Contrasentido
Si algo hemos aprendido de la actual pandemia que nos azota con peculiar crueldad, es la gran volatilidad de las políticas en materia de contención de la propagación del virus. Sin embargo, en los próximos días se dará la reapertura de la frontera Norte de México con Estados Unidos para el cruce de viajes no esenciales, mismos que tienen 18 meses suspendidos por conocido motivo.
La euforia sobre todo de los residentes de la frontera Norte por el anuncio del levantamiento de la restricción se siente en el ambiente. Se avizora un gran flujo de recursos económicos que pudiera beneficiar a ambos lados de la frontera. Indiscutiblemente que la medida le inyecta confianza al mercado, mismo que generará un mayor consumo y, por ende, la creación de un círculo virtuoso en beneficio de muchos sectores.
Si bien es cierto que el tráfico de materias primas y mercancías en la frontera no se eliminó, sino que solo se vio afectado por la disminución de viajes de personas, la reapertura aumentará el intercambio comercial y un mayor abasto de productos en la zona norte de México.
La mala noticia es que la economía actual, a nivel mundial, enfrenta un desabasto de mercancías producto de una baja en la producción de bienes y materias primas. Lo anterior pudiera frenar el rápido crecimiento económico, pero podrá ser un catalizador a largo plazo que traiga grandes beneficios para la economía binacional.
Por otro lado, como mexicanos deberíamos de cuestionarnos qué hemos hecho en pro de la competitividad de nuestro entorno económico durante la pandemia. Tuvimos 18 largos meses para fortalecer nuestro aparato productivo y poder enfrentar los retos de la economía global mediante la generación de valor agregado en los mercados. Así que la gran pregunta es: ¿Tuvimos algo de avance o regresaremos con las mismas desventajas?
Los tiempos actuales representan grandes retos en materia económica. Tenemos una disminución de la producción mundial, un consumo creciente y con una mano de obra en recuperación salarial importante. Todo lo anterior posiciona a la franja fronteriza norte de México como una zona franca de desarrollo. Sin embargo, lo anterior también traerá el incremento de migración, violencia y otros flagelos sociales que deberán de ser atendidos de una forma oportuna, integral y efectiva, para que se pueda dar el anhelado paso de desarrollo económico.