/ lunes 22 de abril de 2024

La política de las personas | Chip político 

Todos tenemos un conocido que le empieza a interesar la política o se mete en un partido y de repente su forma de hablar se vuelve más grave, más lenta, acartonada y a todo le dan vueltas, hasta sus manos se empiezan a mover de manera distinta.

A esto me gusta llamarlo chip político, que es cuando pensamos que nos tenemos que comportar como los políticos de antaño para hacer política.

Foto: Imágen Ilustrativa / Freepik

Ahorita en campañas se desborda esta situación y es que vemos muchos candidatos y candidatas con este chip, mismas fotos de siempre, mismos textos que parece que le hicieron copiar y pegar de otro político, mismo discurso acartonado, propuestas sin sentido o sólo andar hablando mal del otro, mágicamente el partido que representan es lo máximo y nunca ha hecho nada malo, empiezan a responder a intereses y caen en el fanatismo. Realizan las mismas prácticas de las miles y miles de lonitas, folletos, espectaculares que a nadie le sirven más que a ellos para elevar su ego. Y lo más triste es cuando personas jóvenes empiezan a tomar esta actitud, porque los principales que tuviéramos que rechazar estas actitudes y demostrar que se pueden hacer cosas innovadoras y distintas precisamente somos los jóvenes, pero cada vez vemos más jóvenes viejos siguiendo ideas y prácticas viejas.

Es normal porque es lo que hemos visto, pero también es lo que hemos aborrecido y que extrañamente seguimos haciendo y permitiendo. Pero al final, las culpables somos las personas porque no les ponemos un alto, porque seguimos viéndolos hacia arriba y no como iguales, porque sigue habiendo este trato de “sí señora diputada”, “lo que usted quiera señor alcalde”.

Las únicas que vamos a cambiar la manera de hacer política somos las personas, cuando con educación y de frente les exijamos capacidad, los cuestionemos con datos duros y los obliguemos a demostrarnos cómo le van a hacer para cumplir todo aquello que prometen, cuando los encaminemos a tener un plan de acción concreto y no a andar inventando y enriqueciéndose en el camino.

Hay que cambiar el chip, la política no es para rechazarla ni mucho menos dejarla en manos de unos cuantos; no es para aborrecerla y seguir permitiendo que hagan lo que siempre hemos aborrecido. La política es para hacerla nuestra y utilizarla con el fin de crear los caminos necesarios en los que todos podamos avanzar, no es exclusiva de partidos y políticos que no nos representan, la política es para las personas.

Mail to: ferfloresaguirre@gmail.com

Todos tenemos un conocido que le empieza a interesar la política o se mete en un partido y de repente su forma de hablar se vuelve más grave, más lenta, acartonada y a todo le dan vueltas, hasta sus manos se empiezan a mover de manera distinta.

A esto me gusta llamarlo chip político, que es cuando pensamos que nos tenemos que comportar como los políticos de antaño para hacer política.

Foto: Imágen Ilustrativa / Freepik

Ahorita en campañas se desborda esta situación y es que vemos muchos candidatos y candidatas con este chip, mismas fotos de siempre, mismos textos que parece que le hicieron copiar y pegar de otro político, mismo discurso acartonado, propuestas sin sentido o sólo andar hablando mal del otro, mágicamente el partido que representan es lo máximo y nunca ha hecho nada malo, empiezan a responder a intereses y caen en el fanatismo. Realizan las mismas prácticas de las miles y miles de lonitas, folletos, espectaculares que a nadie le sirven más que a ellos para elevar su ego. Y lo más triste es cuando personas jóvenes empiezan a tomar esta actitud, porque los principales que tuviéramos que rechazar estas actitudes y demostrar que se pueden hacer cosas innovadoras y distintas precisamente somos los jóvenes, pero cada vez vemos más jóvenes viejos siguiendo ideas y prácticas viejas.

Es normal porque es lo que hemos visto, pero también es lo que hemos aborrecido y que extrañamente seguimos haciendo y permitiendo. Pero al final, las culpables somos las personas porque no les ponemos un alto, porque seguimos viéndolos hacia arriba y no como iguales, porque sigue habiendo este trato de “sí señora diputada”, “lo que usted quiera señor alcalde”.

Las únicas que vamos a cambiar la manera de hacer política somos las personas, cuando con educación y de frente les exijamos capacidad, los cuestionemos con datos duros y los obliguemos a demostrarnos cómo le van a hacer para cumplir todo aquello que prometen, cuando los encaminemos a tener un plan de acción concreto y no a andar inventando y enriqueciéndose en el camino.

Hay que cambiar el chip, la política no es para rechazarla ni mucho menos dejarla en manos de unos cuantos; no es para aborrecerla y seguir permitiendo que hagan lo que siempre hemos aborrecido. La política es para hacerla nuestra y utilizarla con el fin de crear los caminos necesarios en los que todos podamos avanzar, no es exclusiva de partidos y políticos que no nos representan, la política es para las personas.

Mail to: ferfloresaguirre@gmail.com