/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Lavado de dinero

CONTRASENTIDO

En la última década se ha visto un endurecimiento de las leyes contra el lavado de dinero. Incluso, en la actualidad el Código Penal establece que se configura el delito de uso de recursos de procedencia ilícita no solo a quienes usen dinero que no puedan comprobar su origen, sino a quien posea, custodie, transporte, resguarde y un larguísimo etc.

Sin embargo, la realidad es que mucho del dinero que circula en las economías locales e internacionales es producto de actividades fuera de la ley.

Siempre la historia del hombre se ha caracterizado por tratar de acumular riqueza en exceso y muchas de las veces al grado de ni siquiera poderla gastar o disfrutar en una vida. Lo anterior, cuando la fuente del ingreso no vulnera los derechos del otro y del sano crecimiento, ha logrado que tengamos una evolución sin precedentes como sociedad, pero cuando el dinero proviene de actividades ilícitas no solo se quebranta la paz social, sino que el equilibrio de la economía se hace mil pedazos. Lo anterior provoca que no exista una sana competitividad, por lo que significa que se convierte el dinero mal habido en un generador de violencia.

La amarga realidad es que el uso de recursos de dudosa procedencia genera empleos directos e indirectos, motivo por el que algunos sectores de la población dicen que no se debe combatir. Pero poniendo en una balanza el tema de la activación económica y el la cantidad de violencia nos obliga a reflexionar sobre la importancia del combate a este flagelo social. En ninguna circunstancia podemos aceptar las migajas de un beneficio económico que se acumula en pocas manos criminales a cambio de lo más preciado y significativo que tenemos que es la vida.

En la actualidad, gracias al desarrollo tecnológico en el manejo de base de datos de gran tamaño y al crecimiento, casi obligado, de la Banca electrónica, es más fácil rastrear el origen del dinero y establecer las discrepancias entre lo que se gasta con lo que realmente se declara a las autoridades hacendarias. Prueba de lo anterior son las miles de denuncias que ha interpuesto la Unidad de Inteligencia Financiera a las autoridades correspondientes.

Lo más grave y peligroso es que si no tomamos con seriedad el tema, podemos ser víctimas fáciles de la desigualdad de oportunidades en materia económica y de la vivacidad de algunos que se dedican a blanquear capitales con empresas semi-legales.

Sin duda, el tema de lavado de dinero va que vuela para convertirse en un gran dolor para las autoridades, comunidad y empresarios.

Las autoridades tendrán que combatirlo con toda su fiereza, pero se enfrentan un monstruo que parece ser inmortal por cobijarse entre la comunidad, mientras los empresarios seguirán a expensas de la competencia desleal o de ser presas del dinero fácil y la sociedad en general seguirá pagando las consecuencias de la violencia que tiene como trasfondo el lavado de dinero.

glinarez@hotmail.com


CONTRASENTIDO

En la última década se ha visto un endurecimiento de las leyes contra el lavado de dinero. Incluso, en la actualidad el Código Penal establece que se configura el delito de uso de recursos de procedencia ilícita no solo a quienes usen dinero que no puedan comprobar su origen, sino a quien posea, custodie, transporte, resguarde y un larguísimo etc.

Sin embargo, la realidad es que mucho del dinero que circula en las economías locales e internacionales es producto de actividades fuera de la ley.

Siempre la historia del hombre se ha caracterizado por tratar de acumular riqueza en exceso y muchas de las veces al grado de ni siquiera poderla gastar o disfrutar en una vida. Lo anterior, cuando la fuente del ingreso no vulnera los derechos del otro y del sano crecimiento, ha logrado que tengamos una evolución sin precedentes como sociedad, pero cuando el dinero proviene de actividades ilícitas no solo se quebranta la paz social, sino que el equilibrio de la economía se hace mil pedazos. Lo anterior provoca que no exista una sana competitividad, por lo que significa que se convierte el dinero mal habido en un generador de violencia.

La amarga realidad es que el uso de recursos de dudosa procedencia genera empleos directos e indirectos, motivo por el que algunos sectores de la población dicen que no se debe combatir. Pero poniendo en una balanza el tema de la activación económica y el la cantidad de violencia nos obliga a reflexionar sobre la importancia del combate a este flagelo social. En ninguna circunstancia podemos aceptar las migajas de un beneficio económico que se acumula en pocas manos criminales a cambio de lo más preciado y significativo que tenemos que es la vida.

En la actualidad, gracias al desarrollo tecnológico en el manejo de base de datos de gran tamaño y al crecimiento, casi obligado, de la Banca electrónica, es más fácil rastrear el origen del dinero y establecer las discrepancias entre lo que se gasta con lo que realmente se declara a las autoridades hacendarias. Prueba de lo anterior son las miles de denuncias que ha interpuesto la Unidad de Inteligencia Financiera a las autoridades correspondientes.

Lo más grave y peligroso es que si no tomamos con seriedad el tema, podemos ser víctimas fáciles de la desigualdad de oportunidades en materia económica y de la vivacidad de algunos que se dedican a blanquear capitales con empresas semi-legales.

Sin duda, el tema de lavado de dinero va que vuela para convertirse en un gran dolor para las autoridades, comunidad y empresarios.

Las autoridades tendrán que combatirlo con toda su fiereza, pero se enfrentan un monstruo que parece ser inmortal por cobijarse entre la comunidad, mientras los empresarios seguirán a expensas de la competencia desleal o de ser presas del dinero fácil y la sociedad en general seguirá pagando las consecuencias de la violencia que tiene como trasfondo el lavado de dinero.

glinarez@hotmail.com