/ sábado 1 de septiembre de 2018

El tradicional barrio de Pueblo Nuevo

La Espiga de Neón


En la publicación “De este lado del puente: El tradicional barrio de Pueblo Nuevo” de Raúl Orozco Maciel, publicado por el ICBC el año de 1995, encontramos una serie de testimonios bastante interesantes sobre esta colonia urbana pionera de Mexicali, la cual este año llega al primer centenario de su fundación.

A partir de que el jefe político y comandante militar de Baja California, coronel Esteban Cantú Jiménez, inicia con las obras de infraestructura para Mexicali con la instalación del primer puente metálico para cruzar el cauce del Río Nuevo, comienza también el poblamiento intenso del barrio que a falta de algún nombre especial se le empieza a llamar “Pueblo Nuevo” en referencia al Primer Cuadro de la Ciudad, popularmente llamado “El Pueblo”.

Precisamente en junio de 1918, Cantú entrega los primeros títulos de propiedad en esta zona y el ingeniero de la ciudad, Eduardo Trujillo, presenta el primer plano regulador de este nuevo asentamiento humano.

En la publicación mencionada nos encontramos con siete testimonios de viejos residentes de Pueblo Nuevo, quienes nos platican de manera amena el origen de sus familias, la forma en que vivían durante aquellos años cuando se carecía de servicios públicos, cuando se acomodaban en terrenos rústicos solo con la esperanza de conseguir un lugar donde vivir.

César Saucillo Pérez nos dice que para los niños residentes de Pueblo Nuevo no importaba el calor, ellos corrían descalzos de un sitio a otro sin importarles la temperatura, igual cruzaban hacia Calexico por algún recoveco del cerco fronterizo, recuerda que hacían “mandados”, iban a traer cartones de “Súper Catedrales” de cerveza Mexicali para los adultos reunidos en alguna sombra de pinos salados o mezquites.

Era el tiempo cuando las familias dormían fuera de sus casas, durante aquellos prolongados veranos se sacaban catres y colchones hacia el exterior de los domicilios, no había robos, vagos o malvivientes.

En temporada de lluvias las calles sin pavimento se convertían en enormes lodazales, los niños ayudaban a rescatar automóviles atascados, se utilizaban caballos con arneses y cadenas, los vehículos eran movidos hacia lugares transitables.

Don Juan Quevedo Rodríguez era el “Sobador” del barrio, de origen michoacano nos cuenta como se inició en este oficio de sanar personas utilizando técnicas rudimentarias y la fe en el Santo Padre Celestial.

José Acosta López fue alumno de la escuela “Cuauhtémoc” y recuerda el Rancho Lemus de Pueblo Nuevo, la colonia Santa Clara se estableció en esos terrenos. El Dr. Julio Prado Valdés, médico michoacano de ideología comunista, por muchos años atendió a las familias del pueblo nuevo mexicalense.

Don Carmelo Lucero nació en Mexicali en 1925, sus padres eran de origen sudcaliforniano, él recuerda que su casa la hicieron con palos de mezquite y techo de tule y cachanilla, recuerda sus trabajos en las primeras algodoneras de Mexicali.

El Sr. Lucero recuerda los canales por donde llegaba el agua a las casas, aquellos domicilios tenían enormes huertos familiares con granados, higueras, duraznos, chabacanos, uvas.

Enrique Banda García y Camilo Sarabia de la Barbería “Dos Estrellas”, ubicada por la calle Cuarta, recuerdan aquella calle repleta de fondas y cantinas.

Fueron los años del Viejo Mexicali, cuando Pueblo Nuevo vibraba al otro lado del río.





La Espiga de Neón


En la publicación “De este lado del puente: El tradicional barrio de Pueblo Nuevo” de Raúl Orozco Maciel, publicado por el ICBC el año de 1995, encontramos una serie de testimonios bastante interesantes sobre esta colonia urbana pionera de Mexicali, la cual este año llega al primer centenario de su fundación.

A partir de que el jefe político y comandante militar de Baja California, coronel Esteban Cantú Jiménez, inicia con las obras de infraestructura para Mexicali con la instalación del primer puente metálico para cruzar el cauce del Río Nuevo, comienza también el poblamiento intenso del barrio que a falta de algún nombre especial se le empieza a llamar “Pueblo Nuevo” en referencia al Primer Cuadro de la Ciudad, popularmente llamado “El Pueblo”.

Precisamente en junio de 1918, Cantú entrega los primeros títulos de propiedad en esta zona y el ingeniero de la ciudad, Eduardo Trujillo, presenta el primer plano regulador de este nuevo asentamiento humano.

En la publicación mencionada nos encontramos con siete testimonios de viejos residentes de Pueblo Nuevo, quienes nos platican de manera amena el origen de sus familias, la forma en que vivían durante aquellos años cuando se carecía de servicios públicos, cuando se acomodaban en terrenos rústicos solo con la esperanza de conseguir un lugar donde vivir.

César Saucillo Pérez nos dice que para los niños residentes de Pueblo Nuevo no importaba el calor, ellos corrían descalzos de un sitio a otro sin importarles la temperatura, igual cruzaban hacia Calexico por algún recoveco del cerco fronterizo, recuerda que hacían “mandados”, iban a traer cartones de “Súper Catedrales” de cerveza Mexicali para los adultos reunidos en alguna sombra de pinos salados o mezquites.

Era el tiempo cuando las familias dormían fuera de sus casas, durante aquellos prolongados veranos se sacaban catres y colchones hacia el exterior de los domicilios, no había robos, vagos o malvivientes.

En temporada de lluvias las calles sin pavimento se convertían en enormes lodazales, los niños ayudaban a rescatar automóviles atascados, se utilizaban caballos con arneses y cadenas, los vehículos eran movidos hacia lugares transitables.

Don Juan Quevedo Rodríguez era el “Sobador” del barrio, de origen michoacano nos cuenta como se inició en este oficio de sanar personas utilizando técnicas rudimentarias y la fe en el Santo Padre Celestial.

José Acosta López fue alumno de la escuela “Cuauhtémoc” y recuerda el Rancho Lemus de Pueblo Nuevo, la colonia Santa Clara se estableció en esos terrenos. El Dr. Julio Prado Valdés, médico michoacano de ideología comunista, por muchos años atendió a las familias del pueblo nuevo mexicalense.

Don Carmelo Lucero nació en Mexicali en 1925, sus padres eran de origen sudcaliforniano, él recuerda que su casa la hicieron con palos de mezquite y techo de tule y cachanilla, recuerda sus trabajos en las primeras algodoneras de Mexicali.

El Sr. Lucero recuerda los canales por donde llegaba el agua a las casas, aquellos domicilios tenían enormes huertos familiares con granados, higueras, duraznos, chabacanos, uvas.

Enrique Banda García y Camilo Sarabia de la Barbería “Dos Estrellas”, ubicada por la calle Cuarta, recuerdan aquella calle repleta de fondas y cantinas.

Fueron los años del Viejo Mexicali, cuando Pueblo Nuevo vibraba al otro lado del río.