/ miércoles 20 de septiembre de 2023

La Voz de la Frontera cumple 59 años

Conoce las experiencias de los señores José, Ignacio y Daniel con este periódico

Algunas aventuras quedaron en la memoria de José López Álvarez e Ignacio Lino Villarreal, quienes durante su niñez se dedicaron a vender el periódico de La Voz de la Frontera para obtener recurso económico y apoyar a su familia.

Por su parte, Daniel Torres, actualmente de 52 años de edad, recuerda con nostalgia su niñez, cuando compraba el mismo diario, el cual influyó mucho en su vida, desde obtener trabajo, hasta la emoción de ver los eventos sociales en grandes hojas, cuando el periódico se imprimía en tamaño estándar.

Los recuerdos de López Álvarez y Lino Villarreal los regresan a los años sesentas y setentas, una época donde había muchos menores de edad dedicándose a la venta de periódico; se levantaban muy temprano todos los días para ir a recoger el diario, distribuirlo y regresar a casa para cambiarse y poder llegar a tiempo a la escuela.

Lopéz Álvarez agradeció al diario impreso por brindarle la oportunidad de trabajar cuando él tenía 10 años, ya que fue su primer empleo y quedó en su memoria por siempre, pues le enseñó a ganarse el dinero con el sudor de su frente.

Lo que más recuerda es que un día debido a su facilidad para la venta de periódico, logró ser el segundo lugar de un concurso que realizó La Voz de la Frontera para ganarse un viaje a Disneyland.

“Cuando miré que publicaron el concurso, me prometí trabajar más para poder ganarme el viaje, ya que conocer Disneyland era uno de mis sueños, es por ello que todos los días vendía varios diarios para poder lograr una posición en la tabla, además el periódico le regaló bicicletas a varios niños para que se nos facilitara el traslado, esto sucedió aproximadamente en 1972”, expresó.

Cuando miró que ganó el viaje no podía creer que su sueño se hiciera realidad; recordó que el día de ir a conocer Disneyland se levantó muy temprano para reunirse con los demás ganadores y trabajadores de la empresa.

En aquellos años no pedían pasaporte para cruzar a Estados Unidos y cuando llegó a Disneyland se sorprendió de lo bonito que era el parque, disfrutó como nunca, se compró su diadema de orejitas para presumirle a su familia y recordar las aventuras que vivió. “Es algo que nunca olvidaré”.

El motivo de su trabajo se debía a que su mamá no contaba con el recurso suficiente para mantener a 6 hijos; los ingresos que obtenía se lo daba a su madre para ayudarle un poco; repartía el periódico en el fraccionamiento Las Palmas, Residencias y la colonia Carbajal.

Por su parte, Lino Villarreal compartió que comenzó a trabajar en 1967 cuando él tenía 8 años; todos los días se levantaba muy temprano para ir a recoger el periodico.

“En aquellos tiempos el periodico lo entregaban en tres partes y cada vendedor debía compaginarlo, yo vendía de 20 a 50 unidades diario, por cada uno ganaba alrededor de 15 centavos”, agregó.

Su motivación para vender a diario era poder comprar sus golosinas, además de enseñarse a trabajar como sus amigos.

Expresó que había cosas negativas, como el que los vendedores más grandes lo esperaban a unas cuadras del punto para robarle periódicos, por lo que debía poner de su bolso para pagar lo que le quitaban, aún así todo lo que pasó lo ayudó en su vida diaria.

Caminaba por varias cuadras para poder llegar a recoger el periódico, lo vendía en la colonia Nacozari y el Ferrocarril.

Duró 6 meses vendiendo el periódico, porque encontró otro empleo que le dejaba más recursos, pues se dedicó a bolear zapatos.

Por su parte, Daniel, quien reside sobre la calzada Voz de la Frontera, en el fraccionamiento Jardines de la Progreso, platica anécdotas que pasó gracias al periódico, en el marco del 59 aniversario de esta casa editorial, que se cumple hoy.

“Yo vivía en Jardines del Lago, mi papá y yo íbamos a comprar el periodico por Lázaro Cárdenas y Anáhuac; a él le gustaba lo de espectáculos y yo las reseñas que tenía, clasificado y sociales”, recordó.

