/ sábado 1 de julio de 2023

Menos Face y Más Book | Entrevista a Diego Muñoz Valenzuela

Damas y caballeros, esta semana me pongo mi traje ”pa’ bailar cueca”, porque me llena de orgullo haber tenido la oportunidad de entrevistar a un destacado escritor chileno. Me refiero a Diego Muñoz Valenzuela. Por este motivo levanto mi vaso de chicha y me pego una mordida a mi empanada de pino y digo “salud”.

Foto: Cortesía | Redes Sociales @letrasdechile

Diego nació en la ciudad de Constitución y estudió la Universidad en Santiago. Le tocó vivir una etapa universitaria muy conflictiva en Chile, la de la dictadura militar. Él tenía inclinaciones por estudiar Literatura o Filosofía, pero la mayoría de los maestros universitarios de esas asignaturas estaban o detenidos o exiliados (la mayoría en México). Por lo tanto él pensó que en las carreras de Matemáticas o de Ciencias tendrían en menor cantidad esa problemática y así lo hizo: Dejó a un lado el latín para dar paso a resolver ecuaciones y estudió la carrera de Ingeniería Civil Química.

Pero los cuentos y la literatura eran algo que cargaba con él en su mochila. Entre Baldor y las ecuaciones diferenciales, Diego un día se encontró en un salón con 200 compañeros escribiendo microcuentos en su cuaderno “Torre”. Formó en la Universidad talleres de literatura y participó de manera ferviente en todo actividad cultural en la que pudiera inscribirse.

“Me acuerdo que en 1978 me hacen publicar una selección de micro ficción y nadie sabía cómo se llamaba eso. Si que pensando atando nudos, recuerdo que yo esos ‘cuentos cortos’ los escribía en el trayecto que hacía en “la micro” (así se le dice a los camiones en Chile) así que pensé ‘cuentos en la micro’ y después llegó la idea de llamarlos “Micro cuentos”.

-¿Crees que en la actualidad la gente está leyendo más o menos?

Debemos empezar de la idea que la gente lee en su tiempo “inútil”. Cuando tienes tiempo libre, cuando ya realizaste tus pendientes y el tiempo es limitado. El día siempre tendrá 24 horas y la lectura debe competir con eso, por ejemplo competir con alguien que quería visitar de manera virtual el Louvre, ver un película en el cine o competir con las plataformas actuales de entretenimiento. No es que la gente lea menos, pero si el tiempo “libre” está más reducido porque hay una mayor oferta de cosas que hacer en ese tiempo. Pero hay cosas que no se pueden sustituir, ese momento de silencio de estar solo con tu libro en un sillón cómodo, eso no tiene comparación.

-Diego, mencióname 3 libros que te llevarías a una isla:

Más que llevármelos porque son mis favoritos, yo creo que va por una cosa de que me hicieron sentir. Por ejemplo uno sería “Las mil y una noches”; ese libro lo leí muy joven quizás a una edad que no correspondía, a eso de los 11 años.. muy niño para un libro que tiene mucho de erotismo, cosas que no entendía a primera vista; es una obra muy maravillosa por todo lo estético que expone. El otro libro sería “El hacedor de estrellas” de Olaf Stapledon, es una obra de filosofía y ciencia ficción; trata de la vida, de la hipótesis del todo: De Dios de nosotros, es realmente maravilloso, lástima que sea un libro poco conocido y por último, ‘Cuentos breves y extraordinarios’ de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

Ya cerrando la entrevista, Diego hace la reflexión: “Creo que el siglo XX fue el siglo de los escritores americanos, pero ahora el siglo XXI es de los escritores asiáticos y chinos, sobre todo. Tuve la suerte de haber sido invitado a ese país y realmente es algo surreal. Además, su escritura es maravillosa”.

Diego tiene más de 20 obras literarias, entre recopilación de cuentos, novelas, etc. Y ha sido reconocido en muchas ocasiones, entre ellas en la FIL de Guadalajara, en donde este año aún se afinan detalles para su posible visita como escritor destacado (cruzamos los dedos para poder topárnoslo en esa feria).

