/ miércoles 14 de junio de 2023

“Entre 30 y siempre y 40 y nunca” | La llamada de madrugada

Se acuerdan que les comenté que estaba yendo al gym. Creo que para ver resultados además de ir, debes cambiar la dieta (acabo de descubrir el hilo negro). Por ese motivo, para darle un mayor impulso a mi cambio de forma y que valga la pena el dolor del ácido láctico que emanan de mis músculos, decidí una noche de insomnio y falto de Netflix, marcar a CV Directo y preguntar por el precio de la “Nutribullet” que estaban promocionando a esa hora de la madrugada.

Foto: Imágen Ilustrativa | Freepik

La llamada era precisa como francotirador, yo apuntaba al “cuánto cuesta” y nada más, pero llevaba 12 minutos al teléfono y nada. La persona al otro lado de la línea me hacían preguntas como “qué comía, cómo me había enterado del producto, de qué ciudad llamaba, qué tipo de sartenes usaba” y yo ya en tono molesto le decía: “Amigo, vamos al grano, cuánto vale, para saber si vale la pena esta plática”. El hombre con acento centroamericano notó mi enfado y me dijo: 3,800 pesos. Respiré hondo y colgué la llamada. “A mi licuadora si le pongo máxima potencia yo creo que sí la arma, es lo mismo, solo más grande”, pensé.

Dejé mi celular a un lado y miré la hora y pensé: Si tienes 23 años y lees esto, déjame preguntarte algo: Si suena tu celular un jueves o viernes a las 2 ó 3 de la mañana ¿qué piensas? Lo más probable es que la llamada sea de algún de tus amigos para cosas como “vamos a un after, dónde andas, vamos a ir por unas cochinas, etc”. Pero si tú, amigo lector de 35- 50 años, les suena el teléfono a esas horas de la madrugada, de seguro despertarán de un sobresalto, porque -seamos honestos- cuando ya vas para los 50 años nadie está despierto a las 3:00 de la mañana tirando fiesta. Si lo estamos es por el insomnio o por algún reflujo que no podemos controlar. Con la vista aún borrosa tratarán de descifrar quién está llamando, pero lo primero que pasará por tu mente será “¿qué pasó?”, ¿por qué nadie te llama a esa edad a las 3 de la mañana para invitarte a un after?

Mientras tu vista con miopía, astigmatismo y presbicia enfoca tu celular, pasan muchas teorías por tu mente del motivo de esa llamada: “Algo le pasó a tu hijo, ¿habrá chocado?, mi mamá con glaucoma se cayó”, etc. Prendo la luz que está en el buró, mientras mi gata me mira desde “la esquina de su cama” como molesta por interrumpir su sueño. Veo el número de donde me llaman, era un número “largo”, otra Lada y ahora viene otro temor que no había pasado por mi mente: “una extorsión”. Repasé los consejos que he visto en los noticiarios sobre cómo responder. Me armé de valor y contesté: “Buenas tardes señor jorge (cuando escuché mi nombre por alguien que no reconozco su voz quedé helado, definitivamente es una extorsión pensé), cómo se encuentra el día de hoy, lo llamamos de CV Directo para saber si aún está interesado en nuestra Nutribullet; su compra quedó a mitad del proceso, ¿le interesaría llevarla a cabo en estos momentos?”.

Colgué la llamada enojado por los segundos de susto que me hicieron pasar. Se me espantó el sueño y mi única solución para bajar mis pulsaciones fue prender el televisor, pero como aun no cuento con Netflix, me quedé obligado a ver los sartenes Jade Cook del Negro Araiza que -a decir verdad- se ven muy prácticos, además cocinas sin aceite, algo que me vendría muy bien ahora que estoy yendo al gym.

bettancourtcastro@gmail.com

Instagram: “jorgeelchilenomx”


Se acuerdan que les comenté que estaba yendo al gym. Creo que para ver resultados además de ir, debes cambiar la dieta (acabo de descubrir el hilo negro). Por ese motivo, para darle un mayor impulso a mi cambio de forma y que valga la pena el dolor del ácido láctico que emanan de mis músculos, decidí una noche de insomnio y falto de Netflix, marcar a CV Directo y preguntar por el precio de la “Nutribullet” que estaban promocionando a esa hora de la madrugada.

Foto: Imágen Ilustrativa | Freepik

La llamada era precisa como francotirador, yo apuntaba al “cuánto cuesta” y nada más, pero llevaba 12 minutos al teléfono y nada. La persona al otro lado de la línea me hacían preguntas como “qué comía, cómo me había enterado del producto, de qué ciudad llamaba, qué tipo de sartenes usaba” y yo ya en tono molesto le decía: “Amigo, vamos al grano, cuánto vale, para saber si vale la pena esta plática”. El hombre con acento centroamericano notó mi enfado y me dijo: 3,800 pesos. Respiré hondo y colgué la llamada. “A mi licuadora si le pongo máxima potencia yo creo que sí la arma, es lo mismo, solo más grande”, pensé.

Dejé mi celular a un lado y miré la hora y pensé: Si tienes 23 años y lees esto, déjame preguntarte algo: Si suena tu celular un jueves o viernes a las 2 ó 3 de la mañana ¿qué piensas? Lo más probable es que la llamada sea de algún de tus amigos para cosas como “vamos a un after, dónde andas, vamos a ir por unas cochinas, etc”. Pero si tú, amigo lector de 35- 50 años, les suena el teléfono a esas horas de la madrugada, de seguro despertarán de un sobresalto, porque -seamos honestos- cuando ya vas para los 50 años nadie está despierto a las 3:00 de la mañana tirando fiesta. Si lo estamos es por el insomnio o por algún reflujo que no podemos controlar. Con la vista aún borrosa tratarán de descifrar quién está llamando, pero lo primero que pasará por tu mente será “¿qué pasó?”, ¿por qué nadie te llama a esa edad a las 3 de la mañana para invitarte a un after?

Mientras tu vista con miopía, astigmatismo y presbicia enfoca tu celular, pasan muchas teorías por tu mente del motivo de esa llamada: “Algo le pasó a tu hijo, ¿habrá chocado?, mi mamá con glaucoma se cayó”, etc. Prendo la luz que está en el buró, mientras mi gata me mira desde “la esquina de su cama” como molesta por interrumpir su sueño. Veo el número de donde me llaman, era un número “largo”, otra Lada y ahora viene otro temor que no había pasado por mi mente: “una extorsión”. Repasé los consejos que he visto en los noticiarios sobre cómo responder. Me armé de valor y contesté: “Buenas tardes señor jorge (cuando escuché mi nombre por alguien que no reconozco su voz quedé helado, definitivamente es una extorsión pensé), cómo se encuentra el día de hoy, lo llamamos de CV Directo para saber si aún está interesado en nuestra Nutribullet; su compra quedó a mitad del proceso, ¿le interesaría llevarla a cabo en estos momentos?”.

Colgué la llamada enojado por los segundos de susto que me hicieron pasar. Se me espantó el sueño y mi única solución para bajar mis pulsaciones fue prender el televisor, pero como aun no cuento con Netflix, me quedé obligado a ver los sartenes Jade Cook del Negro Araiza que -a decir verdad- se ven muy prácticos, además cocinas sin aceite, algo que me vendría muy bien ahora que estoy yendo al gym.

bettancourtcastro@gmail.com

Instagram: “jorgeelchilenomx”