/ lunes 8 de octubre de 2018

Nuevo acuerdo da certidumbre

PRISMA

Para Rodrigo Llantada Ávila, presidente de COPARMEX Mexicali, una vez desaparecido el TLCAN y aprobado el nuevo acuerdo conocido como el USMCA -gracias a las ocurrencias del presidente Trump- “da certidumbre a las principales variables de la economía mexicana y en particular a la economía fronteriza”, cuya relación comercial y de inversiones tiene particularidades regionales.

En breve plática con el dirigente empresarial, subrayó la importancia de los capítulos laboral, de solución a las controversias y acciones anticorrupción, que han sido prioridades de la agenda nacional. Entre otros logros, destacó la conservación de nuestra capacidad de defensa frente a mecanismos de exclusión de salvaguardas globales y la eliminación de la cláusula de extinción sustituida por un mecanismo de revisión sexenal que contempla la renovación del acuerdo cada 16 años. En lo que respecta a la materia de energéticos, mencionó que “se reprodujeron los principios constitucionales mandatados por el Poder Legislativo mexicano manteniendo la soberanía del sector energético y la propiedad de los mexicanos de nuestros recursos de este importante sector”. Otra acción calificada de avanzada fue la inclusión de temas de naturaleza progresista, como el capítulo laboral y el ambiental que fueron incluidos en el nuevo documento y estarán sujetos a los mismos mecanismos de solución de controversias y las mismas sanciones comerciales. Estos capítulos buscan que México cumpla con los compromisos laborales y ambientales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo y en materia ambiental de carácter internacional.

Otro punto favorable es precisamente la inclusión de un capítulo sobre pequeñas, medianas y microempresas, mediante mecanismos de cooperación, de intercambio de medidas prácticas que permitan desarrollar incubadoras dinámicas a favor de emprendedores en el renglón de Pymes. Se abre así un horizonte prometedor para la pequeña empresa mexicana, considerada como la mayor creadora de fuentes de trabajo y las posibilidades que se conviertan en proveedoras de la industria maquiladora, renglón hasta hoy altamente deficitario. En cuanto al renglón agrícola, el USMCA logró eliminar en su totalidad la amenaza de casos de investigaciones de dumping o de subsidio para productos agrícolas frescos. Nuestros negociadores, agregó Llantada Ávila, lograron conservar nuestra capacidad de defensa frente al mecanismo de exclusión de salvaguardas, que permitirá a México defenderse de tarifas impuestas al amparo de la sección 232, basadas en el argumento de “seguridad nacional”, como fue el caso de los aranceles al acero y aluminio. En tal contexto, solo faltaría que tanto el Senado mexicano -que ya analiza el nuevo acuerdo- y los Congresos de USA y Canadá lo aprueben y firmen para concluir una negociación que no fue nada fácil.

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Para Rodrigo Llantada Ávila, presidente de COPARMEX Mexicali, una vez desaparecido el TLCAN y aprobado el nuevo acuerdo conocido como el USMCA -gracias a las ocurrencias del presidente Trump- “da certidumbre a las principales variables de la economía mexicana y en particular a la economía fronteriza”, cuya relación comercial y de inversiones tiene particularidades regionales.

En breve plática con el dirigente empresarial, subrayó la importancia de los capítulos laboral, de solución a las controversias y acciones anticorrupción, que han sido prioridades de la agenda nacional. Entre otros logros, destacó la conservación de nuestra capacidad de defensa frente a mecanismos de exclusión de salvaguardas globales y la eliminación de la cláusula de extinción sustituida por un mecanismo de revisión sexenal que contempla la renovación del acuerdo cada 16 años. En lo que respecta a la materia de energéticos, mencionó que “se reprodujeron los principios constitucionales mandatados por el Poder Legislativo mexicano manteniendo la soberanía del sector energético y la propiedad de los mexicanos de nuestros recursos de este importante sector”. Otra acción calificada de avanzada fue la inclusión de temas de naturaleza progresista, como el capítulo laboral y el ambiental que fueron incluidos en el nuevo documento y estarán sujetos a los mismos mecanismos de solución de controversias y las mismas sanciones comerciales. Estos capítulos buscan que México cumpla con los compromisos laborales y ambientales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo y en materia ambiental de carácter internacional.

Otro punto favorable es precisamente la inclusión de un capítulo sobre pequeñas, medianas y microempresas, mediante mecanismos de cooperación, de intercambio de medidas prácticas que permitan desarrollar incubadoras dinámicas a favor de emprendedores en el renglón de Pymes. Se abre así un horizonte prometedor para la pequeña empresa mexicana, considerada como la mayor creadora de fuentes de trabajo y las posibilidades que se conviertan en proveedoras de la industria maquiladora, renglón hasta hoy altamente deficitario. En cuanto al renglón agrícola, el USMCA logró eliminar en su totalidad la amenaza de casos de investigaciones de dumping o de subsidio para productos agrícolas frescos. Nuestros negociadores, agregó Llantada Ávila, lograron conservar nuestra capacidad de defensa frente al mecanismo de exclusión de salvaguardas, que permitirá a México defenderse de tarifas impuestas al amparo de la sección 232, basadas en el argumento de “seguridad nacional”, como fue el caso de los aranceles al acero y aluminio. En tal contexto, solo faltaría que tanto el Senado mexicano -que ya analiza el nuevo acuerdo- y los Congresos de USA y Canadá lo aprueben y firmen para concluir una negociación que no fue nada fácil.