Un reparador de techos y goteras de Mexicali nos enseñó que en nuestra ciudad la Teoría del Eterno Retorno se impone cada verano: Los ciclos naturales se cumplen a cabalidad y los techos de las casas no atendidos se calcinan con el calorón, provocando goteras e inundaciones.
Esta certeza climática también se aplica para los procesos históricos: Hace 100 años grupos de bandoleros atacaban en los caminos de ciertas áreas rurales; en la ciudad algunos barrios peligrosos requerían de la presencia de centinelas nocturnos armados de silbatos para alertar a los vecinos, durante los prolongados veranos la gente dormía fuera de sus domicilios y escuchaba los silbatos ahuyentando a los temibles “cacos”.
La temporada de calor es el buen tiempo de trabajo para los especialistas en aires acondicionados. Eel abuelo de un técnico en refrigeraciones nos platicó cómo llegó a Mexicali sin dinero ni familiares ni conocidos: Solo el ansia de sobrevivir e iniciar una nueva vida.
Por fortuna conocía acerca de la creación e instalación de “cuartos fríos” o “cuartos refrigerados”. Con el calorón de Mexicali muy pronto empezó a trabajar en los mercados locales afectados por las mercancías y productos echados a perder debido a las altas temperaturas.
En los cuartos fríos se preservaban carnes, lácteos, verduras y frutas; ya no se ocupaban las pesadas barras de hielo y los “hieleros”. De los cuartos fríos se pasó a las torres de enfriamiento para los abanicos; las refrigeraciones domésticas ya pudieron servir a las familias de los sectores acomodados. De esta manera nuestro técnico en refrigeraciones mantiene en la actualidad un negocio próspero. Nos dice “…entre más calor hace, más dinero gano gracias a Dios y a mi abuelito…”.
Un famoso taquero de Mexicali proveniente del Estado de México supo colocar su primera carretita (perfectamente equipada) en una esquina urbana bastante transitada. Entre el trompo de carne al pastor, las tripas de leche, las carnes de res y pollo, el taquero naturalizado cachanilla nos dio una gran lección de vida: “…Debemos hacer un combo de alegrías y tristezas como si fuera un taco campechano –pastor-carne-pollo-tripa- y entrarle con ganas de salir adelante siempre…”. El pollo chipotle y su carne arrachera lo llevaron al éxito y hoy ya tiene su propia cadena de taquerías en la ciudad y el valle.
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