/ domingo 22 de agosto de 2021

El reino de Cantú

LA ESPIGA

En los círculos intelectuales de Mexicali se comenta no sin falta de rigor metodológico: “El escritor Gabriel Trujillo publica un libro nuevo cada semana…”. Esta afirmación equivocada parece tomar en cuenta la afortunada publicación reciente de su novela histórica: “El hombre fuerte del circo”, la cual viene a sumarse a los numerosos éxitos editoriales del autor cachanilla.

En “El hombre fuerte del circo” se le da la razón al productor de televisión Dick Wolf, quien afirma “El mundo necesita héroes”, lo que sirve de sustento a la mercadotecnia del espectáculo destinado a las masas semi analfabetas. Y en efecto: El siglo 21 necesita con urgencia héroes que vengan a poner orden, justicia y paz (con algo de amor y aventuras emocionantes para chicos y grandes).

Trujillo crea un héroe llamado Ray Calavera, quien llega a Mexicali en una humilde carreta y sale del pueblo piloteando un aeroplano acompañado de una dama diestra en las artes amatorias. Calavera se ubica en el Mexicali de 1920 y como todo héroe necesita enfrentarse a un villano irredento para salvar a una comunidad, cuyo único pecado es profesar la religión del dinero. En esta visión maniquea el dinero viene en dólares destinados al villano supremo, el Rey del Circo: El gobernador del Distrito Norte de la Baja California, coronel Esteban Cantú Jiménez.

Por la avenida Madero el parque Héroes de Chapultepec se construyó en el Gobierno del general Esteban Cantú. En este parque tocaba una banda de música y durante muchos años de allí partían los desfiles cívicos. Enseguida del parque se construyó la primera escuela de Mexicali, la "Cuauhtémoc", inaugurada el 16 de septiembre de 1916. Fue dedicada a los niños de Mexicali, como señala una placa. Actualmente es la Casa de la Cultura de Mexicali. / Archivo Histórico de Mexicali

Calavera habla en primera persona y es mil usos: Cirquero, actor, boxeador, galán, agente encubierto, aviador, portero y amigo de los compadres sonorenses, quienes hacen la Revolución Mexicana para que todo siga igual. Natalia es el amor de Ray y ambos pretenden derrocar al Gober Cantú: Un suceso trascendental que en realidad se resolvió por cauces diplomáticos de alto nivel.

El escenario del Teatro México más bien debió ser el casino El Tecolote, el hipódromo de Tijuana o el Hotel y Cabaret Imperial. En esta atmósfera turbia Trujillo logra crear un ambiente de intrigas, balaceras (estilo wild west), corrupciones y venalidad donde reinaba la Paz Porfiriana y los buenos negocios binacionales.

El reino de Cantú perfila a la perfección la forma en que este caudillo se atrincheró en Mexicali, primero con el apoyo de Pancho Villa, de Carranza y de Victoriano Huerta, después se enfrentó al desprecio de los revolucionarios sonorenses, pero el as bajo la manga de Cantú fue al apoyo de los inversionistas yanquis, dueños de las obras hidráulicas millonarias que surtían de agua al Valle Imperial. No por nada el cónsul americano en Mexicali, Mr. Boyle, solicitó al Departamento de Estado que desde Washington interviniera ante el presidente provisional de México, Adolfo de la Huerta, para que Cantú se fuera tranquilamente a su refugio campirano de Los Ángeles.

Varias piruetas de Calavera nos mantienen interesados y hasta logramos reflexionar en la manera en que Cantú logró impulsar el progreso en BC: Mediante negocios ligados al alcohol, las drogas, los juegos de azar y la prostitución, pero ¿de qué manera se podía financiar a un gobierno autónomo en medio de una revuelta social?

Sin duda “El hombre fuerte del circo” es otro éxito editorial de G. Trujillo.

oscarh1955@yahoo.com.mx

LA ESPIGA

En los círculos intelectuales de Mexicali se comenta no sin falta de rigor metodológico: “El escritor Gabriel Trujillo publica un libro nuevo cada semana…”. Esta afirmación equivocada parece tomar en cuenta la afortunada publicación reciente de su novela histórica: “El hombre fuerte del circo”, la cual viene a sumarse a los numerosos éxitos editoriales del autor cachanilla.

En “El hombre fuerte del circo” se le da la razón al productor de televisión Dick Wolf, quien afirma “El mundo necesita héroes”, lo que sirve de sustento a la mercadotecnia del espectáculo destinado a las masas semi analfabetas. Y en efecto: El siglo 21 necesita con urgencia héroes que vengan a poner orden, justicia y paz (con algo de amor y aventuras emocionantes para chicos y grandes).

Trujillo crea un héroe llamado Ray Calavera, quien llega a Mexicali en una humilde carreta y sale del pueblo piloteando un aeroplano acompañado de una dama diestra en las artes amatorias. Calavera se ubica en el Mexicali de 1920 y como todo héroe necesita enfrentarse a un villano irredento para salvar a una comunidad, cuyo único pecado es profesar la religión del dinero. En esta visión maniquea el dinero viene en dólares destinados al villano supremo, el Rey del Circo: El gobernador del Distrito Norte de la Baja California, coronel Esteban Cantú Jiménez.

Por la avenida Madero el parque Héroes de Chapultepec se construyó en el Gobierno del general Esteban Cantú. En este parque tocaba una banda de música y durante muchos años de allí partían los desfiles cívicos. Enseguida del parque se construyó la primera escuela de Mexicali, la "Cuauhtémoc", inaugurada el 16 de septiembre de 1916. Fue dedicada a los niños de Mexicali, como señala una placa. Actualmente es la Casa de la Cultura de Mexicali. / Archivo Histórico de Mexicali

Calavera habla en primera persona y es mil usos: Cirquero, actor, boxeador, galán, agente encubierto, aviador, portero y amigo de los compadres sonorenses, quienes hacen la Revolución Mexicana para que todo siga igual. Natalia es el amor de Ray y ambos pretenden derrocar al Gober Cantú: Un suceso trascendental que en realidad se resolvió por cauces diplomáticos de alto nivel.

El escenario del Teatro México más bien debió ser el casino El Tecolote, el hipódromo de Tijuana o el Hotel y Cabaret Imperial. En esta atmósfera turbia Trujillo logra crear un ambiente de intrigas, balaceras (estilo wild west), corrupciones y venalidad donde reinaba la Paz Porfiriana y los buenos negocios binacionales.

El reino de Cantú perfila a la perfección la forma en que este caudillo se atrincheró en Mexicali, primero con el apoyo de Pancho Villa, de Carranza y de Victoriano Huerta, después se enfrentó al desprecio de los revolucionarios sonorenses, pero el as bajo la manga de Cantú fue al apoyo de los inversionistas yanquis, dueños de las obras hidráulicas millonarias que surtían de agua al Valle Imperial. No por nada el cónsul americano en Mexicali, Mr. Boyle, solicitó al Departamento de Estado que desde Washington interviniera ante el presidente provisional de México, Adolfo de la Huerta, para que Cantú se fuera tranquilamente a su refugio campirano de Los Ángeles.

Varias piruetas de Calavera nos mantienen interesados y hasta logramos reflexionar en la manera en que Cantú logró impulsar el progreso en BC: Mediante negocios ligados al alcohol, las drogas, los juegos de azar y la prostitución, pero ¿de qué manera se podía financiar a un gobierno autónomo en medio de una revuelta social?

Sin duda “El hombre fuerte del circo” es otro éxito editorial de G. Trujillo.

oscarh1955@yahoo.com.mx