/ domingo 9 de enero de 2022

Preservar la historia visual de BC

LA ESPIGA

En el libro de reciente aparición “Francisco Galván: Viajero de la lente, 1918-1963” Textos y curaduría de Andrés Waldo Espinoza, editado por la UABC, la Secretaría de Cultura y el FONCA 2020, nos encontramos una deleitable colección de fotografías del tijuanense Francisco Galván, quien en su itinerario de vida se hizo acompañar de una cámara fotográfica.

La cronista comunitaria de Tijuana, Celia Galván Ramírez, a través del Archivo Histórico de aquella ciudad, hizo posible que se conociera una colección de fotografías que su padre, el Sr. Francisco Galván, captó a lo largo de los años. Se trata de una colección de imágenes bastante elocuente y generosa, nos muestra la vida cotidiana de una familia modesta residente de la colonia Libertad de Tijuana, la cual nos permite adentrarnos en el ambiente íntimo de los pioneros de una ciudad en constante expansión demográfica.

Cortesía | CEART

Los Galván, una familia típica de Tijuana. Empezando con don Francisco Galván Valenzuela, originario de Durango, en 1917 su sed de aventuras lo trajo a Baja California. El joven Francisco se emplea de bolero en el pequeño pueblo turístico de Tijuana. En el centro antiguo ya existían comercios, cantinas y casinos, era la época permisiva de Cantú y estos negocios atraían turistas.

Como maletero Francisco se mueve en la Av. “A”, la conocida mundialmente como Av. Revolución; los visitantes que cruzaban hacia Tj traían dólares y había que atenderlos. En 1922 Francisco con algunos compañeros fundan el Gremio de Choferes Mexicanos de Tijuana; como profesionales del volante conducían a los visitantes hacia el famoso Casino Agua Caliente o a Ensenada.

Como buen emprendedor, Francisco adquiere un predio en Rosarito y abre un restaurante atendido por la familia que formó con Herminia Ramírez. En este pequeño local se empieza a ofrecer langosta preparada al estilo original de Puerto Nuevo, Rosarito: Langosta, arroz, frijoles y tortillas de harina. Este platillo creó una tradición culinaria que se mantiene hasta el presente.

Francisco y su espíritu viajero lo llevó a conocer las principales ciudades de BC. Su afición por la fotografía le permitió captar personas, lugares y acontecimientos, los cuales en este tiempo se convirtieron en un valioso registro histórico. En primer lugar su familia, sus paseos a Ensenada, al Hotel Playa, en Tijuana frente a la presa Abelardo L. Rodríguez, antigua ruta de entrada a la ciudad, al Río Tijuana.

La lente de Francisco se nutrió de la curiosidad de un observador siempre atento a su entorno, a los acontecimientos del momento. En las fotos aparecen los primeros taxis y autobuses de la ciudad, la torre de Agua Caliente, los aeroplanos construidos en Tijuana, los llanos de donde despegaban con el emocionado público asistente, los desfiles en torno al parque Miguel Guerrero, la Av. Revolución y la Esc. Miguel F. Martínez; el legendario Hotel St. Francis, la fachada del expendio “La Ballena”, el Mexicali Beer Hall por excelencia. Las fiestas patrias de 1956, la campaña político-electoral de Miguel Alemán Valdés, el frontón Jai Alai, la Esc. Cuauhtémoc de Mexicali y San Felipe en 1958.

“Francisco Galván: Viajero de la lente” es una deleitable publicación, enriquecedora de la historia visual de BC.

oscarh1955@yahoo.com.mx

LA ESPIGA

En el libro de reciente aparición “Francisco Galván: Viajero de la lente, 1918-1963” Textos y curaduría de Andrés Waldo Espinoza, editado por la UABC, la Secretaría de Cultura y el FONCA 2020, nos encontramos una deleitable colección de fotografías del tijuanense Francisco Galván, quien en su itinerario de vida se hizo acompañar de una cámara fotográfica.

La cronista comunitaria de Tijuana, Celia Galván Ramírez, a través del Archivo Histórico de aquella ciudad, hizo posible que se conociera una colección de fotografías que su padre, el Sr. Francisco Galván, captó a lo largo de los años. Se trata de una colección de imágenes bastante elocuente y generosa, nos muestra la vida cotidiana de una familia modesta residente de la colonia Libertad de Tijuana, la cual nos permite adentrarnos en el ambiente íntimo de los pioneros de una ciudad en constante expansión demográfica.

Cortesía | CEART

Los Galván, una familia típica de Tijuana. Empezando con don Francisco Galván Valenzuela, originario de Durango, en 1917 su sed de aventuras lo trajo a Baja California. El joven Francisco se emplea de bolero en el pequeño pueblo turístico de Tijuana. En el centro antiguo ya existían comercios, cantinas y casinos, era la época permisiva de Cantú y estos negocios atraían turistas.

Como maletero Francisco se mueve en la Av. “A”, la conocida mundialmente como Av. Revolución; los visitantes que cruzaban hacia Tj traían dólares y había que atenderlos. En 1922 Francisco con algunos compañeros fundan el Gremio de Choferes Mexicanos de Tijuana; como profesionales del volante conducían a los visitantes hacia el famoso Casino Agua Caliente o a Ensenada.

Como buen emprendedor, Francisco adquiere un predio en Rosarito y abre un restaurante atendido por la familia que formó con Herminia Ramírez. En este pequeño local se empieza a ofrecer langosta preparada al estilo original de Puerto Nuevo, Rosarito: Langosta, arroz, frijoles y tortillas de harina. Este platillo creó una tradición culinaria que se mantiene hasta el presente.

Francisco y su espíritu viajero lo llevó a conocer las principales ciudades de BC. Su afición por la fotografía le permitió captar personas, lugares y acontecimientos, los cuales en este tiempo se convirtieron en un valioso registro histórico. En primer lugar su familia, sus paseos a Ensenada, al Hotel Playa, en Tijuana frente a la presa Abelardo L. Rodríguez, antigua ruta de entrada a la ciudad, al Río Tijuana.

La lente de Francisco se nutrió de la curiosidad de un observador siempre atento a su entorno, a los acontecimientos del momento. En las fotos aparecen los primeros taxis y autobuses de la ciudad, la torre de Agua Caliente, los aeroplanos construidos en Tijuana, los llanos de donde despegaban con el emocionado público asistente, los desfiles en torno al parque Miguel Guerrero, la Av. Revolución y la Esc. Miguel F. Martínez; el legendario Hotel St. Francis, la fachada del expendio “La Ballena”, el Mexicali Beer Hall por excelencia. Las fiestas patrias de 1956, la campaña político-electoral de Miguel Alemán Valdés, el frontón Jai Alai, la Esc. Cuauhtémoc de Mexicali y San Felipe en 1958.

“Francisco Galván: Viajero de la lente” es una deleitable publicación, enriquecedora de la historia visual de BC.

oscarh1955@yahoo.com.mx