/ jueves 22 de agosto de 2019

¿Así no? ¿Entonces cómo? Protestas feministas

El pasado fin de semana sucedió una de las mayores protestas en los últimos años en México y la más grande protesta de mujeres de nuestro país.

Esta protesta sucedida en la Ciudad de México y replicada también en varias ciudades del país, fue organizada por colectivos feministas para protestar contra la violencia hacia las mujeres: Demostró el hartazgo de las mujeres de un país donde lamentablemente es cada vez más común el acoso, la violación, los golpes y los asesinatos de mujeres, y peor aún, perpetrado por hombres.

Estas protestas multitudinarias generaron reacciones críticas de muchas personas con frases como “así no” o “no generalicen”. Asimismo evidenció que aún sigue sumamente arraigada la misoginia y el machismo en millones de mexicanos tanto mujeres como hombres. Estas críticas fueron porque se graffitearon edificios y monumentos, se rompieron algunos vidrios y hubo “destrozos” y “daños al patrimonio” como varios medios decidieron manejarlo.

A respuesta de todo esto, mi interrogante es: Si así no es como se protesta, ¿entonces cómo? ¿Cómo quieren que las mujeres reaccionen ante los miles de asesinatos, violaciones y actos violentos y sádicos que suceden hacia las mujeres año con año en nuestro país? ¿Cómo quieren que logren ser escuchadas y visibilizadas todas las mujeres que han sufrido y sufren violencia día con día?

Para entender esta situación es importante realizar un análisis desde las ciencias sociales. El gran teórico sobre el enfoque de poder en las ciudades, Marcuse, argumentaba que hay que considerar que el grupo de poder que toma decisiones siempre verá por sus intereses y siempre habrá un grupo o varios marginados, afectados negativamente, por esto se necesita una forma de poner en la agenda estos grupos marginados y sus temas prioritarios, por lo que propone tres estrategias de acción para estos grupos: Exhibir, proponer y politizar.

La acción social entonces está enmarcada en la dialéctica entre el poder de disciplinar y dominar y las prácticas de resistencia de los individuos o grupos a cuestionar el orden y dominación, a producir formas alternas de vida y conducta.

Las protestas de los grupos feministas realizadas el fin de semana pasado son un claro ejemplo de un grupo marginado que tuvo que recurrir a formas alternas de resistencia para exhibir y politizar el tema para poder proponer soluciones. Pues les aviso que dio resultados: Los colectivos lograron que Claudia Sheinbaum, la gobernadora de la Ciudad de México, las recibiera en una reunión al día siguiente donde les pidió disculpas por criminalizar las protestas, les aseguró que no se les iba a acusar de delitos y se comprometió a activar inmediatamente la alerta de violencia de género, a capacitar a los elementos policíacos para evitar acoso y violencia hacia las mujeres y a imponer consecuencias para los policías acusados de violar a la joven en la patrulla en días pasados en la CDMX.

En situaciones como la violencia que viven las mujeres, los colectivos tuvieron que tomar acciones radicales para lograr ser escuchadas.

Si los que tanto han criticado estas protestas también propusieran formas de lograr la disminución de la violencia hacia las mujeres y formas en que los policías, que son los que por ley tienen que proteger a la ciudadanía, hagan su trabajo, otra situación viviríamos como sociedad, pero en vez de eso tenemos a policías que violan mujeres de manera colectiva dentro de una patrulla; en vez de eso hay personas que condenan que las que protestaron hayan “agredido” a funcionarios públicos y policías (les aventaron diamantina, nombre qué agresión). Se necesita más conciencia social, empatía y solidaridad.

El pasado fin de semana sucedió una de las mayores protestas en los últimos años en México y la más grande protesta de mujeres de nuestro país.

Esta protesta sucedida en la Ciudad de México y replicada también en varias ciudades del país, fue organizada por colectivos feministas para protestar contra la violencia hacia las mujeres: Demostró el hartazgo de las mujeres de un país donde lamentablemente es cada vez más común el acoso, la violación, los golpes y los asesinatos de mujeres, y peor aún, perpetrado por hombres.

Estas protestas multitudinarias generaron reacciones críticas de muchas personas con frases como “así no” o “no generalicen”. Asimismo evidenció que aún sigue sumamente arraigada la misoginia y el machismo en millones de mexicanos tanto mujeres como hombres. Estas críticas fueron porque se graffitearon edificios y monumentos, se rompieron algunos vidrios y hubo “destrozos” y “daños al patrimonio” como varios medios decidieron manejarlo.

A respuesta de todo esto, mi interrogante es: Si así no es como se protesta, ¿entonces cómo? ¿Cómo quieren que las mujeres reaccionen ante los miles de asesinatos, violaciones y actos violentos y sádicos que suceden hacia las mujeres año con año en nuestro país? ¿Cómo quieren que logren ser escuchadas y visibilizadas todas las mujeres que han sufrido y sufren violencia día con día?

Para entender esta situación es importante realizar un análisis desde las ciencias sociales. El gran teórico sobre el enfoque de poder en las ciudades, Marcuse, argumentaba que hay que considerar que el grupo de poder que toma decisiones siempre verá por sus intereses y siempre habrá un grupo o varios marginados, afectados negativamente, por esto se necesita una forma de poner en la agenda estos grupos marginados y sus temas prioritarios, por lo que propone tres estrategias de acción para estos grupos: Exhibir, proponer y politizar.

La acción social entonces está enmarcada en la dialéctica entre el poder de disciplinar y dominar y las prácticas de resistencia de los individuos o grupos a cuestionar el orden y dominación, a producir formas alternas de vida y conducta.

Las protestas de los grupos feministas realizadas el fin de semana pasado son un claro ejemplo de un grupo marginado que tuvo que recurrir a formas alternas de resistencia para exhibir y politizar el tema para poder proponer soluciones. Pues les aviso que dio resultados: Los colectivos lograron que Claudia Sheinbaum, la gobernadora de la Ciudad de México, las recibiera en una reunión al día siguiente donde les pidió disculpas por criminalizar las protestas, les aseguró que no se les iba a acusar de delitos y se comprometió a activar inmediatamente la alerta de violencia de género, a capacitar a los elementos policíacos para evitar acoso y violencia hacia las mujeres y a imponer consecuencias para los policías acusados de violar a la joven en la patrulla en días pasados en la CDMX.

En situaciones como la violencia que viven las mujeres, los colectivos tuvieron que tomar acciones radicales para lograr ser escuchadas.

Si los que tanto han criticado estas protestas también propusieran formas de lograr la disminución de la violencia hacia las mujeres y formas en que los policías, que son los que por ley tienen que proteger a la ciudadanía, hagan su trabajo, otra situación viviríamos como sociedad, pero en vez de eso tenemos a policías que violan mujeres de manera colectiva dentro de una patrulla; en vez de eso hay personas que condenan que las que protestaron hayan “agredido” a funcionarios públicos y policías (les aventaron diamantina, nombre qué agresión). Se necesita más conciencia social, empatía y solidaridad.

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