¿Cómo un partido político, cualquier partido, llega a ganar una elección?
Pongamos de ejemplo la alcaldía de Mexicali. Si del 100% de las personas que podemos salir a votar, que somos aproximadamente 560 mil, sólo salimos el 40%, que representan aproximadamente 224 mil y un candidato o candidata puede ganar con el 25 ó 30% de esos 224 mil, significa que con solamente cerca de 65 mil votos se gana una elección, ganan con solo el 11% de todos los cachanillas que tenemos nuestra credencial de elector vigente.
Gracias a nuestra baja participación, los números se les acomodan muy fácil a los partidos. De ese 11%, 5% lo condicionan con apoyos sociales, 3% compran el día de las elecciones, 2% lo dejan al voto duro, el “voto asegurado”, aquel que no importa quién sea el candidato la persona votará por el partido y sólo por ahí del 1% para los que logren convencer.
Nos convertimos en un porcentaje porque somos tan poquitos los que votamos, que somos un número que pueden controlar, somos un número que pueden comprar.
Así que sí importa levantarnos a votar, porque si la gran mayoría lo hacemos no existe estrategia que puedan utilizar para controlar el voto y la única salida que les queda es convencernos con propuestas, campañas limpias y gobernando para las personas y no para los bolsillos de unos cuantos.
No votar no es castigar a los partidos o a los políticos porque no estamos de acuerdo con sus acciones o las opciones que nos dan; no votar no es un acto de protesta. No votar es convertirnos en un número que fácil pueden calcular y comprar.
Es frustrante y da tristeza no salir a las casillas con alegría y convencidos de que estaremos bien representados. Pero salir a votar es demostrarles que nos importa, que estamos al pendiente y que los estamos observando.
Nosotros decidimos: Seguimos siendo un número que controlen o empezamos a tomar lo que nos pertenece. Este 2 de junio vota por quien quieras, pero ve y vota.
