/ viernes 19 de marzo de 2021

Coincidencias mortales…

Quo Vadis


Sin saber cuántas personas contagiadas del Covid-19 siguen sin detectarse y cuántas están procurando librarse del mortal virus en casa, sino solo en las frías estadísticas de hospitales que controla el sector Salud federal, México está a un “tris” de declarar semáforo verde y, con ello, ya se advierte la apertura y reactivación de casi todas las actividades humanas.

De nada ha servido ni sirve la alerta de la Organización Mundial de la Salud en el sentido de no relajarse y continuar, al extremo, las medidas preventivas para reducir a su mínima expresión la cadena de contagios y, por supuesto, el índice de muertes que en nuestro país muy desafortunadamente es irrepetible en otras sociedades del mundo.

Así, con un diagnóstico mocho, los espacios turísticos y empresariales de todo tipo están que “vuelan” para recibir gente, sin importar la amenaza de los asintomáticos indetectados y para mayor infortunio habrán de proliferar, como en Cancún, laboratorios transas que por unos billetes expiden certificados falsos de Covid-19 negativo y por otra parte aquellos que se dedican a falsificar documentos de vacunación; bueno, hasta fraudulenta venta de “vacunas” anti-Covid (por 10 pesos) se publicitan en el Metro de la CDMX.

No es de dudar entonces que al cabo de unos días durante y después de la Semana Mayor se multiplique la demanda de espacios en los hospitales Covid en México; que nuevamente escaseen los medicamentos, el oxígeno y todo cuanto es necesario para salvar vidas porque, créalo o no y lo explican los especialistas en base a investigaciones serias, los recuperados y vacunados pueden contraer el virus y, por ende, el viacrucis y quién sabe a cuántos más sumar en la fatídica cadena de contagios.

Por todo eso y tomando en consideración el costo y profundísimo dolor que significa que alguien enferme o que muera por el Covid, la gente debe entender que nadie está a salvo, por eso se citan los porcentajes de efectividad de las vacunas, porque hay una parte de personas que les causa mayores problemas –como la muerte, aunque sea en muy bajo número- o de plano les resulta estéril para fortalecer su sistema inmunológico y conste que no llegamos ni al 4% de la población mexicana vacunada.

Mientras, coincidente o coyunturalmente a esta apresurada apertura y reactivación a la mexicana, se presentan las campañas políticas, la mayoría sin utilidad para el elector. Ojalá que los mexicanos sean congruentes y conscientes de la amenaza; que privilegien la vida y no jueguen con ella al turistear, que evadan espacios abarrotados de gente y en fin, ojalá me equivoque en este pronóstico adverso, pero si algo ha demostrado la apertura y reactivación económica irresponsable es que solo provoca más sufrimientos y pérdidas…Imagínese entonces con estas coincidencias mortales del turismo y las campañas cómo nos va a ir...y lógico, la repartición de culpas se hará presente aunque las derrotas siempre son huérfanas. ¿O no?

Quo Vadis


Sin saber cuántas personas contagiadas del Covid-19 siguen sin detectarse y cuántas están procurando librarse del mortal virus en casa, sino solo en las frías estadísticas de hospitales que controla el sector Salud federal, México está a un “tris” de declarar semáforo verde y, con ello, ya se advierte la apertura y reactivación de casi todas las actividades humanas.

De nada ha servido ni sirve la alerta de la Organización Mundial de la Salud en el sentido de no relajarse y continuar, al extremo, las medidas preventivas para reducir a su mínima expresión la cadena de contagios y, por supuesto, el índice de muertes que en nuestro país muy desafortunadamente es irrepetible en otras sociedades del mundo.

Así, con un diagnóstico mocho, los espacios turísticos y empresariales de todo tipo están que “vuelan” para recibir gente, sin importar la amenaza de los asintomáticos indetectados y para mayor infortunio habrán de proliferar, como en Cancún, laboratorios transas que por unos billetes expiden certificados falsos de Covid-19 negativo y por otra parte aquellos que se dedican a falsificar documentos de vacunación; bueno, hasta fraudulenta venta de “vacunas” anti-Covid (por 10 pesos) se publicitan en el Metro de la CDMX.

No es de dudar entonces que al cabo de unos días durante y después de la Semana Mayor se multiplique la demanda de espacios en los hospitales Covid en México; que nuevamente escaseen los medicamentos, el oxígeno y todo cuanto es necesario para salvar vidas porque, créalo o no y lo explican los especialistas en base a investigaciones serias, los recuperados y vacunados pueden contraer el virus y, por ende, el viacrucis y quién sabe a cuántos más sumar en la fatídica cadena de contagios.

Por todo eso y tomando en consideración el costo y profundísimo dolor que significa que alguien enferme o que muera por el Covid, la gente debe entender que nadie está a salvo, por eso se citan los porcentajes de efectividad de las vacunas, porque hay una parte de personas que les causa mayores problemas –como la muerte, aunque sea en muy bajo número- o de plano les resulta estéril para fortalecer su sistema inmunológico y conste que no llegamos ni al 4% de la población mexicana vacunada.

Mientras, coincidente o coyunturalmente a esta apresurada apertura y reactivación a la mexicana, se presentan las campañas políticas, la mayoría sin utilidad para el elector. Ojalá que los mexicanos sean congruentes y conscientes de la amenaza; que privilegien la vida y no jueguen con ella al turistear, que evadan espacios abarrotados de gente y en fin, ojalá me equivoque en este pronóstico adverso, pero si algo ha demostrado la apertura y reactivación económica irresponsable es que solo provoca más sufrimientos y pérdidas…Imagínese entonces con estas coincidencias mortales del turismo y las campañas cómo nos va a ir...y lógico, la repartición de culpas se hará presente aunque las derrotas siempre son huérfanas. ¿O no?