Arrancó la campaña para la Presidencia Municipal de Mexicali, sin la certeza matemática de las preferencias de los electores.
Ante ese hueco, estamos a merced de los grillos, los charlatanes, conspiranoicos, los pseudo matemáticos, siempre dispuestos a rellenar. Tenemos algunas encuestas telefónicas poco fiables por imprecisas, otras con falta de rigor, en específico, porque la empresa desarrolladora ha mostrado clara tendencia a favorecer a una fuerza política.
Andaremos al puro tanteo, haciendo inferencias sin mucho sustento, apoyándonos en las proyecciones de redes sociales. Eso no es recomendable.
Para tener una idea de la importancia de este tipo de ejercicios, El Muro, del 5 de julio de 2023, titulado “Encuestas cuchareadas”, expone “… debe garantizarse un ejercicio estadísticamente representativo (…) Para ello, los datos crudos, las respuestas de las personas (…) deben ser verificados para determinar su validez…”. O sea, una encuesta no se trata nada más de preguntarle a las personas cara a cara o a través de un teléfono y ya. Debe existir todo un protocolo para garantizar la cobertura simbólica, sin ningún tipo de sesgo o prejuicio del total de personas inscritas en el padrón electoral.
La necesidad de certeza es válida. La historia dice que a los gobernantes les debemos el nacimiento de la geometría, cuando un río desbordado modificó los límites territoriales. La argumentación, porque había que ser elocuentes ante los jueces para recuperar tierras arrebatadas. La estadística, gracias a un político deseoso de saber cuánto poder, armas, dinero, podía acumular (“Los orígenes estadísticos de las encuestas de opinión”, “La argumentación”).
Una política rancheril como la mexicalense, vive satisfecha con la incertidumbre, mientras el mundo electoral discute con bases científicas, ya no digamos sobre encuestas, sino de modelos de proyección, útiles para calcular las probabilidades de triunfo de un candidato en un sistema binario (“The media has a probability problem”, “Electoral forecasting using a novel…”, “Election prediction as a martingala…”, “Brier score”).
Una contienda electoral, sin información rigurosa, favorece la proliferación de políticos chafas, la multiplicación de rumores que muy poco abonan al ya de por sí bajo interés de los bajacalifornianos por participar en los procesos. En la elección anterior, el Estado ocupó el último lugar en personas que acudieron a votar.
