/ miércoles 4 de octubre de 2023

El Muro | ¿Y la escuelavksy?

Ya va casi un mes de clases en educación básica y en Mexicali no sabemos de notorias quejas sobre la Nueva Escuela Mexicana, ni tampoco de los nuevos libros de texto.

Es más, hace unos días se llevó a cabo la primera reunión mensual entre docentes, el Consejo Técnico Escolar, sin que nos hayamos enterado vía notas informativas o candentes publicaciones en redes sociales, de alguna inconformidad de parte de profesores, directivos o padres de familia.

Foto: Alejandro Domínguez | La Voz de la Frontera 

La escuelavsky, o sea, la amenaza del arribo de educación comunista en el país que tanto escándalo provocó, fue olvidada, porque seguro hay asuntos realmente importantes. Lo más probable, es que los docentes se estén dedicando a ubicar las bondades en el contenido de los libros, que sí existen, en lugar de ensañarse con los errores, los cuales también existen, pero no en la dimensión que intentaron hacernos creer.

Esto es una buena noticia porque un modelo diseñado para pensar y actuar, en vez del anterior, cimentado en la memorización, el control, el macheteo, seguro brindará beneficios en la formación de los estudiantes.

En teoría, la educación básica debería preparar a la persona para adaptarse a su entorno e incluso para hacer mejoras a nivel personal o comunitario, aunque por tradición estuvimos acostumbrados a ver a la primaria, secundaria, el sitio donde los menores pasaban el tiempo, mientras aprendían a hacer cuentas, gramática, disciplina y si bien nos iba, algún oficio.

Por muchas razones, quizá por lo voluminoso de su personal, por la burocracia gubernamental o sindical, nuestro sistema educativo público fue desgastándose de a poco quedándose atrás, comparado con el resto de los países del mundo, abriéndole las puertas a instituciones particulares, cuya principal virtud ha sido atiborrar de trabajo al menor, como si eso fuera la solución. El cambio educativo actual no obedece a un dictado político, aunque para los detractores del gobierno federal así parezca; tampoco a una estrategia, mucho menos a una moda o a una tendencia, era una urgencia.

Nadie puede innovar si está acostumbrado a obedecer, a recibir instrucciones, a ser sumiso. Lo contrario no significa personas groseras, altaneras, sino individuos capaces de cuestionar con elementos la pertinencia de algún proyecto con el fin de mejorarlo (“Why some societies… Por qué algunas sociedades inventan más que otras?”).

Esta ciudad detonará sus talentos en la medida en que su sistema escolar sea incluyente, tolerante, consciente, empático, porque a un aula van personas con diversos tipos de necesidades, virtudes. Todos tenemos algún talento, pero no todos somos capaces de sacarle provecho.

Mailto: vicmarcen09@gmail.com

Ya va casi un mes de clases en educación básica y en Mexicali no sabemos de notorias quejas sobre la Nueva Escuela Mexicana, ni tampoco de los nuevos libros de texto.

Es más, hace unos días se llevó a cabo la primera reunión mensual entre docentes, el Consejo Técnico Escolar, sin que nos hayamos enterado vía notas informativas o candentes publicaciones en redes sociales, de alguna inconformidad de parte de profesores, directivos o padres de familia.

Foto: Alejandro Domínguez | La Voz de la Frontera 

La escuelavsky, o sea, la amenaza del arribo de educación comunista en el país que tanto escándalo provocó, fue olvidada, porque seguro hay asuntos realmente importantes. Lo más probable, es que los docentes se estén dedicando a ubicar las bondades en el contenido de los libros, que sí existen, en lugar de ensañarse con los errores, los cuales también existen, pero no en la dimensión que intentaron hacernos creer.

Esto es una buena noticia porque un modelo diseñado para pensar y actuar, en vez del anterior, cimentado en la memorización, el control, el macheteo, seguro brindará beneficios en la formación de los estudiantes.

En teoría, la educación básica debería preparar a la persona para adaptarse a su entorno e incluso para hacer mejoras a nivel personal o comunitario, aunque por tradición estuvimos acostumbrados a ver a la primaria, secundaria, el sitio donde los menores pasaban el tiempo, mientras aprendían a hacer cuentas, gramática, disciplina y si bien nos iba, algún oficio.

Por muchas razones, quizá por lo voluminoso de su personal, por la burocracia gubernamental o sindical, nuestro sistema educativo público fue desgastándose de a poco quedándose atrás, comparado con el resto de los países del mundo, abriéndole las puertas a instituciones particulares, cuya principal virtud ha sido atiborrar de trabajo al menor, como si eso fuera la solución. El cambio educativo actual no obedece a un dictado político, aunque para los detractores del gobierno federal así parezca; tampoco a una estrategia, mucho menos a una moda o a una tendencia, era una urgencia.

Nadie puede innovar si está acostumbrado a obedecer, a recibir instrucciones, a ser sumiso. Lo contrario no significa personas groseras, altaneras, sino individuos capaces de cuestionar con elementos la pertinencia de algún proyecto con el fin de mejorarlo (“Why some societies… Por qué algunas sociedades inventan más que otras?”).

Esta ciudad detonará sus talentos en la medida en que su sistema escolar sea incluyente, tolerante, consciente, empático, porque a un aula van personas con diversos tipos de necesidades, virtudes. Todos tenemos algún talento, pero no todos somos capaces de sacarle provecho.

Mailto: vicmarcen09@gmail.com