Instalación de nacimiento, expresión de fe y amor a Dios

La instalación tanto en parroquias, sitios públicos y hogares cachanillas, recuerda y refuerza el verdadero significado de la Navidad, el nacimiento del niño Jesús

Dulce María Díaz | La Voz de la Frontera

  · martes 6 de diciembre de 2022

Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

Como una expresión y fortalecimiento de la fe cristiana es visto para la Iglesia católica la instalación del tradicional nacimiento, una representación significativa de la llegada del Hijo de Dios a la tierra y que es el inicio y base de dicha doctrina.

El Padre Luis Antonio Valdez López, vocero de la Diócesis de Mexicali, señaló que, desde el tiempo del medioevo, alrededor del año 1223, fue San Francisco de Asís quien inició con la tradición de representar de manera visual el nacimiento de Jesús.

Imágen Ilustrativa | Freepik

El primer nacimiento efectuado, antes de la muerte del citado santo, fue personificado por personas de carne y hueso, mismo que con el paso de los años fue modificado por personajes de barro, cerámica y otros materiales.

“En los tiempos de San Francisco de Asís, se inició con la representación del nacimiento porque él quería contemplar el misterio de la encarnación de esta manera, verlo, y previo a su muerte, él solicita la realización de un nacimiento viviente, el primero, de ahí nace esta tradición, en donde tenemos conjugado tanto el evangelio de San Lucas como de San Mateo”.

Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

En todo nacimiento, se encuentra debajo del pesebre la Santa familia, integrado por José, María y el niño Jesús, los cuales son flanqueados por los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, así como de varios pastores, todos ellos, guiados por la estrella de Belén, una luz incandescente que, además, representa también la luz que Jesús vendría a traer a este mundo, el cumplimiento de las profecías del viejo testamento, la luz que ilumina las tinieblas.

El Padre Valdez López precisó que en cada familia que conserva esta bella tradición se intensifica la dimensión espiritual, donde se centraliza el significado de la Navidad, algo que los mexicalenses, aun viviendo en frontera, tienen arraigado.