Reclama pescador a la Marina que pague sus gastos médicos

Fue baleado el año pasado el 28 de marzo de 2019

Alejandro Domínguez | La Voz de la Frontera

  · jueves 11 de junio de 2020

Enrique García Sández, pescador que fue baleado por la Marina el año pasado, reclama el pago de sus gastos médicos, que a más de un año del incidente, ha perdido la movilidad del brazo izquierdo, además sufre de fuertes migrañas, por lo que no puede trabajar.

Fue un 28 de marzo de 2019, cuando en el combate de la pesca clandestina de la totoaba, la Secretaría de Marina, inició la persecución en el mar, de una embarcación, misma que prosiguió en tierra.

Enrique, un pescador de almeja Generosa, subió a la caja del pick up, mientras otros dos conocidos iban dentro de la cabina del vehículo, y otros dos en la panga.

Fue a la altura del estadio de béisbol de San Felipe, cuando fueron interceptados por un vehículo de la Secretaría de Marina, que de inmediato abrió fuego sobre el vehículo y la lancha, impactando con 4 disparos a Enrique, en el brazo izquierdo, así como en la cabeza.

Las ráfagas de los marinos le causaron 10 razones más en diversas partes del cuerpo, que quedó maltrecho tirado a un lado del estado del puerto mexicalense.

El incidente provocó la furia de los pescadores del puerto, quienes creyendo muerto a Enrique, acudieron a las instalaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), donde quemaron las embarcaciones, así como las instalaciones de esta dependencia.

Afortunadamente Enrique sobrevivió al ataque armado de la Marina, quien pagó los gastos operatorios y la atención en el Hospital Almater.

Sin embargo, a más de un año del incidente, tiene fuertes secuelas del ataque, como es la inmovilidad de su brazo izquierdo, así como fuertes jaquecas que no le permiten trabajar.

Si bien, la Marina se hizo cargo de la atención hospitalaria, no se ha hecho cargo del tratamiento posterior, como son citas médicas, exámenes de laboratorio, así como terapias, de las que se han tenido que hacer cargo sus familiares, y que ascienden a varias decenas de miles de pesos.

Enrique aseguró que él no tenía nada que ver con la pesca ilegal, solo se encontraba ese día, en el día y lugar equivocado, ya que en su calidad de mecánico, iba a arreglar un motor que le había encargado reparar su conocido, por eso subió al pick up.

Ahora solo espera que con el apoyo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Marina se haga cargo de los gastos de su tratamiento, ya que desde diciembre, no les han dado respuesta a sus peticiones.