/ sábado 18 de julio de 2020

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

Están perfiladas en el horizonte político inmediato nuevas elecciones, que llevarán –por primera vez- a elegir en el 2021 a diputados federales, diputados locales y los cuerpos colegiados edilicios llamados ayuntamientos, todos éstos con calidad reelectiva y un nuevo gobernador (sin reelección) para cumplir con una necedad jurídica, dizque suprema, que derrotó, para la historia, la calidad soberana del pueblo bajacaliforniano representado constitucionalmente por el Congreso local. Las fecalidades siempre coinciden en la basura…

La nueva arma de la oposición al Partido del Movimiento de Regeneración Nacional “Morena” es contra “la línea dictada” -afirman- de sus diputados locales y ediles, para que, sin renunciar o con licencia a sus puestos para entrar en campaña los que pretendan la reelección realicen sus campañas con libertad.

Este escribidor piensa que la no renuncia es, evidentemente, un asunto negativo por varias razones, entre ellas porque los supuestos candidatos perciben un salario y otras prestaciones para ejercer un cargo de servicio a la comunidad y, aparte, recibirán un auxilio en dinero que les proveerá la ley, el Comité Estatal Electoral. Y la pregunta en el aire es: ¿A qué horas se les termina su “chamba” y empieza el tiempo de campaña? Y esta es una cuestión no legislada y solo por interpretación ocasional se advierte sin sentido jurídico, lo que la hace ilegal en el ánimo popular.

Analizando con propiedad el caso, es un principio violado de carácter revolucionario instituido por uno de los héroes del presidente López Obrador, puesto que sigue a uno de sus héroes: don Francisco I. Madero, nada menos que el autor original que en su memoria se elevó a constitucional en 1917. Es decir, dos controversias en una misma protesta. ¿Cuál sería la respuesta sincera de López Obrador? Supongo a la 4T una revolución pacífica a la que muchos nos unimos en el nombre de los millones de mexicanos muertos (de ambos lados) en nuestra dolorosa hecatombe definida y estimulada por Madero y continuada por un pueblo que se subió de sangre cuando el egoísmo norteamericano y del “Chacal” Victoriano Huerta, los provocadores, tuvieron que tragarse su osadía, incluyendo la teatralidad de “Pancho Villa” con su “invasión” a Columbus y la más teatral persecución sobre Villa por los montes y sierras mexicanas por invasores gringos que hoy necesita recomponer el singular presidente de los EUN (la A no les pertenece).

El problema que está presente en forma cotidiana y de algunas maneras NO ATACA el Congreso de la Unión por razones inexplicadas, es el título que la Constitución le dio al Ejecutivo mexicano: SUPREMO PODER EJECUTIVO, que hasta pudo haber sido el de “Alteza Serenísima” que se endilgó a don Antonio López de Santa Anna. Es tiempo de que el Ejecutivo mexicano sea eso: EJECUTIVO. Es decir, el mandatario que cumple los ordenamientos constitucionales que cuando tomó el poder juró defender, como lo hicieron los representantes del pueblo que son la SOBERANÍA NACIONAL, bajo cuya autoridad incluso debiera estar el Poder Judicial, cuya función debiera ser sencillamente hacer que se cumpla con las leyes, incluyendo el Ejecutivo, pero bajo la vigilancia de los cuerpos colegiados de los jurisconsultos acreditados por sus universidades.

México no cambiará mientras sus niveles educativos no crezcan. La pobreza educacional nos postra y nos anula. Es una tarea de siglos auspiciada por nuestro origen religioso nativo y el adoptado desde los tiempos de la Conquista y la Colonia. Lo demás ha sido por nuestra cuenta. Y AMLO vale mucho más que las deficiencias mentales de los demás...

VIENTOS

Están perfiladas en el horizonte político inmediato nuevas elecciones, que llevarán –por primera vez- a elegir en el 2021 a diputados federales, diputados locales y los cuerpos colegiados edilicios llamados ayuntamientos, todos éstos con calidad reelectiva y un nuevo gobernador (sin reelección) para cumplir con una necedad jurídica, dizque suprema, que derrotó, para la historia, la calidad soberana del pueblo bajacaliforniano representado constitucionalmente por el Congreso local. Las fecalidades siempre coinciden en la basura…

La nueva arma de la oposición al Partido del Movimiento de Regeneración Nacional “Morena” es contra “la línea dictada” -afirman- de sus diputados locales y ediles, para que, sin renunciar o con licencia a sus puestos para entrar en campaña los que pretendan la reelección realicen sus campañas con libertad.

Este escribidor piensa que la no renuncia es, evidentemente, un asunto negativo por varias razones, entre ellas porque los supuestos candidatos perciben un salario y otras prestaciones para ejercer un cargo de servicio a la comunidad y, aparte, recibirán un auxilio en dinero que les proveerá la ley, el Comité Estatal Electoral. Y la pregunta en el aire es: ¿A qué horas se les termina su “chamba” y empieza el tiempo de campaña? Y esta es una cuestión no legislada y solo por interpretación ocasional se advierte sin sentido jurídico, lo que la hace ilegal en el ánimo popular.

Analizando con propiedad el caso, es un principio violado de carácter revolucionario instituido por uno de los héroes del presidente López Obrador, puesto que sigue a uno de sus héroes: don Francisco I. Madero, nada menos que el autor original que en su memoria se elevó a constitucional en 1917. Es decir, dos controversias en una misma protesta. ¿Cuál sería la respuesta sincera de López Obrador? Supongo a la 4T una revolución pacífica a la que muchos nos unimos en el nombre de los millones de mexicanos muertos (de ambos lados) en nuestra dolorosa hecatombe definida y estimulada por Madero y continuada por un pueblo que se subió de sangre cuando el egoísmo norteamericano y del “Chacal” Victoriano Huerta, los provocadores, tuvieron que tragarse su osadía, incluyendo la teatralidad de “Pancho Villa” con su “invasión” a Columbus y la más teatral persecución sobre Villa por los montes y sierras mexicanas por invasores gringos que hoy necesita recomponer el singular presidente de los EUN (la A no les pertenece).

El problema que está presente en forma cotidiana y de algunas maneras NO ATACA el Congreso de la Unión por razones inexplicadas, es el título que la Constitución le dio al Ejecutivo mexicano: SUPREMO PODER EJECUTIVO, que hasta pudo haber sido el de “Alteza Serenísima” que se endilgó a don Antonio López de Santa Anna. Es tiempo de que el Ejecutivo mexicano sea eso: EJECUTIVO. Es decir, el mandatario que cumple los ordenamientos constitucionales que cuando tomó el poder juró defender, como lo hicieron los representantes del pueblo que son la SOBERANÍA NACIONAL, bajo cuya autoridad incluso debiera estar el Poder Judicial, cuya función debiera ser sencillamente hacer que se cumpla con las leyes, incluyendo el Ejecutivo, pero bajo la vigilancia de los cuerpos colegiados de los jurisconsultos acreditados por sus universidades.

México no cambiará mientras sus niveles educativos no crezcan. La pobreza educacional nos postra y nos anula. Es una tarea de siglos auspiciada por nuestro origen religioso nativo y el adoptado desde los tiempos de la Conquista y la Colonia. Lo demás ha sido por nuestra cuenta. Y AMLO vale mucho más que las deficiencias mentales de los demás...