Cuando de niño ojeaba el perdiodico, agregó; en aquel entonces en un formato más amplio, en el cual contenía historietas, caricaturas, el horario de la programación televisiva y de los diversos cines que hace 50 años atrás existían en Mexicali, como el Bujazán.

“Nomás lo agarrábamos y lo abríamos, checábamos a qué hora iba a empezar la película; también lo compraba para ver el programa ‘Lobo del Aire’, me iba a trabajar y no sabía a qué hora lo iban a dar”, expresó.

También vino a su memoria lo grande que era el papel del periódico, lo sorprendente que era el ver las notas y las imágenes en gran tamaño, entre otros apartados que actualmente ya no contienen los periódicos debido a la migración digital.

“La Ley, sus cuatro ‘planotas’, luego venía la competencia a un ladito, íbamos a comprar chiles y papas acá, tomates y lechugas allá, era divertido, era el paseo de fin de semana, ir al mandado”, señaló.

Uno de sus pasatiempos en la niñez era recortar las caricaturas en blanco y negro del periódico, para colorearlas junto a sus amigos, lo que era muy divertido para ellos.

Ya en su juventud y al necesitar un trabajo, la compra de algún carro o la renta de una casa, acudía al clasificado de La Voz de la Frontera y así obtuvo su primer empleo.

“El clasificado, yo primero, yo primero… Todos peleándonos por el clasificado; de hecho yo entré a Calimax gracias al clasificado, lo miré y dije ‘vámonos’, también compré un carro y rentamos casa”, comentó.

Alrededor de 300 metros de pavimentación, es lo que conforma la calzada Voz de la Frontera en el fraccionamiento Jardines de la Progreso, el cual alberga junto a otras calles aledañas, una escuela primaria y un parque público. / Con información de Carlos Juvera

Algunas aventuras quedaron en la memoria de José López Álvarez e Ignacio Lino Villarreal, quienes durante su niñez se dedicaron a vender el periódico de La Voz de la Frontera para obtener recurso económico y apoyar a su familia.

Por su parte, Daniel Torres, actualmente de 52 años de edad, recuerda con nostalgia su niñez, cuando compraba el mismo diario, el cual influyó mucho en su vida, desde obtener trabajo, hasta la emoción de ver los eventos sociales en grandes hojas, cuando el periódico se imprimía en tamaño estándar.

Los recuerdos de López Álvarez y Lino Villarreal los regresan a los años sesentas y setentas, una época donde había muchos menores de edad dedicándose a la venta de periódico; se levantaban muy temprano todos los días para ir a recoger el diario, distribuirlo y regresar a casa para cambiarse y poder llegar a tiempo a la escuela.

Lopéz Álvarez agradeció al diario impreso por brindarle la oportunidad de trabajar cuando él tenía 10 años, ya que fue su primer empleo y quedó en su memoria por siempre, pues le enseñó a ganarse el dinero con el sudor de su frente.

Lo que más recuerda es que un día debido a su facilidad para la venta de periódico, logró ser el segundo lugar de un concurso que realizó La Voz de la Frontera para ganarse un viaje a Disneyland.

“Cuando miré que publicaron el concurso, me prometí trabajar más para poder ganarme el viaje, ya que conocer Disneyland era uno de mis sueños, es por ello que todos los días vendía varios diarios para poder lograr una posición en la tabla, además el periódico le regaló bicicletas a varios niños para que se nos facilitara el traslado, esto sucedió aproximadamente en 1972”, expresó.

Cuando miró que ganó el viaje no podía creer que su sueño se hiciera realidad; recordó que el día de ir a conocer Disneyland se levantó muy temprano para reunirse con los demás ganadores y trabajadores de la empresa.

En aquellos años no pedían pasaporte para cruzar a Estados Unidos y cuando llegó a Disneyland se sorprendió de lo bonito que era el parque, disfrutó como nunca, se compró su diadema de orejitas para presumirle a su familia y recordar las aventuras que vivió. “Es algo que nunca olvidaré”.

El motivo de su trabajo se debía a que su mamá no contaba con el recurso suficiente para mantener a 6 hijos; los ingresos que obtenía se lo daba a su madre para ayudarle un poco; repartía el periódico en el fraccionamiento Las Palmas, Residencias y la colonia Carbajal.

