En el país no existen centros de internación que brinden atención especializada a personas con autismo, así lo manifestó la psicóloga Iliana Rivas Ahumada, quien se especializa en la atención de este trastorno.
La experta opinó que cuando se internan a personas con esta condición, no deben de mezclarse con pacientes que tienen otros diagnósticos, como lo puede ser la bipolaridad, esquizofrenia, ansiedad, ataques de pánico, depresión o incluso el consumo de sustancias.
Las personas con autismo necesitan tratamientos especializados con personal calificado para que sean atendidos en estancias y guarderías, afirmó.
“Hay otros pacientes que tienen (en los centros) que no se pueden comparar con la funcionalidad y el contexto que vive una persona con autismo”.
Ayer miércoles trascendió la muerte de José Eduardo, de 30 años, quien se encontraba internado en un centro ubicado en el ejido Nuevo León, de quien se presume que falleció por haber recibido golpes por parte de otro interno, lo cual es investigado por las autoridades.
Rivas refirió que este joven fue de los pioneros de Jardín Interior Centro Especializado en Autismo, el cual dirige, de quien lamentó su muerte y que recuerda, padecía de autismo en grado dos, discapacidad intelectual y además ecolalia, por lo que tenía pocas habilidades de comunicación.
Es precisamente la necesidad de todos los padres de familia que tienen un hijo con autismo lo que los obliga a buscar otras opciones para ofrecerles una mejor calidad de vida, por lo que reiteró sus condolencias a los papás de José Eduardo, así como a la comunidad que vela por los que cuentan con este trastorno.
“El área de la salud mental es necesaria y la tenemos que trabajar junto con los psiquiatras y los psicólogos, tenemos que estar unidos, para brindar el servicio, pero tienen que haber especialistas en el área para que dominen el tema”.
EL ENCIERRO DE LA PANDEMIA AGRAVA PADECIMIENTOS
La psicóloga añadió que las circunstancias derivadas de la pandemia han obligado a un confinamiento a todos los sectores de la población, por lo que los pacientes de autismo y de otros trastornos también se han visto afectados por la sensación del encierro, a quienes pueden llegar a agravarse sus síntomas.