El recorte de agua para riego agrícola provocará el aumento de la salinidad en los suelos del Valle de Mexicali, al no disponer del recurso para realizar el lavado de tierras, lo que reducirá la productividad de las tierras.
Para contrarrestar lo anterior, se deben establecer nuevas estrategias, expuso ayer la investigadora Silvia Mónica Avilés Marín, durante la sexta sesión del ciclo de talleres organizado por la Alianza Revive el Río Colorado, en la que se trató la problemática de la salinidad en el agua y suelo del Distrito de Riego 014.
La también profesora del Instituto de Ciencias Agrícolas de la UABC comentó que el suelo del Valle de Mexicali tiene las condiciones ideales para que se propicien las sales, lo que impacta a los cultivos, ya que hay una disminución en su rendimiento que afecta a las propiedades físicas y la fertilidad.
Los recortes en las asignaciones de agua del Río Colorado de Estados Unidos para México, como la de 99 millones de metros cúbicos (mm3) para este 2022 y de 128 mm3 para 2023, propician la salinización del suelo, comentó.
“Tenemos problemas con el suelo arcilloso, donde la infiltración es lenta y el manto freático está muy superficial; quitar el exceso de sales a veces requiere una lámina de lavado y a veces no es posible, requerimos un volumen de agua que ya no tenemos, las plantas tienen un estrés hídrico”.
Los terrenos más salinos se encuentran principalmente al Norte del Valle de Mexicali, de la zona de la Progreso y baja a la del ejido Nuevo León.
La investigadora expuso que una de las estrategias para disminuir la salinidad, es la de reducir la evapotranspiración, evitar los sueldos desnudos, sobre todo aquí la clave es el manejo de la materia orgánica del suelo, la deposición de residuos de cosecha, la incorporación de abonos verdes y favorecer la agregación del suelo.
Aplicando lo anterior, con el tiempo se va a propiciar el mejoramiento en las condiciones biológicas y químicas del suelo.
LA CLAVE
Avilés Marín comentó que la clave serán otras alternativas sobre cómo mantener la poca humedad que hay en el suelo y es a través de la cobertura vegetal, es decir, en lugar de quemar los residuos, depositarlos en la tierra.
Por ejemplo, una vez que se termine la trilla del trigo, hay que dejar la vara que queda como residuo y no quemarla, ya que es su gran aliado en este momento, pero hay que favorecer el proceso de descomposición o incorporación.
Lo anterior requiere de una inversión, ya que se necesita triturar ese material y favorecer la descomposición, pero como que no hay otras alternativas, expuso la investigadora.