/ martes 5 de septiembre de 2023

Cruzando Líneas | En miras de 2024

Hay una lupa sobre Arizona que nos está consumiendo. El sol nos da de frente y nos incendiamos. Lanzamos señales de humo a un país que también arde; los obligamos a que volteen a vernos porque saben que somos impredecibles. Nos observan de lejos porque saben que los vientos cambian.

Foto: Imagen Ilustrativa | Freepik

Después de la SB1070 no debiera dejarse nada al aire, menos la democracia. Somos un pueblo caprichoso y estamos siempre en elecciones. Pero falta poco para el 2024 y nadie nos contiene. Nuestro fuego quema y arrasa.

En 2022, durante las elecciones de medio término, se invirtieron millones en seducir a un electorado latino al que poco conocen. Fue como echar al caño fajos de dólares porque no se apagó el incendio. No era el dinero, sino cómo se gastó: Miles y miles en campañas que se preocupaban más por la imagen que en la intención; más sobre cómo crear una identidad que ya existe, pero no se entiende. Una merma por el afán de solucionar siempre y entender nunca.

Hace un par de ciclos electorales en los que ningún partido político puede reclamar este estado como suyo; aunque lo hacen los dos. Y eso complica las cosas frente a un año electoral que será decisivo, inquisitivo y muy complicado. No se puede generalizar ni predecir; los sondeos no alcanzan para entender la complejidad de una sociedad cada vez más diversa y aunque nos cueste admitirlo, polarizada. Tenemos 11 votos electorales que pesan y valen oro.

Nuestra comunidad es cada vez más distinta y se agrieta. Somos diferentes fogatas que arden al mismo tiempo durante un proceso electoral. Viene el 2024 y con el una contienda desgastante, trillada, intensa y voraz.

¿Cómo se teje entonces una comunidad alrededor de las diferencias, del hartazgo, de esa necesidad diabólica de justificar quiénes somos y qué hacemos, por quién votamos y a quienes no queremos?

¿Cómo se le hace para tender un puente cuando los muros invisibles son más fuertes que los que se originan en una frontera porosa y violentada? ¿Cómo puede una comunidad hacerle frente a los intereses políticos y especiales, a la indiferencia de los grandes, a la manipulación de las masas, a la falta de transparencia de la información y noticias, cuando no hay espacios de análisis político sin agendas persuasivas de fondo?

¿Cómo le hacemos para fortalecer la democracia, cuando obligamos al pueblo (del que somos también parte) a no entenderla?

La misma política local es la que nos ha preparado para el huracán que se nos viene en el 2024. En Arizona no somos ajenos a los monzones. Apenas le tenemos respeto a la naturaleza y no nos hincamos.

Mail to: maritza@conectaarizona.com

Hay una lupa sobre Arizona que nos está consumiendo. El sol nos da de frente y nos incendiamos. Lanzamos señales de humo a un país que también arde; los obligamos a que volteen a vernos porque saben que somos impredecibles. Nos observan de lejos porque saben que los vientos cambian.

Foto: Imagen Ilustrativa | Freepik

Después de la SB1070 no debiera dejarse nada al aire, menos la democracia. Somos un pueblo caprichoso y estamos siempre en elecciones. Pero falta poco para el 2024 y nadie nos contiene. Nuestro fuego quema y arrasa.

En 2022, durante las elecciones de medio término, se invirtieron millones en seducir a un electorado latino al que poco conocen. Fue como echar al caño fajos de dólares porque no se apagó el incendio. No era el dinero, sino cómo se gastó: Miles y miles en campañas que se preocupaban más por la imagen que en la intención; más sobre cómo crear una identidad que ya existe, pero no se entiende. Una merma por el afán de solucionar siempre y entender nunca.

Hace un par de ciclos electorales en los que ningún partido político puede reclamar este estado como suyo; aunque lo hacen los dos. Y eso complica las cosas frente a un año electoral que será decisivo, inquisitivo y muy complicado. No se puede generalizar ni predecir; los sondeos no alcanzan para entender la complejidad de una sociedad cada vez más diversa y aunque nos cueste admitirlo, polarizada. Tenemos 11 votos electorales que pesan y valen oro.

Nuestra comunidad es cada vez más distinta y se agrieta. Somos diferentes fogatas que arden al mismo tiempo durante un proceso electoral. Viene el 2024 y con el una contienda desgastante, trillada, intensa y voraz.

¿Cómo se teje entonces una comunidad alrededor de las diferencias, del hartazgo, de esa necesidad diabólica de justificar quiénes somos y qué hacemos, por quién votamos y a quienes no queremos?

¿Cómo se le hace para tender un puente cuando los muros invisibles son más fuertes que los que se originan en una frontera porosa y violentada? ¿Cómo puede una comunidad hacerle frente a los intereses políticos y especiales, a la indiferencia de los grandes, a la manipulación de las masas, a la falta de transparencia de la información y noticias, cuando no hay espacios de análisis político sin agendas persuasivas de fondo?

¿Cómo le hacemos para fortalecer la democracia, cuando obligamos al pueblo (del que somos también parte) a no entenderla?

La misma política local es la que nos ha preparado para el huracán que se nos viene en el 2024. En Arizona no somos ajenos a los monzones. Apenas le tenemos respeto a la naturaleza y no nos hincamos.

Mail to: maritza@conectaarizona.com