Por su parte, Lino Villarreal compartió que comenzó a trabajar en 1967 cuando él tenía 8 años; todos los días se levantaba muy temprano para ir a recoger el periodico.

“En aquellos tiempos el periodico lo entregaban en tres partes y cada vendedor debía compaginarlo, yo vendía de 20 a 50 unidades diario, por cada uno ganaba alrededor de 15 centavos”, agregó.

Su motivación para vender a diario era poder comprar sus golosinas, además de enseñarse a trabajar como sus amigos.

Expresó que había cosas negativas, como el que los vendedores más grandes lo esperaban a unas cuadras del punto para robarle periódicos, por lo que debía poner de su bolso para pagar lo que le quitaban, aún así todo lo que pasó lo ayudó en su vida diaria.

Caminaba por varias cuadras para poder llegar a recoger el periódico, lo vendía en la colonia Nacozari y el Ferrocarril.

Duró 6 meses vendiendo el periódico, porque encontró otro empleo que le dejaba más recursos, pues se dedicó a bolear zapatos.

Por su parte, Daniel, quien reside sobre la calzada Voz de la Frontera, en el fraccionamiento Jardines de la Progreso, platica anécdotas que pasó gracias al periódico, en el marco del 59 aniversario de esta casa editorial, que se cumple hoy.

“Yo vivía en Jardines del Lago, mi papá y yo íbamos a comprar el periodico por Lázaro Cárdenas y Anáhuac; a él le gustaba lo de espectáculos y yo las reseñas que tenía, clasificado y sociales”, recordó.

Cuando de niño ojeaba el perdiodico, agregó; en aquel entonces en un formato más amplio, en el cual contenía historietas, caricaturas, el horario de la programación televisiva y de los diversos cines que hace 50 años atrás existían en Mexicali, como el Bujazán.

“Nomás lo agarrábamos y lo abríamos, checábamos a qué hora iba a empezar la película; también lo compraba para ver el programa ‘Lobo del Aire’, me iba a trabajar y no sabía a qué hora lo iban a dar”, expresó.

También vino a su memoria lo grande que era el papel del periódico, lo sorprendente que era el ver las notas y las imágenes en gran tamaño, entre otros apartados que actualmente ya no contienen los periódicos debido a la migración digital.

“La Ley, sus cuatro ‘planotas’, luego venía la competencia a un ladito, íbamos a comprar chiles y papas acá, tomates y lechugas allá, era divertido, era el paseo de fin de semana, ir al mandado”, señaló.

Uno de sus pasatiempos en la niñez era recortar las caricaturas en blanco y negro del periódico, para colorearlas junto a sus amigos, lo que era muy divertido para ellos.

Ya en su juventud y al necesitar un trabajo, la compra de algún carro o la renta de una casa, acudía al clasificado de La Voz de la Frontera y así obtuvo su primer empleo.

“El clasificado, yo primero, yo primero… Todos peleándonos por el clasificado; de hecho yo entré a Calimax gracias al clasificado, lo miré y dije ‘vámonos’, también compré un carro y rentamos casa”, comentó.

Alrededor de 300 metros de pavimentación, es lo que conforma la calzada Voz de la Frontera en el fraccionamiento Jardines de la Progreso, el cual alberga junto a otras calles aledañas, una escuela primaria y un parque público. / Con información de Carlos Juvera

Local

Presenta fiscalía testigo protegido por miedo a imputados del caso El Relajo

El segundo testigo, fue un perito de la Fiscalía General del Estado en la unidad de topografía, en donde realizó tres dictámenes sobre el caso 

Local

Arranca votación de presos en BC

Son en total 727 personas en prisión preventiva que emitirán su voto desde las cárceles de Baja California

Local

Marcha del orgullo LGBT será en junio

La petición en contra los crímenes de odio, y que los derechos se ejercen, no se suplican, coincidieron Altagracia Tamayo y Juan Álvarez, del comité de orgullo

Local

Recolectan 7 toneladas de residuos electrónicos

En eventos masivos de acopio organizados por Fundación Hélice

Local

Encontraron 2 restos humanos en 2 días de búsqueda en Sonora

Buscan programar más operativos en la entidad vecina