/ viernes 29 de mayo de 2020

Contar hasta 10…

QUO VADIS

Toda acción y esfuerzo que se haga para dignificar y respetar derechos y vida de las personas de cualquier edad y sexo, son válidos mientras no se ofenda la inteligencia humana, como eso de promover el gobierno federal que los potenciales victimarios de gente vulnerable cuenten hasta 10 antes de iniciar cualquier tipo de agresión.

El spot oficial refleja varios escenarios proclives a desencadenar violencia entre parejas, padres a hijos, etcétera y se armoniza con un mensaje primario que a la letra dice… “cuenta hasta 10 y saca la bandera blanca de la paz”, para luego cerrar con esta frase secundaria a las víctimas: “Recuerda que si necesitas ayuda cuentas con nosotros…llama al 911…Gobierno de México”.

La campaña -lógico- ya es motivo de reclamo público por voces en el Congreso de la Unión y de no pocas organizaciones no gubernamentales porque normaliza, desprotege, revictimiza e invisibiliza la triste realidad que viven desde siempre en este país machista las mujeres, fallidamente señaladas como agresoras o provocadoras, no como víctimas. Además el entuerto de campaña ocurre en este tiempo en que urge particular esmero oficial para garantizar protección a personas extraordinariamente frágiles e indefensas que están --por causa de la pandemia--, sujetas a un confinamiento obligatorio con victimarios (as) y por lo mismo se exige a instituciones encargadas de la defensa de los derechos humanos, procuración y administración de justicia aplicar castigos ejemplares.

Así las cosas, valga reafirmar que un buen principio de la vox populi para reducir la inseguridad, violencia y criminalidad producto de la corrupción e impunidad que a su vez son causa de descomunales pérdidas en bienes, despilfarro del dinero de los ciudadanos y pisoteo de la dignidad, derechos y vida de las personas, es: El que la haga…que la pague…Y en ese orden de hechos, ahora sí, como campaña intensa, la sociedad se entere a lo que se atienen los que violentan de diversa forma a las personas (o animales) porque de seguir la estéril rutina de conocer récords en estadísticas criminales se multiplicarán aquellos que tengan que contar hasta 10 antes de poder alzar la vista por no actuar en tiempo y forma para abatir el dolor y ensordecedor grito de justicia que millones de víctimas siguen lanzando.

Por lo demás, sería bueno conocer la identidad de los beneficiarios que planearon y ejecutaron esa campaña carente de sentido común, utilidad social, sensibilidad e inteligencia porque el mensaje primario no es a víctimas, sino a los abusadores, explotadores, violadores y asesinos para contar hasta 10 antes de cometer un abuso o crimen. Esto ocurre en un país donde el machismo se practica como perversa religión, donde la vida no vale nada, donde abundan los que por su gusto mueren y hasta la muerte les sabe y finalmente donde no son escasos los que deben pero no saben, no quieren o no pueden cumplir sus responsabilidades públicas o sociales por omisión o consciente acción. ¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com


QUO VADIS

Toda acción y esfuerzo que se haga para dignificar y respetar derechos y vida de las personas de cualquier edad y sexo, son válidos mientras no se ofenda la inteligencia humana, como eso de promover el gobierno federal que los potenciales victimarios de gente vulnerable cuenten hasta 10 antes de iniciar cualquier tipo de agresión.

El spot oficial refleja varios escenarios proclives a desencadenar violencia entre parejas, padres a hijos, etcétera y se armoniza con un mensaje primario que a la letra dice… “cuenta hasta 10 y saca la bandera blanca de la paz”, para luego cerrar con esta frase secundaria a las víctimas: “Recuerda que si necesitas ayuda cuentas con nosotros…llama al 911…Gobierno de México”.

La campaña -lógico- ya es motivo de reclamo público por voces en el Congreso de la Unión y de no pocas organizaciones no gubernamentales porque normaliza, desprotege, revictimiza e invisibiliza la triste realidad que viven desde siempre en este país machista las mujeres, fallidamente señaladas como agresoras o provocadoras, no como víctimas. Además el entuerto de campaña ocurre en este tiempo en que urge particular esmero oficial para garantizar protección a personas extraordinariamente frágiles e indefensas que están --por causa de la pandemia--, sujetas a un confinamiento obligatorio con victimarios (as) y por lo mismo se exige a instituciones encargadas de la defensa de los derechos humanos, procuración y administración de justicia aplicar castigos ejemplares.

Así las cosas, valga reafirmar que un buen principio de la vox populi para reducir la inseguridad, violencia y criminalidad producto de la corrupción e impunidad que a su vez son causa de descomunales pérdidas en bienes, despilfarro del dinero de los ciudadanos y pisoteo de la dignidad, derechos y vida de las personas, es: El que la haga…que la pague…Y en ese orden de hechos, ahora sí, como campaña intensa, la sociedad se entere a lo que se atienen los que violentan de diversa forma a las personas (o animales) porque de seguir la estéril rutina de conocer récords en estadísticas criminales se multiplicarán aquellos que tengan que contar hasta 10 antes de poder alzar la vista por no actuar en tiempo y forma para abatir el dolor y ensordecedor grito de justicia que millones de víctimas siguen lanzando.

Por lo demás, sería bueno conocer la identidad de los beneficiarios que planearon y ejecutaron esa campaña carente de sentido común, utilidad social, sensibilidad e inteligencia porque el mensaje primario no es a víctimas, sino a los abusadores, explotadores, violadores y asesinos para contar hasta 10 antes de cometer un abuso o crimen. Esto ocurre en un país donde el machismo se practica como perversa religión, donde la vida no vale nada, donde abundan los que por su gusto mueren y hasta la muerte les sabe y finalmente donde no son escasos los que deben pero no saben, no quieren o no pueden cumplir sus responsabilidades públicas o sociales por omisión o consciente acción. ¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com