‘Bandersnatch’ ¿Qué es?

El lanzamiento del capítulo especial de “Black Mirror”, que es también su primera película interactiva, ha creado un monstruoso fenómeno cultural

Redacción

  · viernes 11 de enero de 2019

Sin duda Colin es el personaje más enigmático y en algún momento dudarás o estarás de acuerdo con sus teorías cospiranoicas. / Netflix


Nos tardamos bastante en tocar este tema y es porque queríamos que la mayoría la hubiera visto, si eres asiduo a la plataforma de streaming mas famosa y te gusta la ciencia ficción es probable que ya hallas visto Bandersnatch, sobre todo si eres fan de la serie Black Mirror.

¿De qué habla realmente “Bandersnatch”? ¿De qué habla realmente esa historia que, tomes la opciones que tomes, te conduce desde la obsesión de un joven programador de videojuegos por adoptar la obra literaria de un oscuro escritor hasta el manicomio en que se haya ahora confinado, donde dibuja compulsivamente en la pared las bifurcaciones del relato o del destino, tras haber fracasado en el diseño y la producción de su videojuego?

¿De la pantalla y la tecnología como el resto de capítulos de la serie conceptual Black Mirror? ¿De Netflix como gran plataforma audiovisual del siglo XXI? ¿De los años 80 como mito de origen del siglo XXI? ¿Del videojuego como artefacto narrativo central de nuestra época?

Habla de todo eso, sin duda: de la pantalla como el lado oscuro de la realidad; de Netflix como nuevo dios en el Olimpo que han creado las grandes empresas tecnológicas; de cómo la figura del programador, emprendedor y hacker en los ochenta se configuró a modo de nuevo mesías (o ahora lo representamos así, porque la profecía se ha cumplido y el mundo se ha siliconizado); y de la interacción con el usuario y las bifurcaciones narrativas que el videojuego ha ensayado como ningún otro lenguaje y que la televisión debe adoptar para adaptarse a los nuevos tiempos.

Es una filme acerca de la creación de videojuegos, que es como un videojuego, definitivamente  una propuesta interesante.  / Netflix


Aunque se trate del único capítulo de la serie que no está ambientado en el presente o en el futuro, en realidad el menú de las opciones interactivas ancla el relato en nuestro presente narrativo. En todo momento queda claro que la acción ocurre en la nostalgia de un pasado, pero no el de los referentes cinematográficos y musicales al uso (a la manera de Stranger Things o Ready Player One), sino el de unos jóvenes que no eran tanto los consumidores de la cultura como sus productores. Esas pantallas pixeladas de los primeros programadores de videojuegos son las abuelas de las nuestras.

La arqueología no es tanto mitológica (como en ocurría en “USS Callister“) como técnica y filosófica: la reconstrucción de los años 80 desde 2018 no puede ser inocente y romántica, sino necesariamente distópica. Por eso tal vez la decisión clave del episodio tiene dos opciones y ambas son distópicas: que el ordenador le explique al protagonista qué es PAC o qué es Netflix. Y por eso también el capítulo está recorrido por la psicodelia y la locura, porque las drogas fueron fundamentales en el desarrollo del concepto de red en esa misma época y porque para ello había que cuestionar radicalmente las estructuras al uso.

La distopía se plantea de un modo absolutamente brillante y sutil. En la mencionada bifurcación sobre la verdad de la situación del protagonista, las dos opciones son igualmente oscuras. Si optamos por Program and Control entramos en la trama conspiranoica, en el programa secreto del gobierno. Si, en cambio, decidimos que el personaje descubra que es un personaje de una serie de Netflix, ese control programado conduce a una trama de ciencia-ficción.

Tras el fin de la televisión seguimos pensando la pantalla y sus contenidos como visión a distancia, como televisión. En tiempos de Google Earth, Netflix ha permitido que nuestra mirada no solo pueda viajar en el espacio, sino también en el tiempo. Para que seamos dioses por un día.