/ martes 11 de abril de 2023

CRUZANDO LINEAS | Agua del aire

Arizona tiene más de 26 años enfrentándose a una sequía extrema. A principios de este 2023, Río Verde Foothills, una comunidad de unas 600 casas justo al lado de Scottsdale, se quedó sin agua. Los residentes abrían las llaves y nada. No podían ducharse ni tenían qué beber. No son un caso aislado.

Los desarrolladores de viviendas siguen presentando planes de construcción que están lejos de ser sostenibles si no se resuelve la crisis de agua. El desafío de asegurar el abastecimiento de este líquido por los próximos 100 años en Arizona, llevó al exgobernador Doug Ducey hasta Israel, otro desierto en el que se las han ingeniado para obtener el vital líquido de donde sea, incluso de un manantial natural al que pocos le prestan atención: El aire.

Sergio Caro | La Voz de la Frontera

Ducey se enfocó en la opción de desarrollar una planta desalinizadora en Arizona y poco habló del agua potable atmosférica, una opción rápida, no tan costosa y que requiere mucha menos inversión para atender desde ya la escasez de agua en comunidades como la de Río Verde Foothills. Nosotros, en cambio, nos atrevimos a tomar agua del aire.

Pareciera ciencia ficción, pero no es así. Durante mi recorrido por Israel conocí a Micky Shoham, el representante de ventas para Latinoamérica de WaterGen, una compañía de Israel que se dedica a convertir el aire en agua potable… es decir, del cielo a un vaso.

Las oficinas de WaterGen están no muy lejos del centro de Tel Aviv, son espaciosas y sin mayores lujos. Sus máquinas pueden producir más de 6 mil litros diarios de agua potable. No se usa para lavar ropa o baños, ni para llenar la piscina o para bañarse, es 100% para el consumo humano.

Pero ¿cómo funciona? Es sencillo. El aire entra a un generador de agua atmosférica y pasa por un proceso de condensación que elimina el aire, el polvo y la suciedad con un filtro. Algo así como un aire acondicionado. Israel, aun con sus limitaciones y el desierto árido, produce 20% más agua de la que consume. Lo ha hecho a través de la innovación y la tecnología. Como un ejemplo, trata y recicla el 86% del para operaciones agrícolas y la meta es aumentar esa cifra a un 95% para el 2025.

A través de organizaciones sin fines de lucro, máquinas de todos los tamaños de Watergen se han instalado en escuelas, clínicas y hospitales y comunidades rurales en muchos países de América Latina y África. Con la ayuda de esas mismas organizaciones, WaterGen ha dado ayuda humanitaria con agua, incluso a los enemigos políticos de Israel.

Y por si tenían la duda de cuánto cuesta una máquina, la más pequeña, la de uso casero, unos 4 mil dólares y la más grande, de uso industrial, hasta 180 mil.

Los arizonenses están preocupados por la crisis del Río Colorado, el suministro de agua y el cambio climático, pero poco saben de cómo poner su granito de arena…

maritza@conectaarizona.com


Arizona tiene más de 26 años enfrentándose a una sequía extrema. A principios de este 2023, Río Verde Foothills, una comunidad de unas 600 casas justo al lado de Scottsdale, se quedó sin agua. Los residentes abrían las llaves y nada. No podían ducharse ni tenían qué beber. No son un caso aislado.

Los desarrolladores de viviendas siguen presentando planes de construcción que están lejos de ser sostenibles si no se resuelve la crisis de agua. El desafío de asegurar el abastecimiento de este líquido por los próximos 100 años en Arizona, llevó al exgobernador Doug Ducey hasta Israel, otro desierto en el que se las han ingeniado para obtener el vital líquido de donde sea, incluso de un manantial natural al que pocos le prestan atención: El aire.

Sergio Caro | La Voz de la Frontera

Ducey se enfocó en la opción de desarrollar una planta desalinizadora en Arizona y poco habló del agua potable atmosférica, una opción rápida, no tan costosa y que requiere mucha menos inversión para atender desde ya la escasez de agua en comunidades como la de Río Verde Foothills. Nosotros, en cambio, nos atrevimos a tomar agua del aire.

Pareciera ciencia ficción, pero no es así. Durante mi recorrido por Israel conocí a Micky Shoham, el representante de ventas para Latinoamérica de WaterGen, una compañía de Israel que se dedica a convertir el aire en agua potable… es decir, del cielo a un vaso.

Las oficinas de WaterGen están no muy lejos del centro de Tel Aviv, son espaciosas y sin mayores lujos. Sus máquinas pueden producir más de 6 mil litros diarios de agua potable. No se usa para lavar ropa o baños, ni para llenar la piscina o para bañarse, es 100% para el consumo humano.

Pero ¿cómo funciona? Es sencillo. El aire entra a un generador de agua atmosférica y pasa por un proceso de condensación que elimina el aire, el polvo y la suciedad con un filtro. Algo así como un aire acondicionado. Israel, aun con sus limitaciones y el desierto árido, produce 20% más agua de la que consume. Lo ha hecho a través de la innovación y la tecnología. Como un ejemplo, trata y recicla el 86% del para operaciones agrícolas y la meta es aumentar esa cifra a un 95% para el 2025.

A través de organizaciones sin fines de lucro, máquinas de todos los tamaños de Watergen se han instalado en escuelas, clínicas y hospitales y comunidades rurales en muchos países de América Latina y África. Con la ayuda de esas mismas organizaciones, WaterGen ha dado ayuda humanitaria con agua, incluso a los enemigos políticos de Israel.

Y por si tenían la duda de cuánto cuesta una máquina, la más pequeña, la de uso casero, unos 4 mil dólares y la más grande, de uso industrial, hasta 180 mil.

Los arizonenses están preocupados por la crisis del Río Colorado, el suministro de agua y el cambio climático, pero poco saben de cómo poner su granito de arena…

maritza@conectaarizona.com