VOZ CAMPESINA
Dentro del zipizape que ocurrió días atrás en la playa cachanilla, cuando elementos de la Marina impidieron el acceso al mar de algunos pescadores e incluso a tres de éstos se les acusó de “llevar en sus pangas” ‘escamas’ de totoaba (tremenda evidencia), escenas que pudimos observar a través del Facebook (escuchándose detonaciones sin lograr identificarse de donde y/o de quien provenían), surgió la advertencia del ‘liderazgo’ -que no intentó practicar la fallida pesca- de que el próximo primero de abril sí entrarán a pescar.
En este tema del que siempre hemos opinado tener mucho, pero mucho más valor la sobrevivencia de cientos de familias ancestralmente dedicadas a la actividad pesquera -por cierto de extrema relevancia económico productiva para el puerto- que una especie animal (la casi sagrada vaquita marina) invisible durante largos años e inútil a la comercialización o consumo alimenticio, es imposible dejar de sugerir a las instancias oficiales fluidez en la entrega de los (atrasados) apoyos en efectivo a los pescadores vetados al trabajo del que han vivido desde niños.
A los líderes, respetuosamente, la debida prudencia al considerar que el anunciado día de la siguiente incursión seguramente habrá ya uniformados de ‘refuerzo’ y máxime el turismo local y extranjero que suele acudir durante la época podría padecer de manera anticipada las ‘revisiones extra-judiciales’ autorizadas ya por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de no ser pocos los visitantes que aun el domingo continúan disfrutando nuestro querido ‘San Felo’, cuyo marcado atractivo turístico debe también valorarse y actuar en consecuencia.
No entendemos la causa o razón válida de no distribuir con merecida oportunidad a sus destinatarios recursos (dinero, pues) que se supone fueron programados y reservados a suficiencia, a modo de evitar la (justa) irritación social-colectiva, a menos que cual sucede en períodos electorales, como el actualmente transitado en México, se trate de dar paso al ‘adalid’ que resuelva el problema en medio del aplauso y reconocimiento público -a cercano futuro- de tan exitosa gestión.
Acostumbrados a no sorprendernos ‘estrategias proselitistas’ que llegan al absurdo, exhortamos a solucionar dicha problemática con la rapidez requerida. A final de cuentas, la ciudadanía mexicana posee y demostrará su madurez en la toma de decisiones trascendentes el 1º de julio de 2018.
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