Mail to: bettancourtcastro@gmail.com

Damas y caballeros, esta semana me pongo mi traje ”pa’ bailar cueca”, porque me llena de orgullo haber tenido la oportunidad de entrevistar a un destacado escritor chileno. Me refiero a Diego Muñoz Valenzuela. Por este motivo levanto mi vaso de chicha y me pego una mordida a mi empanada de pino y digo “salud”.

Foto: Cortesía | Redes Sociales @letrasdechile

Diego nació en la ciudad de Constitución y estudió la Universidad en Santiago. Le tocó vivir una etapa universitaria muy conflictiva en Chile, la de la dictadura militar. Él tenía inclinaciones por estudiar Literatura o Filosofía, pero la mayoría de los maestros universitarios de esas asignaturas estaban o detenidos o exiliados (la mayoría en México). Por lo tanto él pensó que en las carreras de Matemáticas o de Ciencias tendrían en menor cantidad esa problemática y así lo hizo: Dejó a un lado el latín para dar paso a resolver ecuaciones y estudió la carrera de Ingeniería Civil Química.

Pero los cuentos y la literatura eran algo que cargaba con él en su mochila. Entre Baldor y las ecuaciones diferenciales, Diego un día se encontró en un salón con 200 compañeros escribiendo microcuentos en su cuaderno “Torre”. Formó en la Universidad talleres de literatura y participó de manera ferviente en todo actividad cultural en la que pudiera inscribirse.

“Me acuerdo que en 1978 me hacen publicar una selección de micro ficción y nadie sabía cómo se llamaba eso. Si que pensando atando nudos, recuerdo que yo esos ‘cuentos cortos’ los escribía en el trayecto que hacía en “la micro” (así se le dice a los camiones en Chile) así que pensé ‘cuentos en la micro’ y después llegó la idea de llamarlos “Micro cuentos”.

-¿Crees que en la actualidad la gente está leyendo más o menos?

Debemos empezar de la idea que la gente lee en su tiempo “inútil”. Cuando tienes tiempo libre, cuando ya realizaste tus pendientes y el tiempo es limitado. El día siempre tendrá 24 horas y la lectura debe competir con eso, por ejemplo competir con alguien que quería visitar de manera virtual el Louvre, ver un película en el cine o competir con las plataformas actuales de entretenimiento. No es que la gente lea menos, pero si el tiempo “libre” está más reducido porque hay una mayor oferta de cosas que hacer en ese tiempo. Pero hay cosas que no se pueden sustituir, ese momento de silencio de estar solo con tu libro en un sillón cómodo, eso no tiene comparación.

-Diego, mencióname 3 libros que te llevarías a una isla:

Más que llevármelos porque son mis favoritos, yo creo que va por una cosa de que me hicieron sentir. Por ejemplo uno sería “Las mil y una noches”; ese libro lo leí muy joven quizás a una edad que no correspondía, a eso de los 11 años.. muy niño para un libro que tiene mucho de erotismo, cosas que no entendía a primera vista; es una obra muy maravillosa por todo lo estético que expone. El otro libro sería “El hacedor de estrellas” de Olaf Stapledon, es una obra de filosofía y ciencia ficción; trata de la vida, de la hipótesis del todo: De Dios de nosotros, es realmente maravilloso, lástima que sea un libro poco conocido y por último, ‘Cuentos breves y extraordinarios’ de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

Ya cerrando la entrevista, Diego hace la reflexión: “Creo que el siglo XX fue el siglo de los escritores americanos, pero ahora el siglo XXI es de los escritores asiáticos y chinos, sobre todo. Tuve la suerte de haber sido invitado a ese país y realmente es algo surreal. Además, su escritura es maravillosa”.

Diego tiene más de 20 obras literarias, entre recopilación de cuentos, novelas, etc. Y ha sido reconocido en muchas ocasiones, entre ellas en la FIL de Guadalajara, en donde este año aún se afinan detalles para su posible visita como escritor destacado (cruzamos los dedos para poder topárnoslo en esa feria).

Mail to: bettancourtcastro@gmail.com