/ viernes 9 de agosto de 2019

Cómo vencer supremacías…

QUO VADIS

Cuando era candidato y ahora presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el gobierno de Donald Trump parece mantenerse firme en su retórica racista, xenofóbica y supremacista, no obstante los ataques, ciertamente terroristas y mortales, contra mexicanos…

Parece que la comodidad y protección que le brinda su espacio presidencial, ni la sangre derramada ni las confrontaciones y amenazas contra ilegales hispanos van a detener su embestida si tomamos en cuenta que en la misma semana en que ocurrieron sonados asesinatos de mexicanos en territorio estadounidense, continuó la cacería (como en Tennessee) capturando a cientos para ser deportados…

Y lo más triste de este largo viacrucis para los indocumentados antes y después de llegar a suelo estadounidense, es que sus compatriotas dentro y fuera de Estados Unidos ni se ven ni se sienten…Ahí están, como prueba de ello, las simbólicas manifestaciones que algunas decenas hicieron contra la política antiinmigrante en El Paso, Texas y otros lugares visitados por el mandatario multimillonario hijo de Mary Anne MacLeod, una migrante oriunda de Tunga, Reino Unido, pero nacionalizada estadounidense en 1942…

Por eso habría que revisar no cómo interactúan los gobiernos hispanos ante los actos y barbarie contra sus ciudadanos en los Estados Unidos, porque si de ello dependiera un cambio real en la política antiinmigrante estadounidense, quizá pasen generaciones sin ver avances. Mejor será recordar cómo los actos supremacistas en la historia de la humanidad son derrotados a lo largo de la historia…

Por ejemplo, en los 60’s una ola generalizada de protestas e indignación obligó al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson a aprobar la Ley de Derechos Civiles y el Derecho a Voto para acabar con la extrema violencia que protagonizaban los del Ku Kux Klan. Martin Luther King venció el apartheid estadounidense contra los afroamericanos protagonizando diversos movimientos no violentos; a Hitler se le dejó de idolatrar cuando los aliados unieron fuerzas, cierto, pero por otra parte orillaron al mismo pueblo alemán a sufrir consecuencias del holocausto. Nelson Mandela protagonizó una resistencia pacífica a toda prueba para acabar con el apartheid en Sudáfrica, etc…

En todos los casos hubo liderazgos firmes y determinantes, tanto que sus seguidores se multiplicaron por millones, no tuvieron miedos y menos tolerancia a los actos racistas, xenófobos y supremacistas que todavía se observan en EU y el resto del orbe…

La cuestión es: ¿Dónde están que no se ven ni en los Estados Unidos ni en México y otros países los compatriotas que, a una sola voz, deben ser solidarios con sus hermanos que siguen sufriendo abusos y muerte?... Porque si se trata de corregir actitudes gubernamentales a través de cartas y reclamos diplomáticos, el Creador guarde la hora en que más tragedias ocurran. ¿O no?

pibenavarro@gmail.com


QUO VADIS

Cuando era candidato y ahora presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el gobierno de Donald Trump parece mantenerse firme en su retórica racista, xenofóbica y supremacista, no obstante los ataques, ciertamente terroristas y mortales, contra mexicanos…

Parece que la comodidad y protección que le brinda su espacio presidencial, ni la sangre derramada ni las confrontaciones y amenazas contra ilegales hispanos van a detener su embestida si tomamos en cuenta que en la misma semana en que ocurrieron sonados asesinatos de mexicanos en territorio estadounidense, continuó la cacería (como en Tennessee) capturando a cientos para ser deportados…

Y lo más triste de este largo viacrucis para los indocumentados antes y después de llegar a suelo estadounidense, es que sus compatriotas dentro y fuera de Estados Unidos ni se ven ni se sienten…Ahí están, como prueba de ello, las simbólicas manifestaciones que algunas decenas hicieron contra la política antiinmigrante en El Paso, Texas y otros lugares visitados por el mandatario multimillonario hijo de Mary Anne MacLeod, una migrante oriunda de Tunga, Reino Unido, pero nacionalizada estadounidense en 1942…

Por eso habría que revisar no cómo interactúan los gobiernos hispanos ante los actos y barbarie contra sus ciudadanos en los Estados Unidos, porque si de ello dependiera un cambio real en la política antiinmigrante estadounidense, quizá pasen generaciones sin ver avances. Mejor será recordar cómo los actos supremacistas en la historia de la humanidad son derrotados a lo largo de la historia…

Por ejemplo, en los 60’s una ola generalizada de protestas e indignación obligó al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson a aprobar la Ley de Derechos Civiles y el Derecho a Voto para acabar con la extrema violencia que protagonizaban los del Ku Kux Klan. Martin Luther King venció el apartheid estadounidense contra los afroamericanos protagonizando diversos movimientos no violentos; a Hitler se le dejó de idolatrar cuando los aliados unieron fuerzas, cierto, pero por otra parte orillaron al mismo pueblo alemán a sufrir consecuencias del holocausto. Nelson Mandela protagonizó una resistencia pacífica a toda prueba para acabar con el apartheid en Sudáfrica, etc…

En todos los casos hubo liderazgos firmes y determinantes, tanto que sus seguidores se multiplicaron por millones, no tuvieron miedos y menos tolerancia a los actos racistas, xenófobos y supremacistas que todavía se observan en EU y el resto del orbe…

La cuestión es: ¿Dónde están que no se ven ni en los Estados Unidos ni en México y otros países los compatriotas que, a una sola voz, deben ser solidarios con sus hermanos que siguen sufriendo abusos y muerte?... Porque si se trata de corregir actitudes gubernamentales a través de cartas y reclamos diplomáticos, el Creador guarde la hora en que más tragedias ocurran. ¿O no?

pibenavarro@gmail.com