/ sábado 28 de noviembre de 2020

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

En mi columna del sábado 21 pasado, en mi original (que conservo) escribí de entrada esto: "En calidad de amorosa reconciliación tras larguísimos años de 'alejamiento pasional', el PAN, el PRI, el PRD y el PBC (y pue ‘que esa cosa titulada MC) se comprometen, gracias al milagro de 'Morena', a unirse en legítima alianza 'quemando sus naves'… es decir, sus ahora molestos principios que alguna vez les desbordaron pasión y sangre…".

Como una misteriosa intromisión eliminó al PRI en la transcripción pública, les ruego a mis lectores, en esfuerzo retroactivo mental si les plugue, para reparar lo que quedaba "mocho" en la "Santa Alianza", que es una configuración retórica peyorativa, ¡Vive Dios!, de esa atroz mezcolanza que en la misma edición, pero en "VOZ BAJA" se hace aparecer a mi paisana María Eloísa Talavera Hernández, exregidora porteña y dos veces diputada federal panista, que exige – y hace bien – que se respeten los estatutos del blanquiazul antes de decidir cualquier alianza con otros partidos. Ignoro si la expresión "cualquier alianza" es de la paisana o del redactor de "EN VOZ BAJA". Como sea, es una atinada calificación subyacente…

Hoy, respecto del PRI, sigue la misma danza antañosa que perfiló aquí, en Baja California, su abandono y derrota: no consultar a la militancia si están o no de acuerdo con ir a esa monstruosa alianza, cuyo fin es acabar con "Morena", que sigue viéndose arrolladora en los cálculos de los que dicen que saben de la cosa política.

El abordonado tricolor, reumático y desdentado, tiene derecho a soñar. Total, sus viejas banderas revolucionarias que tiraron en el camino, son las que "Morena" recogió para hacer valer la "Justicia Social" de que habla, sin pena ni gloria, un solitario slogan para la firma de "los ahora reoxigenados militantes tricolores" que no sufren vergüenza en sumarse a una alianza de oprobio en busca del poder por el poder, lo que con tristeza enmarca la realidad de su abandono.

Hoy, la vieja Revolución arrinconada entre paredes de obsolescencia política, invitada a una romería de castañuelas y alpargatas, entre tamalería de chile y de dulce, van a desfilar con el atuendo desteñido a buscar migajas entre los feroces leones que buscan las mejores carnes para satisfacer sus apetitos políticos. ¿O, sagrado lector, cómo cree usted que puede terminar una alianza en donde sí se suman los Calderón-Zavala y su fuerza indiscutible e indudable, pretenderán la mejor tajada del pastel festivo? Y visto el peine y las largas melenas a peinar, si en la suma del "México Libre" no se atiende, la división aliancística, tan carnavalesca, sólo se quedará con el tronido y la peste histórica de los cohetes que ahora serán julianos y no septembrinos.

Ya voy a terminar, así que haré una pregunta a quienes me lean: ¿Cuántos priístas honestos, decentes, de principios reales, han votado por la corruptiva alianza armada por el PAN?

Y como adelanté – cosas de espacio – que voy a terminar con el tema, sería prudente configurar un final en donde el ganón sería un PAN difuso, en cuanto al interior de la "Santa Alianza" o el desfiguro de sus opuestas dirigencias, pero más de las del PRI y del desarrapado PRD con principios jurados tan perdidos ya, como el viejo enojo del PRD, un gajo del PRI (escindido por Cuahutémoc Cárdena Solórzano), hoy entrepiernado con el otro PAN neblinoso, inseguro de sí mismo.

Los viejos priístas, los de abolengo, los huidos un día por el gasto y tiempo perdidos, como las golondrinas de Bécquer, esos "no volverán". Los que conocen esas "Golondrinas" que lo expliquen. Yo ya me cansé.


VIENTOS

En mi columna del sábado 21 pasado, en mi original (que conservo) escribí de entrada esto: "En calidad de amorosa reconciliación tras larguísimos años de 'alejamiento pasional', el PAN, el PRI, el PRD y el PBC (y pue ‘que esa cosa titulada MC) se comprometen, gracias al milagro de 'Morena', a unirse en legítima alianza 'quemando sus naves'… es decir, sus ahora molestos principios que alguna vez les desbordaron pasión y sangre…".

Como una misteriosa intromisión eliminó al PRI en la transcripción pública, les ruego a mis lectores, en esfuerzo retroactivo mental si les plugue, para reparar lo que quedaba "mocho" en la "Santa Alianza", que es una configuración retórica peyorativa, ¡Vive Dios!, de esa atroz mezcolanza que en la misma edición, pero en "VOZ BAJA" se hace aparecer a mi paisana María Eloísa Talavera Hernández, exregidora porteña y dos veces diputada federal panista, que exige – y hace bien – que se respeten los estatutos del blanquiazul antes de decidir cualquier alianza con otros partidos. Ignoro si la expresión "cualquier alianza" es de la paisana o del redactor de "EN VOZ BAJA". Como sea, es una atinada calificación subyacente…

Hoy, respecto del PRI, sigue la misma danza antañosa que perfiló aquí, en Baja California, su abandono y derrota: no consultar a la militancia si están o no de acuerdo con ir a esa monstruosa alianza, cuyo fin es acabar con "Morena", que sigue viéndose arrolladora en los cálculos de los que dicen que saben de la cosa política.

El abordonado tricolor, reumático y desdentado, tiene derecho a soñar. Total, sus viejas banderas revolucionarias que tiraron en el camino, son las que "Morena" recogió para hacer valer la "Justicia Social" de que habla, sin pena ni gloria, un solitario slogan para la firma de "los ahora reoxigenados militantes tricolores" que no sufren vergüenza en sumarse a una alianza de oprobio en busca del poder por el poder, lo que con tristeza enmarca la realidad de su abandono.

Hoy, la vieja Revolución arrinconada entre paredes de obsolescencia política, invitada a una romería de castañuelas y alpargatas, entre tamalería de chile y de dulce, van a desfilar con el atuendo desteñido a buscar migajas entre los feroces leones que buscan las mejores carnes para satisfacer sus apetitos políticos. ¿O, sagrado lector, cómo cree usted que puede terminar una alianza en donde sí se suman los Calderón-Zavala y su fuerza indiscutible e indudable, pretenderán la mejor tajada del pastel festivo? Y visto el peine y las largas melenas a peinar, si en la suma del "México Libre" no se atiende, la división aliancística, tan carnavalesca, sólo se quedará con el tronido y la peste histórica de los cohetes que ahora serán julianos y no septembrinos.

Ya voy a terminar, así que haré una pregunta a quienes me lean: ¿Cuántos priístas honestos, decentes, de principios reales, han votado por la corruptiva alianza armada por el PAN?

Y como adelanté – cosas de espacio – que voy a terminar con el tema, sería prudente configurar un final en donde el ganón sería un PAN difuso, en cuanto al interior de la "Santa Alianza" o el desfiguro de sus opuestas dirigencias, pero más de las del PRI y del desarrapado PRD con principios jurados tan perdidos ya, como el viejo enojo del PRD, un gajo del PRI (escindido por Cuahutémoc Cárdena Solórzano), hoy entrepiernado con el otro PAN neblinoso, inseguro de sí mismo.

Los viejos priístas, los de abolengo, los huidos un día por el gasto y tiempo perdidos, como las golondrinas de Bécquer, esos "no volverán". Los que conocen esas "Golondrinas" que lo expliquen. Yo ya me cansé.