esto es por colonias, cuando se llega la medianoche le prenden fuego.
La titular del Albergue Cobina, Altagracia Tamayo agradeció a quienes le donaron unos pavos, sin embargo tiene la duda al saber si será en navidad o año nuevo cuando realice la comida.