El pasado 21 de octubre, mediante acuerdo emitido por la Junta de Coordinación Política y posteriormente el 26 de octubre por acuerdo emitido por la Mesa Directiva, los dos órganos de gobierno del Senado de la República y en el que están representadas todas las fuerzas políticas parlamentarias, las senadoras y los senadores que conformamos el Grupo Plural obtuvimos el reconocimiento como una nueva agrupación de legisladores con independencia política e ideológica que, junto a los grupos parlamentarios de la Cámara Alta, tendrá voz propia en las deliberaciones que de manera constante tienen lugar en esta máxima soberanía.
Este Grupo Plural, conformado por la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, los senadores Germán Martínez Cázares, Gustavo Madero Muñoz y Emilio Álvarez Icaza, así como por quien escribe, nace como un auténtico esfuerzo que tiene como propósito fortalecer nuestra democracia, velar exclusivamente por los intereses del pueblo y fomentar el diálogo para lograr acuerdos políticos que verdaderamente sean benéficos para nuestro país.
Es importante aclarar que, para lograr este propósito, los integrantes de este grupo consideramos indispensable conformarlo debido a que lamentablemente la polarización política que se vive en estos momentos ha viciado e interferido la comunicación que necesitamos para que todos, sin importar partidos, ni colores, podamos generar el entendimiento que nos permita superar los principales retos que enfrentamos como país.
Desafortunadamente, en los últimos años las palabras necesarias para desarrollar un debate político de altura han sido sustituidas por los insultos y la voluntad de crear consensos con el adversario ha sido reemplazada por el deseo de humillarlo, desprestigiarlo y convertirlo en el enemigo ante los ojos del pueblo. Lo anterior aplica para los dos bandos que se encuentran en los extremos del espectro político, los cuales en lugar de optar por la razón, la civilidad política, el respeto y la tolerancia como ejes de su convivencia, han elegido los resentimientos y fobias para construir una relación enteramente tóxica que nos perjudica a todos.
Por ello, para los legisladores que creamos el Grupo Plural, éste es un espacio de libertad, autonomía y como lo dice su nombre, de pluralidad, en el que no hay líneas duras, ni obediencia ciega. Tampoco es un grupo creado para estar en contra o al servicio de otros, ni mucho menos para satisfacer intereses personales, pues no es un proyecto con objetivos electorales, ni de otro tipo. En el Grupo Plural, las senadoras y los senadores decidiremos, actuaremos y votaremos libremente de acuerdo con lo que nuestras conciencias nos dicten qué es lo mejor para México y no según lo que se nos ordene desde los partidos o el palacio nacional.
En otras palabras, no estamos en contra del presidente, ni de los partidos políticos representados en el Senado de la República, pero tampoco estaremos sometidos a su voluntad. Cuando sus iniciativas, propuestas y acciones beneficien a México, sin duda lo acompañaremos y respaldaremos, cuando no lo consideremos así, simplemente no lo haremos.
Sin embargo, nuestro compromiso es que, en todo momento, trabajaremos por entablar con todas las fuerzas políticas el diálogo respetuoso y honesto que nos permita impulsar todo aquello en lo que estamos de acuerdo y conciliar las diferencias que podamos tener hasta convertirlas en consensos.
La agenda del Grupo Plural es ciudadana, porque nuestro deber es servir ideal e incondicionalmente al pueblo, a nadie más.
