/ miércoles 25 de octubre de 2023

El Muro | La bonitocracia

Una Cámara de Diputados, de verdad representativa de la sociedad bajacaliforniana, debería estar integrada así: Mayoría de mujeres, población indígena, LGBTQ+, personas con discapacidad, de color de piel oscuro, migrantes y pobres.

lavozdelafrontera_admin

Si las designaciones se hicieran por sorteo, como ocurre con las insaculaciones para los funcionarios de casillas o como hacían los griegos hace miles de años, es muy probable que la conformación del Poder Legislativo quedara en la forma antes planteada, esto debido a la predominancia de dichos sectores entre la población total.

No habría razón de preocuparse por la incapacidad intelectual u operativa porque el talento no tiene correlación con estratos sociales, parece ser distribuido al azar, pero las oportunidades para detonarlo sí tienen qué ver con un entorno poco propicio para el desarrollo creativo.

Pobres, prietos, en silla de ruedas, sin poder ver, con diversidad sexual, no solo existen y en conjunto, fácil podrían ser mayoría, sino que históricamente han sido marginados (“El tono de piel de los mexicanos y su interacción…”, “Así se vive la desigualdad en México”, “Encuesta Nacional sobre Discriminación, 2023”, “Pigmentocracies: Educational… Pigmentocracias: Desigualdad educativa, color de piel e identificación etnoracial…” “The mexican color hierarchy…”, “¿Para qué sí importa el color de piel en México?”).

Sin embargo, de una década para acá, la bonitocracia, el gobierno de la belleza, en especial la femenina, se ha fortalecido en varios países. En el 2013 análisis periodísticos criticaban el interés de algunas mujeres en política, por resaltar sus atributos físicos (“How the ‘system of beauty’… Cómo el ‘sistema de belleza’, perjudica a las mujeres políticas”).

Pero hoy, de acuerdo a lo visto a nuestro alrededor, eso parece tema superado. Pronto, no sería de sorprender, si vemos a nuestras políticas hablar en videos sobre rutinas de belleza, como ya lo hace la congresista norteamericana Alexandria Ocasio: “… La feminidad tiene poder y en política hay muchas críticas… Existe esa idea realmente falsa de que si te preocupas por el maquillaje… eso es de alguna manera frívolo”. Por si fuera poco, los políticos atractivos tienden a ganar elecciones (“Beautiful politicians win more votes…”, “Why women politicians are talking about beauty”).

Todo eso cierra la puerta a una buena cantidad de personas, quienes -solo por mala suerte- difícilmente trascenderán. Por irónico que suene, la solución puede llegar desde la política a través de acciones afirmativas, o sea, forzar la equidad, como ha empezado a ocurrir en el caso de la mujer.

Mailto: vicmarcen09@gmail.com

Una Cámara de Diputados, de verdad representativa de la sociedad bajacaliforniana, debería estar integrada así: Mayoría de mujeres, población indígena, LGBTQ+, personas con discapacidad, de color de piel oscuro, migrantes y pobres.

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Si las designaciones se hicieran por sorteo, como ocurre con las insaculaciones para los funcionarios de casillas o como hacían los griegos hace miles de años, es muy probable que la conformación del Poder Legislativo quedara en la forma antes planteada, esto debido a la predominancia de dichos sectores entre la población total.

No habría razón de preocuparse por la incapacidad intelectual u operativa porque el talento no tiene correlación con estratos sociales, parece ser distribuido al azar, pero las oportunidades para detonarlo sí tienen qué ver con un entorno poco propicio para el desarrollo creativo.

Pobres, prietos, en silla de ruedas, sin poder ver, con diversidad sexual, no solo existen y en conjunto, fácil podrían ser mayoría, sino que históricamente han sido marginados (“El tono de piel de los mexicanos y su interacción…”, “Así se vive la desigualdad en México”, “Encuesta Nacional sobre Discriminación, 2023”, “Pigmentocracies: Educational… Pigmentocracias: Desigualdad educativa, color de piel e identificación etnoracial…” “The mexican color hierarchy…”, “¿Para qué sí importa el color de piel en México?”).

Sin embargo, de una década para acá, la bonitocracia, el gobierno de la belleza, en especial la femenina, se ha fortalecido en varios países. En el 2013 análisis periodísticos criticaban el interés de algunas mujeres en política, por resaltar sus atributos físicos (“How the ‘system of beauty’… Cómo el ‘sistema de belleza’, perjudica a las mujeres políticas”).

Pero hoy, de acuerdo a lo visto a nuestro alrededor, eso parece tema superado. Pronto, no sería de sorprender, si vemos a nuestras políticas hablar en videos sobre rutinas de belleza, como ya lo hace la congresista norteamericana Alexandria Ocasio: “… La feminidad tiene poder y en política hay muchas críticas… Existe esa idea realmente falsa de que si te preocupas por el maquillaje… eso es de alguna manera frívolo”. Por si fuera poco, los políticos atractivos tienden a ganar elecciones (“Beautiful politicians win more votes…”, “Why women politicians are talking about beauty”).

Todo eso cierra la puerta a una buena cantidad de personas, quienes -solo por mala suerte- difícilmente trascenderán. Por irónico que suene, la solución puede llegar desde la política a través de acciones afirmativas, o sea, forzar la equidad, como ha empezado a ocurrir en el caso de la mujer.

Mailto: vicmarcen09@gmail.com