/ jueves 13 de julio de 2023

Trigo: La inocultable crisis

La desesperación se está apoderando gradualmente de las y los productores de trigo. A los problemas de cartera vencida se suma una política agrícola retrógrada, promesas incumplidas y apoyos insuficientes que afectan profundamente la competitividad del sector.

Trigueros solicitan la intervención del Gobernador para resolver adeudos | Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

El enorme potencial productivo del Valle de Mexicali se está tirando por la borda junto con un futuro promisorio para productoras y productores de trigo. Como balde de agua fría ha caído la noticia del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Meléndrez Espinoza, quien dijo que el autoconsumo que promueve el presidente Andrés Manuel López Obrador debe aplicarse al Valle de Mexicali. Con estas políticas populistas, la mayor parte de los productores de trigo se verían visiblemente afectados ante el aumento de los precios de los fertilizantes, la caída del precio del trigo en el mercado internacional y la falta de apoyos.

La implementación del esquema de precios de garantía está devastando nuestro campo y dinamitando nuestras capacidades y posibilidades, dicha política, además de aberrante y retrógrada, afecta de forma directa la oferta y la demanda en el mercado de trigo, creando distorsiones importantes. Las largas negociaciones han tenido resultados insatisfactorios: el precio negociado por tonelada de trigo, con un máximo de 6 mil 075 pesos es francamente insuficiente. Las y los trigueros se mantienen en pie de lucha para lograr un precio justo de 8 mil pesos por tonelada.

Las y los productores no quieren más propaganda gubernamental: No les interesan los supuestos logros de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), nadie vive solo de promesas de un organismo envuelto en el peor escándalo de corrupción de la historia reciente. Necesitan que se cumplan los acuerdos y se realicen los pagos pendientes desde 2022. Los 200 pesos por tonelada ofrecidos por el gobierno estatal, ante la indolencia del gobierno federal y los 100 por tonelada del gobierno municipal, son francamente insuficientes, ya que los apoyos por parte de Segalmex no generan esperanza ante un ilimitado laberinto burocrático y la experiencia de apoyos comprometidos y no pagados.

Quienes empeñan lo mejor de su talento y su dedicación para llevar alimento a nuestras mesas y para surtir a la demanda interna y a los mercados internacionales, se ven ante la triste necesidad de contratar onerosas deudas con bancos privados, ante la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.

El violento desalojo de quienes se manifestaban legítimamente en el Centro Cívico de Mexicali contradice el discurso oficial que niega la represión y promueve un supuesto humanismo; los manifestantes fueron desalojados, como si fueran delincuentes, por instrucciones de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Hoy, las y los productores de trigo no necesitan más promesas que no se cumplen, ni sermones de nuestras autoridades. Urgen respuestas concretas y urgentes, porque de ellos depende nuestro futuro y nuestra prosperidad.


La desesperación se está apoderando gradualmente de las y los productores de trigo. A los problemas de cartera vencida se suma una política agrícola retrógrada, promesas incumplidas y apoyos insuficientes que afectan profundamente la competitividad del sector.

Trigueros solicitan la intervención del Gobernador para resolver adeudos | Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

El enorme potencial productivo del Valle de Mexicali se está tirando por la borda junto con un futuro promisorio para productoras y productores de trigo. Como balde de agua fría ha caído la noticia del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Meléndrez Espinoza, quien dijo que el autoconsumo que promueve el presidente Andrés Manuel López Obrador debe aplicarse al Valle de Mexicali. Con estas políticas populistas, la mayor parte de los productores de trigo se verían visiblemente afectados ante el aumento de los precios de los fertilizantes, la caída del precio del trigo en el mercado internacional y la falta de apoyos.

La implementación del esquema de precios de garantía está devastando nuestro campo y dinamitando nuestras capacidades y posibilidades, dicha política, además de aberrante y retrógrada, afecta de forma directa la oferta y la demanda en el mercado de trigo, creando distorsiones importantes. Las largas negociaciones han tenido resultados insatisfactorios: el precio negociado por tonelada de trigo, con un máximo de 6 mil 075 pesos es francamente insuficiente. Las y los trigueros se mantienen en pie de lucha para lograr un precio justo de 8 mil pesos por tonelada.

Las y los productores no quieren más propaganda gubernamental: No les interesan los supuestos logros de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), nadie vive solo de promesas de un organismo envuelto en el peor escándalo de corrupción de la historia reciente. Necesitan que se cumplan los acuerdos y se realicen los pagos pendientes desde 2022. Los 200 pesos por tonelada ofrecidos por el gobierno estatal, ante la indolencia del gobierno federal y los 100 por tonelada del gobierno municipal, son francamente insuficientes, ya que los apoyos por parte de Segalmex no generan esperanza ante un ilimitado laberinto burocrático y la experiencia de apoyos comprometidos y no pagados.

Quienes empeñan lo mejor de su talento y su dedicación para llevar alimento a nuestras mesas y para surtir a la demanda interna y a los mercados internacionales, se ven ante la triste necesidad de contratar onerosas deudas con bancos privados, ante la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.

El violento desalojo de quienes se manifestaban legítimamente en el Centro Cívico de Mexicali contradice el discurso oficial que niega la represión y promueve un supuesto humanismo; los manifestantes fueron desalojados, como si fueran delincuentes, por instrucciones de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Hoy, las y los productores de trigo no necesitan más promesas que no se cumplen, ni sermones de nuestras autoridades. Urgen respuestas concretas y urgentes, porque de ellos depende nuestro futuro y nuestra prosperidad.